Arrasó con todo e hizo historia. «Schitt’s Creek», la desconocida serie canadiense, fue la gran triunfadora de los recientes Premios Emmy que se otorgaron el pasado domingo en Los Ángeles. Ligera, concisa y entrañable, la producción es resultado de la sincronía de padre e hijo. Dan y Eugene Levy son los que están detrás de esta comedia como showrunners. Aunque Dan ha ido un paso más allá. También es el guionista, director y actor secundario. Pese a que puede parecer invasivo, no lo es, porque realmente funciona. Padre e hijo son los que dominan esta serie detrás de las cámaras para convertirla en un producto audiovisual único que ha pasado totalmente desapercibido en España pese a llevar años en el catálogo de Movistar+. De hecho, la serie cuenta con seis temporadas de más de 10 episodios. Y ahora es cuando se ha llevado todos los premios que podía, cuando ha anunciado su final. «Schitt’s Creek» no tendrá continuación, pero al menos, ha tenido tiempo para hacerse mundialmente famosa en los Emmy.

La serie cuenta la situación de los Rose, una familia pudiente de Canadá. Acaban de perderlo todo. El fisco ha embargado todas sus pertenencias. Así que acuden al único sitio que les queda. Este es Schitt’s Creek, un pueblo de mala muerte que el padre de familia compró de broma. Ahora será su nuevo hogar. La adaptación a su nueva vida no va muy bien. Moira, la madre y una popular actriz de telenovelas, está al borde de un ataque de nervios. David, un galerista emergente, la toma con su hermana Alexis, una pija redomada que vive más tiempo en las nubes que en Schitt’s Creek. Para colmo, la familia se las verá con el alcalde del pueblo, un excéntrico hombre que disfruta viendo la desdicha de sus nuevos vecinos.

La producción se centra en la decadencia de la clase alta, al igual que en el hastío de la clase trabajadora, dejada de la mano de Dios y aguantando que los ricos todavía crean ser sus salvadores.

La comedia se llevó el Emmy a la Mejor dirección para Dan Levy, al igual que el Mejor guion. También ganó el galardón a la Mejor comedia y arrasó en las categorías interpretativas de comedia, con premios para Catherine O’Hara (Moira), Eugene Levy (Johnny), Annie Murphy (Alexis) y Dan Levy (David). El equipo vivió la ceremonia virtual desde Canadá. Allí recibieron los siete premios, a manos de un trabajador de la gala provisto de un EPI.

La serie vale la pena por su humor ácido, mucho mejor que el de las series estadounidenses a excepción de algunas perlas como «The office». También es magnífica porque cuenta con actores veteranos forjados en la comedia, como O’Hara, histriónica madre de la película Solo en casa, o Eugene Levy, el inolvidable padre de American Pie.