Al turismo relacionado con el mundo del vino hace ya tiempo que le pusimos nombre, enoturismo. Pero no es vino todo lo que reluce en el campo, y en el municipio castellonense de Viver hace ya tiempo que apuestan por un concepto mucho más amplio para este tipo de actividades. Hablamos del «agroturismo», término bajo el que la Cooperativa de Viver propone interesantes actividades en plena naturaleza relacionadas con cada uno de los cultivos que desarrolla la entidad.

Aunque no está directamente relacionado, Fernando Marco, gerente de la compañía, reconoce que «el éxito de nuestro aceite Lágrima nos empujó hace una década a replantearnos muchas cosas. Nosotros apostamos por darle vida al mundo rural, apostar por lo autóctono y hacer atractivo el sector agrario para que nuestras gentes tengan un futuro gracias a un proyecto que mejore sus rentas y permita cuidar nuestro entorno». Fernando asegura que «Lágrima nos demostró que si hacemos las cosas bien el mercado se fija en nosotros, y esa idea la hemos trasladado a un proyecto vinculado al turismo de interior en el que nos apoyamos tanto en el enoturismo como en el mundo del aceite y otros cultivos como las cerezas y las nueces».

En la actualidad, la firma castellonense tiene configurada, pese a las restricciones provocadas por la pandemia, una interesante colección de actividades para disfrutar de nuestro tiempo de ocio. De manera habitual proponen dos experiencias enológicas (una visita guiada por viñedos e instalaciones conocida como «La Piel de la Vid» y el «Almuerzo entre Viñedos») y otras tres vinculadas al oleoturismo («Un paseo con Lágrima», «Donde nace el Oro Líquido» y «Lágrima Esencial» -que incluye almuerzo con productos típicos de la zona-). Además, plantean otra serie de experiencias vinculadas a la temporalidad de cada tipo de cultivo. Así, organizan actividades entorno al mundo de las cerezas cuando llega la época de floración del cerezo y programan eventos en tiempo de vendimia y recolección de aceituna para que los visitantes puedan interactuar y vivir una experiencia a pie de campo en primera persona. Por último, el equipo de agroturismo de Viver ha desarrollado eventos de mayor aforo, más festivos, como el «Wine Fest» para disfrutar de los mejores vinos de Castellón bajo la luna de agosto o la «Fiesta del Aceite Nuevo» de diciembre, momento en el que los visitantes tienen ocasión de degustar el primer hilo de aceite que brota de la almazara.

Todas estas iniciativas habían tenido un buen arranque antes de decretarse el estado de alarma, situación que, como es lógico, ha obligado a reducir este tipo de actividades, aunque, según reconoce Fernando «hemos tenido ocasión de organizar alguna actividad puntual como «Los tardeos de la Coop» o la «Pascua entre olivos», que tuvieron bastante afluencia de visitantes». Ahora, la entidad aguarda a poder volver a cierta normalidad social para impulsar de nuevo un proyecto que ha permitido crear nuevos espacios dentro de las propias instalaciones de la cooperativa para albergar recintos donde recibir a los visitantes y poder realizar actividades.

La última iniciativa que planteará en breve la entidad está relacionada con el mundo de las nueces, aunque en este caso la idea sobre la que trabajan contempla una feria popular en València para acercar este fruto seco a los consumidores valencianos.