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Sofía Ellar Cantante

Sofía Ellar: "Soy una romanticona y me dejo llevar por el corazón"

Con «Cancha y gasolina», Sofía Ellar actuará el domingo en los Jardines de Viveros. Su carrera profesional comenzó, curiosamente, con el trabajo de fin de carrera de Administración y Dirección de Empresas y su trampolín al éxito fue Instagram.

Sofía Ellar actúa el domingo en Viveros.

Graduada en Administración y Dirección de Empresas, Sofía aprovechó el trabajo de fin de grado para estudiar y sacar adelante su propio proyecto musical. En el mismo también se dio cuenta del mar de tiburones e intereses que supone a veces el mundo de las discográficas y decidió ser la dueña de su música, de sus letras y de todo lo que rodea sus proyectos y que los convierten en auténticos y libres. El plan cristalizó y domingo, día 4, actúa en los Jardines de Viveros (22 horas) donde, anuncia, lo va a «petar» sin «perder el sentido de la responsabilidad» y donde se compromete a que la gente se lo pase «jamón con queso». Sofía Ellar, su nombre artístico, confiesa que se lo debe «todo» a las redes sociales porque Instagram fue su trampolín profesional. Con su «familia virtual» comparte su día a día. Natural, espontánea y muy comprometida, Sofía Lecubarri y Ruigómez (Londres, 1993), escribe canciones sobre sus propias experiencias vitales porque, dice, sólo así sabe componer.

¿Sofía Ellar es sinónimo de sentimiento?

El mensaje de las canciones, cuando es de verdad, sale del corazón y del alma. Al contar historias y vivencias en primera persona, el sentimiento es mayor, eso se trasmite y la gente lo aprecia mucho más.

¿Tu estado de ánimo influye, para bien o para mal, a la hora de componer?

A mi me influye el estado de ánimo, el momento, el contexto... Los compositores y compositoras somos muy autobiográficos y el papel en blanco es nuestro mayor psicólogo cuando tenemos cosas que contar o estamos en momentos más flojos o pachuchos. Tengo compañeros y compañeras que también, en un estado de felicidad y amor, tienen la capacidad de escribir verdaderas preciosidades, pero yo siento que cuando estoy en un momento duro o atravieso por una crisis personal, ahí es donde me salen las mejores canciones.

¿Te planteas un tema y luego lo desarrollas o compones como surge?

No tengo un proceso a, b y c. No lo tengo maquinado ni pactado con nadie. Cada uno lo hace a su manera y estoy aburrida de ver procesos de composición. Tengo compañeros y compañeras que hacen maquetas, que piensan en las rimas, que buscan un hit, pero lejos de hacerlo así, algo que respeto por la capacidad técnica de llevar a cabo algo tan personal como una canción, yo soy una romanticona y me dejo llevar por el corazón. Trato de mimar mucho las letras. En mi casa me han puesto mucho a Silvio Rodríguez y a grandes compositores, que son mis ídolos, y creo que no se puede descuidar la letra de una canción cuando se cuenta algo personal y autobiográfico.

Si hoy te pusieras a componer, ¿de qué escribirías?

Pues hoy estoy tristona y me estoy acordando mucho del portero de mi comunidad que se ha ido hace muy tiempo y para mí era una persona especial, era un ángel de la guardia y el ángel de mi corazón. La pérdida de esta persona tan especial me inspira a escribir algo bonito sobre tantas, y tantas cosas, de las que hemos hablado.

Sofía Ellar, cantante Héctor Silva

¿Cuanto le debe Sofía Ellar a las redes sociales?

Se lo debo absolutamente todo. Yo sin redes sociales no hubiese podido gestionar ni enfocar el proyecto tal y como lo planteé. Estudié Administración de Empresas y en el trabajo de fin de grado, pensé que como me divertía componer y cantar en garitos de amigos y amigas, pues que iba a hacer un trabajo alrededor de un personaje que canta. Lo hice pensando que jamás me dedicaría a este loco mundo de la música. Lo que pasa es que por el camino me di cuenta de que era un momento especial e interesarse como para plantearme el tener un mi propio proyecto independiente haciendo un buen uso de las redes sociales. Las redes te quitan intermediarios y te permiten un contacto directo con la gente. Lo difícil fue empezar y captar la atención de gente de Japón, China o India, pero cuando empezó a funcionar. ¡Fue increíble! Le debo mi vida entera a las redes sociales.

O sea, que tu salto profesional respondió a un plan de negocios.

