La Covid-19 proporciona imágenes y momentos absurdos. Uno nunca pensó que todos caminaríamos cargando un poquito de alcohol en los bolsillos, con las gafas empañadas por nuestra propia respiración y con media cara escondida detrás de una mascarilla. Pero si nos hemos acostumbrado a lavarnos las manos después de tocar los botones del ascensor, también podemos asistir a sesiones golfas por la mañana. Eso es lo que ha hecho Sala Russafa, que este fin de semana pasa a las 12:30 horas las funciones de «Ultrashow» previstas para las 23 horas.

Las restricciones de movilidad han convertido en matinal las representaciones de este espectáculo de Miguel Noguera, que adquiere un horario poco convencional, para un cómico totalmente al margen de las convenciones.

Por sexto año consecutivo, el escritor, artista plástico y humorista visita el teatro de Russafa con una propuesta a mitad camino entre la ponencia, el monólogo y la telepredicación. Noguera comparte con el público nuevas ocurrencias, asociaciones mentales y escenas absurdas que forman parte de un humor muy personal. Un torrente de imaginación donde no tiene cabida el coronavirus: «Nunca me ciño a la actualidad inmediata en Ultrashow, así que no hay nada preparado en mención a este tema», comenta el cómico sobre esta pieza que aparece como un oasis perfecto para la evasión. Sobre el cambio de horario, Noguera reconoce que la experiencia está siendo positiva. «Mi cabeza, a esas horas, está más fresca y más ágil. Y el público se acaba metiendo bien en el espectáculo», asegura el humorista quien, a pesar de las mascarillas, recibe las risas del público. «Y sobre todo una especie de calor, de agradecimiento mutuo cuando acaba la función. Me da la sensación de que se produce un momento emotivo por estar juntos en el teatro, cómicos y espectadores, a pesar de todo».

Lejos del sentimentalismo, más cercano a lo bizarro, lo irónico y lo absurdo, con cierto punto de inocencia, Noguera regresa a València con dos funciones consecutivas este fin de semana. Una ocasión para surcar otros caminos del humor con una propuesta que es mucho más que un show.

Literatura, radio, películas… la figura de Noguera traspasa las artes escénicas para llevar su particular visión del mundo a otros ámbitos donde el humor tiñe de absurdo una carrera que también tuvo un comienzo «nogueriano».

Noguera es un tipo particular con la capacidad de hablar sobre nada en particular. Todo en la línea de alimentar una visión absurda y absurdamente divertida del mundo. Un escenario que la pandemia ha puesto patas arriba hasta en detalles tan insospechados como la cartelera.