El champagne es el primer vino espumoso del mundo con una historia repleta de aventuras que dio comienzo en el año 300 d.C. con los romanos. En el campo de Reims, a unos 150km al este de París, nace el Reino de Francia y con ella a finales del siglo VI la historia del nombre de Champagne. Siempre hay un motivo, un logro, un nuevo comienzo por el que brindar, y no hay mejor forma de hacerlo que con una copa de champagne, pero ¿cómo podemos hacerlo como un verdadero experto? He aquí las claves para que seas (o parezcas) un experto:

¿Cuál es la temperatura ideal?

La clave: Entre 8 y 10ºC. Este punto juega un papel crucial, ya que una temperatura demasiado fría reduce la efervescencia, altera los aromas e incluso adormece las papilas gustativas y una temperatura demasiado elevada crea un exceso de espuma, dificultando el descorche y enmascarando sus aromas.

¿Cuál es la copa perfecta?

La clave: copa para vino blanco. Las copas para vino blanco son perfectas para capturar el sabor específico del champagne. Las que son en forma de tulipán también son una buena opción, ya que tienen suficiente espacio para permitir una completa efervescencia de la bebida, uno de los elementos clave.

¿Cómo servirlo?

La clave: servir la copa medio llena. Hay que servirlo en dos fases para potenciar el carbónico y así generar más chisporroteantes burbujas. Tip: el truco consiste en verter una cantidad inicial de champagne inclinando lentamente la copa (el flujo a lo largo de la pared promoverá la formación de burbujas), tomar una pausa para permitir que la espuma se asiente, y verter una segunda vez para llenar dos tercios de la copa.

¿Cómo descorchar?

La clave: discretamente. ¡Descorchar la botella es el secreto para el éxito! Tip: primero voltear suavemente la botella boca abajo para crear una temperatura absolutamente uniforme. Tomar la botella con una mano sosteniéndola siempre por el cuerpo y no por el cuello y retirar la cobertura. Aflojar la jaula de alambre, liberar el corcho discretamente sin hacer sonido y POP.

¿Cómo conservarlo?

La clave: lugar fresco y con poca luz. A menos que se vaya a abrir en menos dos o tres días, lo ideal es que guardes la botella en un lugar fresco y con poca luz, ¡nunca en el congelador! Tip: no lo guardes en la nevera durante semanas, no hay mucha humedad en el frigorífico y el corcho se nos secará, el sellado de la botella disminuirá y el champagne se irá oxidando, cambiando sus aromas.

¿Cuál es el momento perfecto?

La clave: dónde y cuando quieras. Esta bebida no tiene por qué ser sólo para celebraciones o días señalados. Simplemente hay que abrirla y crear esa ocasión especial. Napoleón tuvo las mejores palabras para definir esta bebida: ¡Champagne! En la victoria lo mereces, en la derrota lo necesitas.