Yo soy una romántica, pero sí. Con el estudio me di cuenta de que la tecnología está al alcance de todos y que no necesitas una millonada para poder grabar un disco y salir a bucear en un mar de tiburones. El mundo de la música es maravilloso pero detrás del telón ocurren muchas cosas y este es también un mundo muy cruel y esclavo. Yo no puedo cerrar la persiana de mi garito porque este es un trabajo 24-7 y ademas tengo una responsabilidad social, algo que no se paga con dinero. A veces me preguntan ‘¿tu eres influencer?’ y yo respondo ‘depende’. Creo que todo aquel que se dedica a un trabajo público tiene la misión de ejercer una compostura y dar ejemplo y una influencia positiva en toda la gente que le sigue. Estos son gajes del oficio y no está pagado. En las redes me escriben de todo, pero sobre todo cosas que me tocan en el corazón como que mis canciones les salva o les acompañan en alguna pérdida. Acabo de tener unos meses regulares y he sentido el calorcito y el cariño de la gente y estoy orgullosísima de la familia virtual que tengo, gente que, a veces, ni me la merezco.

Una curiosidad, ¿por qué decidiste estudiar Administración y Dirección de Empresas?

Porque no tenía algo tan vocacional como algunas personas y porque la música no era una opción en aquel entonces. Necesitaba algo sólido que me abriese no solo las puertas, sino la cabeza. Además había determinadas asignaturas como marketing, management, entrepreneurship donde podía explotar mi creatividad, y está claro que las grandes empresas cuentan con un equipo de creativos muy potente

¿No has pensado nunca en tirar la toalla?

A diario, a menudo. Muchas veces llamo a mi madre y le digo que voy a montar una tienda ecológica y me voy a ir al campo y voy a ser la loca de los gatos. Pero eso me dura el disgusto del momento. Sé que esta es mi misión en la vida, igual que hay monjas que rezan por el mundo y gente espiritual que está pensando en la energía que se mueve, yo he nacido para esto y no puedo tirar la toalla, aunque no te digo yo que no me lo haya planteado porque a veces estoy hasta las narices y no quiero que nadie esté pendiente de mi. Esta es una vocación tan de corazón que no lo puedo dejar, y menos ahora.

En estos momentos postpandemia, ¿es muy complicado funcionar sin un gran sello detrás?

En este 2021 estamos todos y todas rayados porque en el 2020 pocos salimos a girar porque no sabíamos cómo iba a responder la gente y no queríamos causar ningún revuelo. Todos los que giramos entonces llevamos a rajatabla lo del hastang cultura segura. A mi gente le pedí máximo cuidado y nada de bromas. Cada cuatro horas nos cambiábamos la mascarilla, por nosotros y por los demás. Andrés Suárez en Vigo, al ver que no se cumplía las medidas de seguridad y el aforo se triplicó, no actuó. Así tenía que ser. Somos muchos los que estamos concienciados con esto porque sabemos la responsabilidad que tenemos. En 2021, todos y todas hemos salido a matar porque venimos de estar muy fastidiados y crujidos.

Si no se venden discos y no hay conciertos, ¿de qué vive un artista?

Todos los sectores lo están pasando mal porque la crisis ha sido de la leche pero hay que defender que la cultura es un trabajo, y como responsable de un equipo, tengo que dar de comer a mucha gente. Aunque los números no salían, yo me sentía responsable y giré. Hay que saber ser un líder en las duras y en las maduras. Ahora vamos remontando y todos estamos saliendo a la calle a la vez pero la gente tiene el bolsillo crujido. 2021 tampoco está siendo un año bueno, pero hay que ir haciendo cosas para remontar.

¿Imaginabas hace 5 años llenar un recinto como es el de Viveros?

Soy bastante caballo desbocado aunque soy organizada y sé, poco a poco, lo que no quiero en la vida. Yo tengo un duelo entre la Sofía artista y la Sofía empresaria que muchas veces choca, pero tengo un buen sentido de la intuición y soy muy estomacal y de corazón y cuando algo me dice que tal voy a por ello y no me frena nadie. Yo hasta que no me he despellejado realmente por conseguir algo no paro.

¿Por qué Ellar?

Hace mil años, cuando estaba haciendo el máster, pensé qué hacer con mi apellido porque no me apetecía ponerme el mío para lo artístico y un amigo de Amsterdam que es productor me sugirió lo de Ellar. Viene de mis siglas y suena bien en español, italiano o francés. Me flipó la idea. La primera vez que lo escribí fue en una servilleta, ahí se quedó y así me he quedado.

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