Reyes Ruiz se sube al escenario de la Sala Russafa para dar vida a un espectáculo escrito por ella y que supone todo un viaje sin salir del patio de butacas. «Siempre tuve claro que esta obra no se iba a quedar en un cajón, a pesar de las incertidumbres que nos ha traído la pandemia», afirma la dramaturga y actriz. El Festival Sagunt a Escena acogió su estreno absoluto en agosto. «Ese primer contacto con los espectadores nos sirvió para pulir algunos detalles y hacer todavía más redonda la obra», comenta Ruiz, quien da vida a 12 personajes sobre las tablas en un camaleónico ejercicio actoral.

El montaje traslada a los espectadores a los caminos de la España del siglo XVII, un terreno que estaba vedado para las mujeres. Pero también hubo aventureras, espadachines, conquistadoras y buscavidas que desafiaron las normas y, vestidas como hombres, encontraron en ellos la vía de escape a la cárcel que les suponía la vida doméstica.

Inspirándose en personajes reales y en novelas que reflejan la época - como Lazarillo de Tormes, El Buscón o La Lozana Andaluza - nace La Pícara de Sevilla, para hacer una revisión del género juglaresco con perspectiva de género.

«No me gustaba el estereotipo de pícara que se reflejaba en los libros de la época. Tenían maldad, mientras que al pícaro se le presentaba con una calidez humana que le hacía caer simpático. Quería resolver esa injusticia», afirma la actriz y dramaturga, autora del texto que dirige Sefa Bernet.

Huyendo de un marido explotador, La Pícara de Sevilla se echa a los caminos valiéndose de su gracia, su voz y su astucia para forjar su propio destino. «Entonces las mujeres no podían salir de casa solas. Por ejemplo, las violaciones en grupo estaban a la orden del día y su única penalización era una multa que se destinaba al marido, para compensarle por la afrenta de que su esposa ya no estuviera limpia», comenta esta sevillana con 25 años de experiencia en la escena valenciana que ha tirado por la comedia para denunciar situaciones como ésta, que demuestran que la protagonista de la obra no está tan lejos de las mujeres de hoy día.

La Pícara va recorriendo senderos como los de la Andalucía del Renacimiento y Barroco en un monólogo, aderezado con canciones en directo creadas por Pep Llopis, compositor habitual de Ananda Dansa. La música y la ambientación sonora transportan al público y se convierten en una herramienta para con la que narrar parte de la acción. Pero, sobre todo, sitúan a los espectadores en el contexto de la época y marcan el avance de esta propuesta única, una insospechada road movie juglar.