Durante la pandemia, Pablo Alborán creó «Vértigo». El cantante reconoce que el confinamiento le ha ayudado a darse cuenta «de las cosas que tienes a tu alrededor que no se han movido, que son claves en tu vida». Con cautela, pero muy ilusionado, espera que su música entretenga en estos tiempos convulsos. «Es todo lo que deseo», reconoce

¿Cómo lleva el vértigo?

Con mucha cautela, porque es un momento para transmitir también ilusión. Todos los planes que tenemos van con alfiler porque no sabemos si siguen o no adelante. Tengo mucha ilusión porque este disco es clave en mi carrera.

¿Cómo ha sido el proceso de creación y producción en plena pandemia?

Muy diferente porque lo he hecho sin pensar si iba a salir o no, entonces hay mucha espontaneidad, mucha verdad, mucha sinvergonzonería... tiene unos subes y bajas brutales. Y había momentos del disco en los que yo decía, bueno, como esto igual no lo saco pues me lo voy a pasar bien, voy a intentar cosas que la gente no espera que haga, o me daba igual si lo había hecho antes o si era una ida de pinza, era un poco como esa rienda suelta. Luego una vez que iba poniendo en orden las canciones, la producción fue brutal, porque involucrarme en los sonidos, en los arreglos y hacerlo todo desde Benalmádena. Ha sido muy significativo.

¿Qué le inspira para componer y qué hace cuando le llega? ¿Es más ordenado o más caótico con su inspiración?

Pues tengo las dos caras. Hay veces que soy muy ordenado y en otras el desorden me inspira mucho. Estar en un confinamiento donde todo está desordenado y patas arriba y con una incertidumbre enorme, con mucho miedo, con unas noticias negativas te crea una sensación de valorar lo afortunado que eres y de darte cuenta de muchas cosas que son claves en tu vida.

Después de más de diez años de carrera, ¿la presión sigue ahí o lo afronta ya con más calma?

Siempre está porque respeto mucho mi profesión y el trabajo de la gente que está conmigo. Yo tengo un equipo maravilloso que realmente se vuelca en todo, pero es verdad que este disco, ha sido todo como muy sin querer queriendo y la presión no es la misma que otro disco porque realmente he hecho lo que mejor sabía hacer. Sé que he dado lo mejor, ahora ya el resto no depende de mí.

En la música se habla mucho de cifras, ¿eso es algo que le preocupa?

A mí me enervan mucho los números, las cifras y los puestos. No es que me moleste, es que me distrae mucho. Para mí la música es mucho más que eso.

¿El artista debe estar comprometido con la sociedad en la que vive?

Yo respeto lo que haga todo el mundo e intento no juzgar a nadie, porque cada uno lleva sus decisiones a nivel social, político…. Soy una persona comprometida en su día a día, entonces no puedo dejar de estarlo en mi trabajo también, a través de mi música, a través de eventos que podamos hacer, de actos que no tienen porqué ser públicos, pero sí que hay que ser comprometido. Creo que el público también espera que el artista tenga opinión.

¿Es más fácil escribir de amor o de desamor?

Es más fácil escribir sobre el desamor pero precisamente por eso en este disco hay una canción que se llama Hablemos de amor, del de verdad, del bueno. Creo que está infravalorado muchas veces hablar de amor porque cuando hablas de desamor y de lo que te duele y de los cuernos y de no se qué, pues eso une más, es como el cigarrito de turno, es más social, une, porque es a mí me pasó esto, pues a mí también, pues mira lo que me hizo ésta o mira lo que me ha hecho éste, pues mira no sé qué… y al final hay como más morbo en el dolor y la oscuridad, y creo que el amor debemos reposicionarlo otra vez y volver a poner en su sitio lo bonito que es que se quiera bien, que volvamos a valorar los pequeños detalles del día a día. Este disco además habla de los pequeños momentos que hacen que tu vida sea grande, porque ahora más que nunca todos los hemos valorado y es un fastidio que tenga que llegar una pandemia para que pongamos todo en la balanza, pero es que es así.

¿El Pablo público es el mismo que se ve cuando se apagan los focos?

Ahora sí, yo creo que sí, más que nunca. A ver, soy más comedido frente a las cámaras, pero sí que soy muy payaso, pero también una persona muy tranquila. Soy muy normal.

Como dice en una de sus canciones, ¿tiene miedo al día que no queden aplausos y no griten su nombre?¿Tengo miedo?

Hombre, me daría pena porque es mi trabajo pero también te digo, que el día que dejen de escucharme cojo el petate y me voy [Risas].

¿Cómo se sintió al saber, tras hacer pública su orientación sexual, que muchos le toman como ejemplo?

Pues agradecido y feliz por las cosas buenas que ha provocado. Pero sin más, hay que seguir en la naturalidad y en la normalidad . Mi trabajo es la música y lo que he dicho siempre, jamás hablaré de otra cosa que no sea eso.

A los que no les gusta Alborán, ¿por qué deberían escuchar Vértigo?

Porque habla de ellos también, aunque no lo sepan. Que es un disco de carne y hueso, como todos.