sta no es otra serie criminal. Al menos no una del montón. «Broadchurch» es una obra de teatro encajada entre las cuatro esquinas del televisor para deleitar al espectador con un juego de espejos sin igual. Esta serie de la BBC, que consta de tres temporadas, es una producción polifónica que gira en torno a la desaparición de Daniel Latimer, un conocido niño de Broadchurch, un pequeño pueblo costero del sur de Inglaterra, donde todos sus vecinos se saludan al pasar por la calle principal y donde, al parecer, todos guardan secretos. Los directores de orquesta son los actores británicos David Tennant y Olivia Colman. El primero es conocido por participar en «Doctor Who», y ella, por interpretar a Isabel II en «The Crown». Ambos forman un equipo interpretativo que supera con creces a Mulder y Scully, sobre todo porque tanto Tennant como Colman aportan una factor destructivo que les hace aún más humanos. Saltan chispas en cada escena, pero solo porque ninguno soporta el hecho de trabajar juntos. El creador de la serie no es otro que Chris Chibnall, «showrunner» de «Doctor Who», quien no dudó en contar con Tennant para interpretar al detective Alec Hardy, personaje que arrastra otro caso de su pasado, el asesinato sin resolver de dos niñas.

Si de algo viene bien la serie es para descubrir a Olivia Colman. Su papel en «Broadchurch» le permitió participar después en «Fleabag», «The Crown» o en películas como La invitada (2019), con la que se llevó el Oscar a la mejor actriz protagonista. Sin embargo, ninguno de esos papeles se asemeja al de Ellie Miller, vecina de Broadchurch, con una vida la mar de convencional que pronto se ve sumergida en un caso que le pone contra las cuerdas.

La serie fue aclamada por la crítica, sobre todo por su primera temporada, donde la prensa, juega un importante papel. Los desafiantes tabloides británicos no son ajenos al encanto y misterio del pueblo de Broadchurch. Durante la segunda temporada, la producción da un giro hacia el thriller judicial, mientras que la tercera entrega se sumerge en un caso igual de intrigante que el de Danny Latimer. Pese a que no volverá a haber otra entrega de «Broadchurch», vale la pena destinar el preciado tiempo del confinamiento. Aunque sea para saber cómo podemos conocer mejor a nuestros vecinos. Nunca se sabe.