El proyecto enológico de Vinya Alforí continúa con paso firme la senda que inició en 2015 encaminada hacia la elaboración de vinos con sello propio. Sus responsables, Vicente Francés, propietario de la finca Casa El Peller, y Vicent Penadés, ingeniero agrónomo y gerente de la firma, partieron de una explotación agrícola con más de dos siglos de historia con la idea de crear vinos mediterráneos sin complejos. En la actualidad la bodega de Fontanars dels Alforins está totalmente renovada y cuenta con 50 hectáreas de viñedo de Monastrell y Macabeo, donde la Verdil también tiene su espacio.

Hace un par de años lanzaron sus dos primeros vinos, un blanco joven, monovarietal de Macabeo y un Monastrell criado al 50% en depósitos de hormigón y de madera. A ellos han seguido dos tintos que llevan el nombre de la parcela de la que provienen, Solana y Umbría, en los que plasman las condiciones de cada lugar partiendo de la Monastrell.

La última novedad es Cubet, un blanco pensado y hecho con paciencia y la calma necesaria para conseguir la expresividad y los elegantes aromas de la Macabeo, una de las uvas blancas preferidas por los viticultores del Arco Mediterráneo por sus vinos equilibrados y resistentes a la oxidación, aunque hay que controlar su generosa productividad.

La palabra «cubet» que le da nombre corresponde a como denominan tradicionalmente en la Casa Peller a los depósitos de hormigón, donde también fermenta este vino y en los que, con posterioridad, reposa y se afina durante 18 meses.

El color amarillo pajizo brilla con destellos dorados en la copa del Cubet 2017. Su aroma es de buena intensidad, recuerda a una cesta de manzanas maduras recién recolectadas, es complejo, con evocación mineral y a plantas medicinales. Tiene una destacable entrada en boca, es sedoso, untuoso, con buena frescura y lograda acidez, llenando el paladar de agradables sensaciones. Las recompensas de la paciencia.