Es colaborativa, experimental, colectiva, periférica, universal, ubicua, accesible, diversa, anónima, ecológica, participativa, generativa, abierta, dinámica, pionera, innovadora, disruptiva, artificial, inteligente, tecnológica, autónoma, reactiva, comunicativa, proactiva, social, virtual e inclusiva. Esos son los calificativos que mejor definen a la Falla Inmaterial, una iniciativa de divulgación científica de la Escola Tècnica Superior d'Enginyeria de la Universitat de València, con la que se pretende acercar la fiesta a la vanguardia en ingeniería y ciencia de datos. La Falla Inmaterial pretende aumentar la cultura científica y el grado de compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible utilizando la cultura festiva como canal de transmisión. Así, utiliza algoritmos de inteligencia artificial para guiar las conversaciones y para el análisis de datos proveniente de las redes sociales. El widget de la falla se llama Xe-xe y es un bot conversacional que permite generar alrededor de 1000 millones de conversaciones diferentes. Xe-xe es capaz de medir, con solo cuatro preguntas, el nivel de alineamiento de la persona con la que habla respecto de la agenda 2030 en temas como la igualdad, el consumo responsable, las acciones por el clima, la salud y el bienestar de todo aquello que nos rodea. Le acompañan en su misión otros cinco personajes: Pepeta, Rafel, Vicent el traca, Ampariues y Nelo. Así, para participar, solo hay que acceder a fallaimmaterial.com a través del móvil o del ordenador y chatear con Xe-xe.

Y ¿por qué un monumento? «Las Fallas son un caleidoscopio de tradición y cultura que nos proyecta alrededor del mundo. La Falla Inmaterial sólo quiere ser una humilde pieza de este maravilloso artefacto con el que jugar y pasar buenos momentos. No pretende sustituir ningún aspecto de la fiesta fallera ni cambiar sus actores principales y fundamentales como las comisiones, artistas, falleras y falleros», explica Fran Grimaldo, director del proyecto.

La Falla Inmaterial se alinea con el programa marco de la Comisión Europea que hace referencia a la Búsqueda y la Innovación Responsable (RRI). Así, promueve valores universales como la tradición, la tolerancia, la diversidad, la transparencia, la ecología, la igualdad... «No pide exclusividad ni defiende el pensamiento único -remarca Grimaldo-. Al contrario, es integradora y poliédrica». Una falla sostenible y de todos.