El autor de mayestáticas piezas como 'Goingto a town', 'I don't know what it is' o 'Cigarettes and chocolate milk' ha tardado ocho años en recuperar al cantautor pop que un día fue, tras sus incursiones en la ópera. Rufus Wainwrightnos atiende por vía telefónica para hablar de 'Un follow the rules', un álbum que proyecta su vida adulta a través de su lenguaje musical más identificable.

El disco recupera arreglos y sonoridades que podemos relacionar con sus primeros álbumes. ¿Es el fruto de haberse reencontrado con su material más antiguo en la gira 'All these poses'.

Disfruté mucho de esas canciones y me di cuenta de que los fundamentos de mi estilo como compositor estaban ahí, bien definidos. Cuando empecé mi carrera, mi voz estaba poco desarrollada, pero ya tengo 46 años y siento que canto mejor que nunca, y fue un placer interpretar esas canciones con mi instrumento actual. Los cantantes suelen dar lo mejor de sí mismos a partir de la cuarentena. A la vez, mantengo viva mi búsqueda, que no sé si me llevará a algún puerto, pero que sigue ahí.

Sus canciones suenan más felices que en otros tiempos.

Mi anterior disco pop, 'Out of thegame' (2012), fue mi vía de escape ante la muerte de mi madre. Seguramente fue mi álbum más oscuro, y necesité la ayuda de Mark Ronson para seguir adelante. Esta es una propuesta distinta, una especie de instantánea de mi vida actual, con sus tragedias y su gloria. Creo que es una declaración muy sincera de lo que representa estar en la mediana edad, algo por lo que pasa todo el mundo. No es un pecado, se trata de hacerte mayor, de que el pelo se ponga gris? Es parte de la existencia. Lo celebro, aunque hay algo de tristeza ahí.

¿Dónde diría que hay que encontrarla, en esa vida aparentemente radiante de hombre casado y residente en las colinas de Hollywood?

Mi madre anda todavía por ahí. Era demasiado joven para morir, estaba en la sesentena, y cuando falleció tuve plena conciencia de lo que significaba a un nivel fundamental. Y, sí, aquí estoy ahora, con mi vida maravillosa, una hija fantástica, un estupendo marido, una gran carrera, y no puedo evitar la sensación de que todo eso puedo perderlo, porque como decía George Harrison, todo pasa ('All things must pass'), y aunque soy partidario de la celebración, conservo ese sentido de la tristeza, porque las cosas no son para siempre.

La cancion'Unfollow the rules' viene de la película 'Here and now'.

Fue una bonita manera de iniciar la confección del álbum. Hago canciones todo el tiempo, encuentro la inspiración en cualquier cosa, y en este disco, gracias en gran parte a Mitchell Froom, el productor, tuve tiempo para analizar el repertorio y reunir 12 canciones que funcionaran juntas.

¿Qué reglas son esas que hay que dejar de seguir?

Me gusta la idea de dejar de seguir ciertas normas que han estado ahí desde siempre y que ahora movimientos como Me Too ponen en el centro del foco. Todo se está reevaluando, y es doloroso, pero necesario. 'Unfollow' es a la vez un término muy moderno: puedes dejar de seguir a gente en Facebook o en Instagram. Es el lenguaje del siglo XXI. Uso 'unfollow' en el sentido de revertir las cosas y, quizá, después de todo, decidir seguir a alguien.

¿Se propuso evocar a conciencia el estilo de sus viejas canciones?

Sí, veo este álbum como el sujeta-libros que cierra el primer acto de mi carrera. El primero de mi biblioteca. Quería que fuera algo retrospectivo y reverencial respecto adonde vengo. Dos años antes de irme a California, yo estaba tocando en Nueva York y nadie entendía lo que hacía ni me aceptaba. Me costó encontrar mi voz, pero cuando hice mi primer álbum todo cobró sentido.

Le echó una mano el venerable Van Dyke Parks.

Y conecté con toda una tradición que me conducía hasta los Beach Boys, y me sentí aceptado.

Ahora, dos años después de 'Swordof Damocles', llega otra canción con referencias a Donald Trump, 'Devils and angels (Hatred)'.

Es la única canción política del álbum. El 2020 será, seguro, el año más determinante en la historia de la Humanidad debido a la capacidad del gobierno estadounidense de destruir el planeta si se le da la oportunidad. El tema alude al ambiente actual, muy desafortunado, si bien después de la guerra viene la paz.

¿Qué le aportó Mitchell Froom, un riguroso productor que ha sido cómplice de artistas como Suzanne Vega, Randy Newman o Elvis Costello?

Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Entendió mis sensibilidades mejor que yo mismo. Sabe que Rufus Wainwright es un romántico, una especie de 'dandy', y que sus canciones son exuberantes y, en cierto sentido seductoras, pero al mismo tiempo quería que fueran sencillas. Él es capaz de darme tragedia expresando emociones y sin sobreproducir las canciones.

Hay piezas que rescatan su fondo folk de guitarra acústica, y una de ellas, 'Damsel in distress', se inspira en Joni Mitchell. ¿Qué le lleva hacia ese imaginario?

Muchas de las canciones del disco se basan en la guitarra porque en los últimos tiempos he estado girando mucho y encontrándome en la habitación del hotel, lugares en los que no suele haber un piano, pero sí disponía de mi guitarra. Mi marido y yo vivimos en Laurel Canyon y somos admiradores de Joni Mitchell y de Jackson Browne. Estoy en medio de esa tradición de canciones apuntaladas en la guitarra. Como mi propio padre. Lo llevo en la sangre.

Desde hace un tiempo, el folk-rock de Laurel Canyon y el soft rock de los 70 campan en el pop independiente.

¡Es que la gente sufre! Siente dolor, miedo, tristeza? Hace poco estaba en un aeropuerto, el de Hong Kong, creo, en un tránsito de un par de horas, tenia 'jet lag', estaba hecho polvo, y en el hilo musical estaban sonando canciones de los Carpenters, con esa voz tan dulce de Karen Carpenter. Había ahí algo tan emotivo, en lo que te sentías llamado a confiar? Una sensibilidad, debilidad incluso, que conecta con el estado de la humanidad en estos momentos. Es música para la resaca. Algo así.

Después de sus experiencias en la ópera, ¿este disco pop ha sido liberador?

El mundo de la ópera es el palacio al que hui durante unos años para entrenar a mis demonios. Soy un poco como Peter Pan, necesito volver al país de Nunca Jamás. Regresaré a la ópera en un momento u otro, pero no todavía.