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Belako: "Estamos intentando parecernos a Abba"

Belako: "Estamos intentando parecernos a Abba"

Belako lo tenía todo planeado para que 2020 fuera su año triunfal. Nuevo disco (Plastic Drama) que se iba a publicar en mayo, gira de conciertos internacional con paradas en Estados Unidos, Alemania o Inglaterra, verano de festivales en España... Pero el coronavirus echó al traste cualquier plan y la banda de Mungia tuvo que reinventarse: la publicación del disco se retrasó al pasado agosto, pero antes publicaron siete singles en internet. Y cambiaron el escenario grande del festival de Reading por una pequeña gira por autocines que tuvo su primera parada en Dénia. «Eso ha sido de lo más loco que hemos hecho en todo el tiempo que llevamos con el grupo», explica por teléfono el batería Lander Zalakain. «Pero es que este año es el de las cosas raras -añade-. Lo tenemos ya todo como superasumido, y ya por encima de la marcianada se ha quedado lo especial y bonito que fue ese concierto de Dénia y, sobre todo, lo contenta que estaba la gente y lo contentas que estábamos nosotras. En un momento pasamos de la depresión máxima, porque esto del coronavirus nos pilló en Nueva York cuando estábamos a punto de empezar una gira y tuvimos que volver, a que al final ganase la música aunque fuese en un autocine».

¿Cómo se ve desde el escenario eso de que el público tenga que estar sentado, y no se pueda tocar ni manosearse ni tirarse la cerveza por encima?

Aquello del autocine fue raro pero fue una preparación perfecta para lo que veríamos después. Ahora las medidas son más estrictas que entonces. El disco ya está en la calle, daremos conciertos como el del sábado en la Marina, y después de haber tocado en un autocine, todo lo que viene después es un poco más normal. Ahora tenemos que adaptar el repertorio para que el rugido del rock esté vigente, porque es lo que sabemos hacer, pero de una manera diferente para que la gente no se mueva tanto.

El problema es que «Plastic drama» parecía hecho, precisamente, para levantarse y bailar.

Te lo voy a decir claramente: esto es una putada. Belako teníamos el verano lleno de fechas y sobre todo una gira internacional muy potente. En Estado Unidos teníamos 10 conciertos que tuvimos que cancelar y solo hicimos uno. Íbamos a ir a Alemania, a Inglaterra, a tocar en el escenario principal de Reading... Es la espinita que nos queda porque el recibimiento al disco está siendo muy bueno. Los conciertos están volviendo, la gente se está dando cuenta de que la cultura es segura, pero viajar a otros países está olvidadísimo hasta 2021 seguro, pero que no sea 2022 o 2023. Pero hemos pasado del «qué putada, tengo que tocar en un autocine» a pensar que esto es mejor que nada. Si se para la cultura estamos jodidos, no solo los que trabajamos en ella sino los que la demandan.

¿Fue duro ver como todo se iba desmoronando sin poder hacer nada para evitarlo?

Al principio nuestra reacción fue bastante depresiva. Pasar de pensar que el parón iba a ser cosa de dos semanas a ver cómo se caía todo el año... Pero en abril nos pusimos a pensar alternativas como los conciertos en autocines, retrasar la publicación del disco a agosto e ir sacando singles.

¡Sacasteis siete singles en cuestión de un par de meses!

Sí, ha sido una locura. Nos tomamos muy en serio la música y hace un año me dices que íbamos a sacar siete singles antes del disco me hubiera reído. Lo hicimos porque la gente esperaba Plastic drama en mayo y no se lo íbamos a poder dar hasta agosto. Pasamos de una depresión a decir ‘Ok, o nos movemos un poco o nos vamos a la mierda’. La idea era no parar, adaptarnos al momento y arriesgar. Han pasado los meses y hemos visto que la apuesta ha salido bien. Lo singles empezaron a gustar mucho, llegaron a mucha gente que estaba encerrada en casa... Encontramos un resquicio para poder hacer cosas.

Es curioso porque «Plastic drama» se mete con la gente que se regodea en sus pequeños problemas y ahora todos nos hemos enfrentado a un drama de verdad.

