Uno quisiera hablar de música con Kiko Veneno (Figueres, 1952) pero acaba hablando del sistema, de los mares, de reyes eméritos, de algoritmos y de la unión de los trabajadores. Él dice que puede hablar, y cantar, de lo que le dé la gana porque es un abuelo y porque canciones como «Volando voy» o «Echo de menos» le han granjeado el respeto popular de varias generaciones de españoles. En 2019 publicó Sombrero roto, un disco valiente, atravesado por la electrónica y la necesidad de no estancarse, con el que apenas ha podido girar por culpa de ese virus que, como dice cierta canción, no nos deja olernos ni manosearnos.

Este viernes el antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes acoge el primer concierto del ciclo «A la llum de la lluna» con las localidades agotadas. El cartel es doble y singular. Por una parte, los valencianos Seguridad Social tocarán acompañados por los pinceles de Paco Roca. Por la otra, Kiko Veneno desnudará hasta la impudicia las canciones de su último disco y sus temas más clásicos.

La última vez que tocaste en València, en 2019, viniste con ocho músicos. Ahora vienes solo y un guitarrista. ¿Echas de menos la compañía?

Veras tú, yo empecé en la música tocando en la calle con mi guitarra, cuando era estudiante y me iba al extranjero a correr aventuras. El grupo que teníamos para la gira de Sombrero roto era una cosa bonita y a mí lo que más me pesa es haberles dejado sin trabajo. A mí me contratan pero a ellos no, y eso es lo que más me duele.

¿Hay una brecha social entre los músicos que podéis seguir trabajando y los que no?

Sí, y no deja de ser reflejo de la brecha social que hay desde que las políticas liberales mataron a la socialdemocracia y que cada vez se acentúa más. Los supuestos partidos socialistas que representaban a la izquierda ya hace tiempo que dejaron colgados a los trabajadores. A los trabajadores se les ha apartado del conocimiento y control de la actividad económica y se les ha convencido de que ser trabajador es lo peor y que lo mejor es ser empresario y prosperar.

¿Por eso hay gente de izquierdas que vota a la derecha?

Es que la izquierda hace tiempo que no existe. El PSOE fue de izquierdas dos años, hasta que llegó la OTAN. Esta enfermedad, la covid, la globalización, el desastre de los mares que están podridos de residuos y de bancos incontrolados... Todo eso lo ha conseguido el sistema éste. Pero bueno, aquí estamos los abuelos, a los que ya no nos pueden quitar el trabajo, para denunciar esto y para decirlo con un poco de alegría y ritmo y dar un poco de caña y abrir una brecha en las conciencias.

"El PSOE fue de izquierdas dos años, hasta que llegó la OTAN. Esta enfermedad, la covid, la globalización, el desastre de los mares que están podridos de residuos y de bancos incontrolados... Todo eso lo ha conseguido el sistema éste"

Kiko Veneno - Músico

¿Y qué puede hacer un músico? La pandemia ha traído mucha canción solidaria pero pocas de protesta.

Yo puedo hacer una canción protesta porque como canto «Volando voy» y «Echo de menos» me dejan protestar un poco. ¿Pero quién va a contratar a un músico joven que proteste? Dentro del sistema actual, con muy pocas actuaciones y poco dinero, los músicos deberíamos buscar alguna rentabilidad en internet. Hasta ahora internet ha sido un robo para todas las ideas, cobramos cosas ridículas, es una latrocinio... Hemos de buscar plataformas nuevas que nos paguen un salario digno.

En las protestas de «Alerta roja» ha parecido que el sector está bastante unido. ¿Será capaz de mantener esta unión más allá del coronavirus?

No nos emocionemos. Esta unión han sido dirigida por los grandes empresarios de los equipos de sonido de los festivales. Así que a los trabajadores nos ha cogido un poco de lado. Tenemos que unirnos, sí, pero los trabajadores, no los empresarios.

Tienes una nueva canción, «Días raros», que dice que «Tu vecino puedes ser tu amigo, de pronto nos miramos sorprendidos». ¿Algo bueno hemos sacado del coronavirus, no?

Sí, es una canción que estamos cantando en directo y en la que invito a cantar a Kora, una chica joven de Barcelona con mucho talento. Me gusta mucho estar con la gente nueva. No tengo nietos, pero me comporto como una abuelo y me permito darles consejos.

