El día después de ganar el último Mundial de baloncesto y ser elegido el mejor jugador del torneo, Ricky Rubio declaró que parte de la culpa la tenía El poder de confiar en ti (Planeta de Libros), el título de autoayuda más vendido en España. El autor, Curro Cañete (Málaga, 1978), estudió Derecho, ejerció de periodista y no era feliz. Descubrió el porqué y hoy es el coach de las celebridades.

P ¿Incluso confinado mantiene el tipo?

R Vivo como si el mundo se pudiera acabar en cualquier momento.

P ¿Así, sin ayuda de química alguna?

[Ríe] Me lo he trabajado mucho, y lo haré hasta el final de mis días.

P ¿No hay una solución rápida?

R La felicidad es una conquista diaria. Yo, si no me lo trabajo, puedo verme atrapado en hábitos destructivos. Siempre estoy a unos cuantos pensamientos del caos tenebroso. Y nadie está a salvo.

P ¿Ha conocido las tinieblas?

R Soy el menor de cinco hermanos. Desde que nací, compartí habitación con mi hermano Rafa. Un día, a la vuelta de la biblioteca, me encontré a toda la familia llorando. Se había quitado la vida. Mi hermano era 100 veces mejor persona que yo, pero le costaba vivir. Durante años negué mi propio derecho a existir.

P No tenía la culpa.

R Yo escondía un secreto. Estaba dentro del armario y tenía miedo a tener una enfermedad. No era capaz de contar nada a nadie, ni de buscar ayuda. No veía salida. En aquellos días se me pasaron muchas cosas por la cabeza... Lo que te da miedo, tiene poder sobre ti.

P ¿Cómo salió de ahí?

R Me fui a Playa Blanca, en Lanzarote, las pruebas resultaron negativas y me di cuenta de que, pese a trabajar en medios como «Vanity Fair» e ir a fiestas, no era feliz.

P De ahí a inspirar a Ricky Rubio, Nuria Gago, Lydia Bosch, Loles León...

R Di un salto mental. Liberarte de las creencias que te limitan es como si salieras de una cárcel. Cuando, además, te das cuenta de que tú tenías la llave y sabes que nadie puede obligarte a entrar otra vez, te vuelves imparable.

P Pues encerrados estamos todos.

R El coronavirus puede ser una gran oportunidad para crecer, para decidir cómo queremos vivir.

P Permita que lo dude.

R Nos distraemos con facilidad. Hay que ser consciente de lo que uno decide que sea importante en su vida. Desde donde estés, puedes empezar a caminar hacia donde quieras ir. Concéntrate, como dice Will Smith, en tu siguiente ladrillo. Todos tenemos el poder de empezar de cero y de reconstruirnos.

P ¿Por dónde empezó usted?

R A los 15 años descubrí que se me daba bien escribir, porque conseguí enamorar a la chica más guapa del colegio con una notita. Así que, cuando había aprendido a confiar en mí y en la vida, me puse a escribir. Y a medida que vas ampliando tu mente, se abren infinitas posibilidades, todo gana luz e intensidad y menos cosas te pueden dañar.

P Hay remontadas difíciles. Sin ingresos, ya dirá.

R Si no tienes dinero, coge un folio y escribe qué quieres hacer con tu vida, cuáles son tus talentos, cómo quieres contribuir al mundo.

P ¿Y una vez hecha la lista?

R Lo más importante es aprender a pensar en positivo. El antídoto contra el miedo es la confianza y la confianza parte de una decisión: ver el vaso medio lleno. Si llevas la atención hacia el lugar al que quieres llegar, empiezas a salir. La clave está en los pensamientos.

P ¿Usted hacia dónde quiere ir?

R Yo me veo con 100 años con mucha energía, viajando con mis sobrinas, mis amigos y mi pareja, que llegará en unos cuatro años.

P ¿Cuatro años, significa que no la tiene?

R Los sueños no llegan todos a la vez. Tengo una lista, y voy por orden. Mis prioridades ahora son mejorar en crossfit y estudiar inglés, que la última vez que fui a Londres, un chico guapísimo me quiso invitar a cenar y le dije que no porque no entendía nada de lo que decía.

P Muy práctico.

R Y desde luego, darle mucho menos espacio al miedo y más al amor. El miedo es mucho más peligroso que el coronavirus. Se contagia y no permite realizarte. A menudo no entiendo el mundo, pero he decidido amarlo.