Está de resaca. De la buena. Premio Max a la mejor actriz por su papel en Las cosas que sé que son de verdad, Verónica Forqué estrena hoy Salir del ropero, una película, dice, «guay»; una comedia romántica en la que comparte protagonismo con la fallecida Rosa María Sardá. Una película en la que sobre todo se reivindica la libertad ya que en su madurez, Sofía (Forqué) y Celia (Sardá), ambas lesbianas, deciden dar la campanada y casarse, pasando del qué dirán de la sociedad y su familia.

P ¿Llevamos la vida que realmente queremos?

R Un no rotundo, ni en el trabajo, ni en el amor, ni el sexo, en nada de nada. Estamos muy mediatizados y condicionados. Nacemos y ya nos inducen... desde los juguetes que nos regalan, a lo que nos dicen nuestras madres que tenemos que hacer a la niña y al niño... La libertad es algo que se pierde muy pronto, casi al salir del útero. Así es la vida, pero creo que el sentido de la vida es luchar por la libertad y que cuando llegues a la hora de la muerte puedas decir, muero libre. Y eso es algo difícil, muy difícil de conseguir.

P «Salir del ropero» es un canto a la libertad; a una libertad sexual que en el SXXI debería darse por sentado pero que, en el caso del lesbianismo, aun chirría.

R Chirría demasiado. Reconozcámoslo, todos tenemos un rechazo hacia el lesbianismo. Yo misma. Tengo muchos amigos gays, me los imagino en la cama y me hace como gracia, pero imagino a mis amigas lesbianas en la cama comiéndose el coño y me da repelús. ¿Por qué? es tan injusto, pero a mí me pasa. Las protas de la peli lo tienen muy claro, como tantos, pero eso les cuesta la vida porque no viven como ellas quieren vivir. El papel de Celia, el que hace Rosa María, es increíble, una mujer que a los 60 años dice, 'o ahora, o nunca' y además dice 'yo tengo amistad con el Papa'. La historia es... en el rodaje no parecía que Rosa iba a morirse. Para nada. La Rosi estaba estupenda y monísima. De puta madre. ¿La has visto? Y luego mira, se ha ido. En el rodaje nos hemos reído muchísimo, pero también por su mala leche que era lo que nos hacía reír. Ella no está pero está por aquí porque yo la noto.

P ¡Qué especial debe ser para usted esta película!

R Especialísima. He tenido la suerte de hacer con Rosi su primera y su última película. Ella estaba loca por ser actriz e hicimos Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo, una comedia divertidísima y ahora la última. El reparto de la peli es buenísimo. El papel de Perla, que hace Candela Peña, es maravilloso. ¡Lo que nos ha hecho reir esa Candela no tiene precio!, ¡qué graciosa que es!

P ¿Qué ha sentido al ver la película ya montada?

R No la he visto. Yo veo mis películas cuando ha pasado un tiempo y he visto la reacción de la gente. Yo sé cómo es la película que he hecho y no me hace falta verla. Sé que esta es maravillosa, lo siento y estoy contenta. Una lleva muchos años y sabe y lo nota.

P ¿Por qué en el SXXI se siguen poniendo etiquetas?

R ¡Qué manía con las etiquetas y las opiniones! Aquí se habla, hablamos, mucho.

P ¿Le importa lo que diga la gente de usted?

R Ahora ya no. Con Carmen Maura, mi Carmen, coincido en querer vivir sin etiquetas. ¡Estoy harta! Si te haces un porro, eres una drogadicta, pero si te bebes seis gin tonics, eres guay... esta hipocresía de la sociedad. Mira, la pandemia es una putada muy grande, pero al mismo tiempo, todas las crisis grandes nos ponen las pilas y nos hacen decir ¡guau! y aunque no queramos nos hacen cambiar. Ahora, solo por el acto de llevar mascarilla y media cara tapada, nos miramos todos a los ojos y nos escuchamos más. Lo malo es que ahora la gente está muy irritable y cabreada pero... todo es muy fuerte.

P El confinamiento frenó «Las cosas que son de verdad», obra por la que ha recibido un Max, ¿saborea ahora más cada una de las representaciones?

R Acabamos de reanudar ahora y está siendo muy especial. Toco madera para poder seguir. Fue emocionante pero triste el ver cómo tenía que estar el teatro con tanta separación, fila sí, fila no, y la gente con mascarilla con lo que no podías ver las reacciones de la cara. Fue emocionante. En la reanudación, fijate por dónde, uno de los actores dio positivo y lo tuvimos que reemplazarlo por otro... salió bien

P La siento feliz.

R ¡Viva Rosa María Sardá!, ¡viva Salir del ropero! Por favor, ir al cine. Es una película divertida y cachonda que da ganas de follar a tope, aunque tengas más de 60 años.