En la planta 40 del Empire State de Nueva York hay una cafetería con muebles de Point, igual que en muchos restaurantes de Singapur y Dubai. Es muy difícil que un europeo no se haya sentado en uno de los modelos de esta fábrica de La Marina Alta que cumple sus primeros cien años.

Point es un clásico del diseño moderno porque su fama se sustenta en la visión de una familia de artesanos que fusionó la tradición del trenzado del mimbre con el mejor mobiliario exterior. Una empresa familiar que celebra el centenario con el Premio Nacional de Diseño 2019 en sus vitrinas por su contribución a la mejora de la sociedad y de la calidad de vida de las personas.

«El premio es un reconocimiento a una labor de años, ya que somos una empresa que siempre hemos estado innovando, incorporado diseño al producto de artesanía», explica Pepe Juan Pons, director de Producción de Point y uno de los cuatro hermanos propietarios. Cuenta como su abuelo emigró a Argentina, donde aprendió el tejido de mimbre y de otras fibras naturales como el ratán, y de regreso a Gata de Gorgos fundó un taller de mobiliario con las técnicas aprendidas en América. «Desde siempre hemos incorporado diseño a esa artesanía».

Pegado a la realidad, Point se inspiró en el mítico sillón filipino de Emmanuelle para rebautizar con ese nombre uno de sus modelos de sillones más populares. Sus diseños son reconocibles en la mayoría de chalés y terrazas del mundo, por eso el nivel de exigencia de la fábrica es máximo. «El diseño es el equipo», aclara Pons, por eso la relación con los diseñadores «siempre es humana». El último en incorporarse ha sido Mario Ruiz, como director creativo, pero los mejores han dejado su firma innovadora en sillas, sillones, sofás, butacas y mesas, como Vicent Martínez, Gabriel Teixedó, Francesc Rifé o Christophe Pillet.

Con fábricas en Asia y un gran centro logístico en Xaló, la familia Pons es la embajadora del diseño valenciano, con un 80 % de exportación que le ha llevado a estar presentes en más de setenta países, y a contar con delegaciones propias en Europa, Estados Unidos, Asia y Oriente Medio. Además, la compañía se implicó desde el primer momento en la candidatura de València como Capitalidad Mundial del Diseño para 2020, un evento que según Pepe Juan Pons servirá para que «València suene a nivel mundial y que el diseño se incorporé a la gestión pública». Cuatro generaciones que han dibujado la evolución de un diseño mediterráneo, con cada hilo, cada nudo, cada hebra y cada recodo de sus piezas.