El destino, la voz de la conciencia, la intuición, ángel o demonio, el susurro de la voz interior que detiene o empuja. Presencia oculta, imprevisible, que determina actos y decisiones que no se pueden explicar racionalmente. « Podemos darle una una corporeidad, una presencia oscura o colaboradora, imaginarnos una figura que nos acompaña y que no es yo, y nuestro yo quedaría intacto, íntegro. Pero a mi me interesa más el daimon que también es yo, nuestro yo incomprensible, una parte de nosotros que conecta con lo irracional, con el misterio, con lo fantástico; una puerta a lo extraordinario, a lo que nos salva, a lo sublime o a la locura. Digamos que esta mujer no es feliz, no lo fue. Digamos lo que fue hallado dentro de un armario, en el ropero. Hablemos de pelucas conviviendo con ensayos de filosofía. Hablemos de desayunos, cigarrillos, manos, refugios, quizás del gato, de aquella voz; de las cosas que importan», relata Ana Vallés directa de «Daimon y la jodida lógica», la creación de Matarile que hoy y mañana (19 horas) se podrá ver en la Mutant. Catorce actores, músicos y bailarines forman parte de un montaje que supone el regreso de la compañía al gran formato, a la música original con la presencia, en escena, de sus autores, y a la imposibilidad de otorgar una única etiqueta que defina el trabajo de la compañía gallega de vanguardia en sus 30 años de trayectoria.

imágenes de la obra «Daimon y la jodida lógica». fotos cedidas por matarile

La obra, más que un tema, lo que plantea es una invitación a salir de la prisión ,de la «jodida lógica», para penetrar en lo extraordinario. En todo eso que no podemos comprender y que por ello nos aterra y fascina al mismo tiempo. El asunto se desarrolla en diferentes planos: parlamentos filosóficos, bailes, proyecciones, canciones, música en directo y una acumulación de imágenes y estéticas que desbordan las convenciones, los géneros y la razón.

«Daimon y la jodida lógica» es performance, pero también danza, teatro, poesía, música multigéneros, sonido total, filosofía, dos horas ininterrumpidas de belleza, de ensueño, de elogio de lo cotidiano, de lo íntimo, de lo visceral, de la corazonada por encima de la idea, de humor inteligente, de burla piadosa. «Daimon y la jodida lógica» es una celebración, un akelarre, un exorcismo de toda esa tristeza que la lógica impone, introduciendo miedos, cercenando esperanzas, condicionando vidas y relaciones.

Lo que importa