El revisionismo ha llegado también a la literatura infantil. Cuando algunos llamaron a derrocar estatuas de personajes históricos aprovechando el movimiento Black Lives Matter, se hizo visible una tendencia donde muchos se enfrentaban a la historia desde la ética y valores contemporáneos. «El germen de Caputxeta diu prou!! surgió de una noticia en la que una profesora de primaria había decidido retirar los cuentos clásicos de la biblioteca escolar porque no estaba de acuerdo con los patrones sociales que reflejaban. Me pareció que era condenar a que muchos niños se perdieran todo lo bueno de relatos con los que habíamos crecido durante generaciones y generaciones», explica Eduard Costa, autor y director de este espectáculo familiar, que Sala Russafa estrena en València este fin de semana.

Así que el dramaturgo se propuso acercarse a una de las narraciones más famosas de la literatura infantil con un punto de vista actual, en el que los propios personajes se cuestionaran si el cuento estaba anticuado. El resultado es una divertida pieza familiar producida por la compañía valenciana Moriarty & Holmes, con música y coreografías, llena de detalles con los que los pequeños se identifican y con guiños hacia los adultos.

Su protagonista es una niña que ya está harta de repetir una y otra vez la misma historia. Ella prefiere hacerse selfies y grabar vídeos para Tik Tok, pero una y otra vez le toca atravesar el bosque para ir a visitar a su abuelita. «Algunos han criticado de Caperucita que era un personaje de niña desvalida, a merced de peligros masculinos. Pero pocas veces se valora que en este cuento la protagonista es una niña valiente y autónoma, en la que los adultos confían para que haga un trayecto sola y atienda a una persona dependiente», sostiene Costa. Es un cambio de perspectiva que, en vez de enfatizar aquello que podría distanciar la sociedad actual de la que refleja el cuento, pone la atención en sus valores positivos.

Precisamente, Costa reivindica esta independencia de Caperucita, que cada vez encuentra más temprana en los niños: «Mi trayectoria escribiendo y dirigiendo piezas de teatro familiar es muy larga, así que he podido comprobar que este público requiere un respeto. Los pequeños quieren ver cosas que le interesen, historias en las que se reconozcan, y los cuentos clásicos han conseguido esa conexión desde hace siglos». Pero eso no significa que sean intocables.

De hecho, el dramaturgo ha transformado a todos los personajes a los que dan vida él mismo, Nuria Manzanaro, Rody White y Pepe Cuenca. Por ejemplo, la abuelita ahora es interpretada por un actor y, lejos de presentarse como un ser conservador y convencional, ha tenido un pasado glorioso como estrella de la comedia musical. El leñador, en realidad, confiesa tenerle bastante miedo al lobo. Y éste querría ser ‘menos malo’, tanto que ha abrazado el vegetarianismo en secreto. «Le damos la vuelta a los personajes porque queremos romper los estereotipos de género que sí, es cierto que a veces están muy presentes en este tipo de historias. Pero no son su esencia, el núcleo de la narración no está en ellos y es, precisamente, lo más importante, lo que ha hecho disfrutar a los niños desde hace siglos», sostiene el dramaturgo y director de escena.

Gags y diálogos sorprendentes se integran en Caputxeta diu prou!!, una pieza con estética cartoon y colorida puesta en escena, cuya protagonista, convencida de que ya ha tenido bastante, se declarará en rebeldía e intentará abandonar el relato. Pero sus compañeros tratarán de convencerla para que se quede, incorporando sus aficiones y su forma de pensar, actualizando el cuento para que no se pierda.