¿Y qué consejos les das?

Les hablo del valor de la música como comunicación, como liberación, como conciencia, como unión... El valor de la cultura, eso que hemos vivido en el confinamiento con la gente que entre los discos, las películas o las series lo ha tenido todo más soportable. En España hay un pequeño grupo de músicos que van a los festivales y ganan mucho dinero, y una mayoría que tiene vidas miserables. No hay una clase media en la música. Por eso también les aconsejo que se unan para acabar con la precariedad.

¿La gente ha escuchado música para pasar el encierro pero se ha olvidado de los músicos?

Vivimos en una sociedad muy evanescente, donde las opiniones son muy frágiles porque el sistema nos quiere así, con opiniones emocionales pero sin peso ninguno. La gente lo que tiene que hacer es votar a una alternativa de verdad al sistema, el resto es publicidad.

Esa alternativa parecía que era Podemos pero ahora forma parte del Gobierno, del sistema.

Podemos está en el Gobierno evitando que el PSOE, que es un partido de derechas, se convierta en extrema derecha. Están haciendo algo, pero tendrían que hacer mucho más.

Hablemos de «Sombrero roto», el disco que tendrías que estar presentando en gira. Es un disco valiente en el sonido e incluso en la voz. Cantas hasta diferente.

Me encanta que digas eso. A veces somos muy esclavos de nuestra forma de ser. Los músicos tenemos la obligación de probarnos, de darnos la mayor amplitud de registros posibles.

En «Autorretrato» dices que eres «feo y sin salero». Así y todo, no te ha ido demasiado mal...

Eso lo digo para que la gente se apiade de mí, es una jugada de viejo: cuentas tu defectos y enseguida empatizas con la gente. Vivimos en la sociedad de la pamplina, en la que la gente está muy acomplejada. Pero cuando viene un abuelo con sus defectos, inmediatamente se granjea el cariño de la gente.

"Tengo un poco la consideración de icono, como se dice ahora. Llevo muchos años, he traspasado varias generaciones y ya tengo un reconocimiento social y hasta premios del Estado. Intento ser una persona cercana, humilde"

Kiko Veneno - Músico

Ese cariño lo has tenido siempre.

No sé, yo no sé cuál es la dimensión de mi música. En internet no tengo muchos oyentes, solo «Echo de menos» y «Volando voy» que tienen 5 millones o algo así. Pero con el algoritmo hasta que no llegas a los 100 millones no ganas dinero. Tengo un poco la consideración de icono, como se dice ahora. Llevo muchos años, he traspasado varias generaciones y ya tengo un reconocimiento social y hasta premios del Estado. Intento ser una persona cercana, humilde.

Cantas en el disco que tú querías ser español. Hay gente a la que le gusta tanto serlo que lo proclama con una bandera en la mascarilla.

A los de la banderirta en la mascarilla primero hay que compadecerlos sin odio y sin acritud porque intentan mostrar su verdad... Que es que Franco tenía razón. Pero Franco era un asesino y un criminal, ordenó fusilamientos y desapariciones sistemáticas... Pero hay gente que vive del odio y que lo único que hace es apropiarse de cosas que no son suyas, como la bandera. La bandera es de todos.

¿Te ponen difícil ser español?

Ser español es fácil porque somos un país con mucha vitalidad y variedad, un país muy anárquico pero con mucha chispa. El problema es que la casta dominante, la que impide progresar a España, la que ha sobrevivido al franquismo, está desde Isabel II a la que el pueblo echó en 1868 porque la pillaron robando, igual que al rey de ahora, un tío que pilla el dinero y se fuga y que aún hay quien lo defiende. ¿Cómo vamos a ser honrados en este país si la corrupción se irradia desde la cúpula de Estado?

¿Estará pensando la Casa Real que «esto puede ser el fin», como en los «Blues de Memphis»?

Sí, sí. No hace falta ser republicano, con ser un poco democrático y cristiano y normal te das cuenta de todo lo grotesco que ha hecho el rey Juan Carlos y cuan podrido esta todo. En España la gente de verdad de derechas es el 0,3 por ciento, que son los que realmente son ricos. La mitad de los que votan a la derecha es gente pobre que se piensa que diciendo que es de derechas se va a hacer rica. Pura ilusión.