Claro, esto del coronavirus es un drama muy importante, sobre todo si te centras en los casos pequeños. Todo este concepto del disco estaba antes del coronavirus, pero es inevitable interpretarlo así: vamos a relativizar las cosas, que es lo que hicimos nosotros. El drama es gordo, nos hemos quedado sin conciertos pero nuestras familias están bien. Las cuatro tenemos gente que nos ha podido echar una mano y además hemos visto que lo que hacíamos estaba funcionando. Plastic drama plantea desde qué punto de vista ves las cosas y tiene también un aire de autocrítica: somos personas blancas, del primer mundo y en una situación en la que, con coronavirus o no, somos bastante privilegiados. Así que todo esto es una putada pero tampoco estamos tan mal.

Vuestra música tiene una clara querencia al pasado. Aquí hay baterías a lo Flaming Lips, el gusto por las melodías como los Strokes... ¿Sois más de mirar hacia detrás que hacia delante?

Yo creo que las dos cosas. A Belako se nos ha denominado siempre como grupo postpunk, y algo de eso hay. Siempre hemos tenido esa obsesión de que el bajo y la batería estén muy de frente. Y sí, también nos hemos fijado en baterías como la de «Do you realize??» de los Flaming Lips, que es un grupo que nos influye a nivel musical y de sonidos. Estamos obsesionados con no sonar como otros grupos. Ahora nos encontramos con producciones que son muy parecidas unas con otras aunque sean de diferentes estilos, todo suena muy correcto y muy bien pero muy igual.

De ahí que hayáis optado por grabar de nuevo con cinta analógica.

Claro, la cinta nos da ese toque de inmediatez o de naturalidad. O nos permite hacer trucos como ralentizar el sonido como en «The craft». Son cosas que no se ven demasiado y le dan mucha riqueza a los discos.

También en «Plastic Drama» hay más coros y armonías de voces que en los discos anteriores. ¿Hay que llevarse bien para lograr eso o se puede cantar como un coro de querubines aunque odies a tus compañeros de banda?

Yo creo que no. En Belako hay mucho amor entre las cuatro, nos llevamos muy bien. Y eso sirve no solo para hacer buenas armonías sino para pasar todas las horas de ensayos y giras que tenemos juntos. Hemos formado una especie de familia entre las cuatro, nuestro manager y nuestros técnicos. Estamos intentando parecernos a Abba.

Ellos acabaron fatal. Eso sí, si tuvierais un 1 % del éxito que tuvo Abba ya os iría bien.

Ojalá, ojalá. Hay mucha gente que le da una hostia en la cara cuando decimos esto de que de Abba nos gusta porque siempre se piensa en Belako postpunk, oscuro y garajero. Pero no, a nosotros nos chifla Abba y que los cuatro metieran voces y jugaran con armonías como lo hacían. Es verdad que puede parecer que nos gusta el sonido retro de antes, pero también nos gusta la electrónica e incluso hemos grabado cosas con el móvil. Y este disco en concreto lo hemos querido hacer más orgánico, meterle grano a la cinta, experimentar con las distorsiones y, por supuesto, meterle cuatro voces porque nos encanta cantar a las cuatro e intentar llevar todo eso al directo. Si antes ya éramos muy variados, ahora lo somos mucho más.

Al final es lógico mezclar tantas cosas en esta época en la que tenemos al alcance tanta música y tan diferente.

Nosotras lo vemos lógico porque hemos escuchado muchísima música y tenemos influencias muy grandes por parte de la familia. En casa hemos escuchado el postpunk de los 80, el sonido nirvanero de los 90, el rock de los 70... Y a la vez seguimos a mucha gente de ahora, nos encanta la electrónica... Con ese punto de partida nos daría mucha cosa sonar solo a una cosa. Seguro que es más fácil petarlo si te dedicas a un solo estilo, pero nosotros nos aburriríamos si hiciéramos solo punk o solo rock o solo lo que sea. Y, además, no sabemos hacer dos conciertos iguales, no nos lo pasaríamos bien.

¿Hacéis música solo para pasarlo bien o también tenéis objetivos artísticos?

Al principio nuestra única premisa era pasarlo guay y echar una birras. Pero con el tiempo sí hemos podido desarrollar una responsabilidad con la gente que paga una entrada para vernos pero también con nosotros mismos. Este es nuestro cuarto disco y cada vez se nos hace más difícil publicar algo porque intentamos no repetirnos, retarnos a nosotros mismos. Nos gusta estar en constante trabajo y estoy seguro que el próximo disco será diferente a los demás.

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