El trío formado por Don Rogelio (guitarra, voz), Jussi Folch (bajo, coros) y Quique Gallo (batería, coros) ha aprovechado que esta vez grababa cerca de casa, concretamente en El Maco, situado en la Barraca d'Aigües Vives (Alzira), para rodearse de colegas como Miguel, de Tercer Sol; Ernest Aparici, de Las Víctimas Civiles; el teclista Charlie Milf y el saxofonista Boneto (Mr. Perfumme). Comparten la producción con con Oskar Benas (Atom Rhumba, Maika Makovski, Fermin Muguruza). «El tener todas estas colaboraciones de amigos en el disco es única y exclusivamente porque grabamos cerca de casa y pudimos gestionarlo -explica Don Rogelio en este cuestionario contestado a través de email-. Si no, hubiese sido imposible. La verdad es que ha sido muy divertido y hemos aprendido un montón. Arreglar canciones que luego has de tocar en directo sin esos instrumentos es peliagudo pero nos ha salido bien la jugada. En el disco suman y en directo funcionan sin ellos, esa era la idea. Ademas trabajamos de una manera muy intuitiva y a veces, cuando tocas con músicos de conservatorio la cosa no acaba de cuajar. Pero esta vez no fue así, todo salió rápido y fluido. Una gozada, oiga».

P ¿Habéis tenido más tiempo en el estudio para darle forma a las canciones o llegasteis con ellas bien definidas?

R Nosotros somos clase trabajadora, al estudio vamos a lo que vamos, a grabar lo más rápido posible y a correr.

P Algunos historiadores de la antigua Roma suelen relacionar el «hedonismo» con la «decadencia» del imperio. ¿Os ocurre también a vosotros?

R Bueno esa era la idea con el título del disco. Hedonismo como actitud vital ante un momento de crisis sistémica, de decadencia autodestructiva ... Pero hay gente que lo coge en plan... ¡Si claro, sigamos con la fiesta! Bueno, lo interesante de la creación es que cada uno la hace suya a su manera, así que por mucho que propongamos cosas, siempre será el receptor el que tome sus propias conclusiones, y así debe ser.

P Da la impresión que de aquella etiqueta de «trash and roll» que venía en vuestros discos anteriores cada vez tenéis menos trash y más roll. ¿Es evolución natural o una forma de hacernos la puñeta a los periodistas a los que nos vienen tan bien los cajones en los que colocar las cosas?

R Esa etiqueta fue un intento de mantenernos alejados de los géneros, pero nos salió el tiro por la culata. No nos planteamos las canciones ni los discos de antemano, simplemente nos ponemos a componer y sale lo que sale. La evolución siempre es continua, así que para nosotros es imposible quedarnos en unos mismos parámetros, al menos de momento. Nos pasan cosas, aprendes a tocar mejor, lees libros nuevos... Todo eso repercute en las canciones que compones, es inevitable. Lo de puñetear a los periodistas es un efecto secundario que nuestro carácter impertinente agradece.

P Uno de vuestros referentes siempre ha sido el rock español más o menos siniestro de los 80, pero aquí creo que miráis más a los 60, a esos artistas versátiles como Bruno Lomas que igual hacían beat, soul, rythm and blues, crooner, algo de jazz y rock de toda la vida. Y todo, aemás, de una forma bastante creíble y particular. ¿Alguna cosa a reivindicar?

R Por supuesto, todo lo que orbita al Rock n Roll en castellano es algo que me interesa muchísimo. Ya sea hispano americano o nacional. Si encima es del levante como Bruno Lomas o Nino Bravo, ¿qué más se puede pedir? El rollo ochentudo ha sido es y será influencia también ¿Cómo no? Una banda que me encanta y que líricamente me ha influenciado mucho han sido los chilenos Los Prisiones .

P De repente, y después de tres discos, una canción en valenciano («Està feta per tu»). ¿Por qué esta letra en concreto (o quizá esta música) requerían este idioma?

R Todo vino de una broma de local (de las de peor gusto) en las que queríamos titular un tema instrumental en valenciano, para decir que teníamos una canción en valenciano pero en realidad no tenia letra. Ya ves, una tontería como otra cualquiera. La cosa es que justo para este disco no salio ningún tema instrumental, así que esta canción, que ya tenia una letra pero no nos convencía mucho, la re escribí en valenciano y sorprendentemente quedaba genial.

P Otra canción que de alguna forma se sale de la norma es «Decadencia», que es una especie de «The revolution will not be televised» de Gil Scott-Heron pero en la que parecéis aún más incrédulos y cabrones que él. ¿Cómo nace este tema?

R «Decadencia» es un tema descartado del anterior disco, que se llamaba así. La canción no nos moló pero el titulo sí, así que se quedó el título como nombre del disco y la canción se fue al cajón. Para este nuevo disco, Jussi trajo la melodia esta cíclica y surgió hacer algo narrado. Saqué esta letra del cajón y retocándola un poco cuadró muy bien. Reciclaje ante todo. Ademas nos molaba la idea de conectar los dos discos de esta manera.

P Canciones como «El caldo nacional», «El corte inglés», «Es por usted» o la misma «Decadencia», ofrecen una visión bastante crítica de lo que nos rodea. ¿La edad os ha empeorado la forma de ver las cosas?

R Ya estábamos jodidos de antes, no te creas. El sentido crítico se nos ha ido de las manos creo yo. Antes la gracia era que los temas eran bailongos y rápidos y las letras ácidas y críticas. Ahora todo tiene ese toque amargo, con más menores y eso... La cuestión es intentar mantener una actitud crítica con lo que te rodea, pero sin dejar amargarte demasiado, que todo lo malo que quieres remarcar y criticar no se te meta dentro y te transforme en alguien gris.

P Soléis hablar de vuestras referencias musicales, pero ¿cuáles son las no musicales? Podríamos decir que «El caldo nacional» tiene el tono lúgubre de un grabado de Goya, y «Algoritmo y esperpento» es como si la hubiera empezado a escribir Lorca y la hubiera acabado Valle Inclán.

R Sí, nos interesa mucho la obra gráfica y la literatura, muchas veces son influencias mayores que lo musical. Dos de nosotros hemos estudiado Bellas Artes y otro Filosofía, así que nos interesa mucho cualquier tipo de expresión artística y muchas veces de ahí surgen los orígenes de las canciones. Prosa, ensayo, cómics, teatro, pintura, cine, animación, danza... No es tanto el género como la obra en sí.

P ¿Cómo influyen vuestras actividades no musicales (ilustración, escritura, ser padres, ser personas más o menos normales) en vuestra música?

R Todo influye, eso está claro. Digamos que Aullido Atómico es la consecuencia de todo lo demás. Cualquier cambio personal influye en lo demás. Es cierto que ahora mismo la banda no es nuestra actividad principal, que por momentos fue, pero sigue siendo una de nuestras prioridades vitales y laborales.

P «Paso el dedo y ya está», cantáis en «El Corte Inglés». Y en «carencia de amo» decís que «el objetivo es la suspensión del sentido crítico. Cállate y déjate llevar, cómprate algo». ¿Tiene sitio en estos tiempos blandurrios el rock'n'roll que se queja de que «callar es morir, y morir es claudicar»?

R Desde luego que no, el rock and roll es un nicho de hedonistas despolitizados o directamente de derechas. Pero hay huecos, entresijos, salitas donde nos colamos y siempre hay alguien que quiere escucharnos. Creo que mientras tengamos ese público, ahí estaremos.