Pela Roques es el nombre por el que se conoce en la Comunitat Valenciana al Treparriscos, un pequeño ave que anida en las montañas mediterráneas y que busca su sustento entre las grietas de la rocas. Ahora, Pela Roques es también el nombre del nuevo tinto de Bodegas Mustiguillo, un vino elaborado de manera exclusiva con la variedad de uva Syrah, una casta típicamente mediterránea que Toni Sarrión cultiva desde hace casi un cuarto de siglo en la finca Conejeros, dentro del término municipal de Requena y a poco más de 800 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Toni Sarrión ha forjado el nombre de Mustiguillo a partir de vinos de alta expresión elaborados con uvas típicas de la zona donde se ubica la bodega como la Bobal o la Merseguera. A la vez que experimentaba con diferentes métodos de cultivo para extraer todo el potencial de estas variedades autóctonas, el enólogo ha ido analizando los suelos de las parcelas tratando de entender porqué cada varietal daba unos vinos diferentes en función de donde se cultivaban las cepas. Vendimia tras vendimia, pequeñas microvinificaciones han ido mostrando el camino para crear etiquetas diferentes capaces de trasladar a la copa los aromas propios de cada paraje donde cría sus uvas.

Aunque su primer vino de parcela fue Quincha Corral (un Bobal 100% buque insignia de la bodega y paradigma del potencial de esta casta) fue dos décadas después cuando Finca Calvestra Margas mostrase la diversidad de matices que puede ofrecer una uva (en este caso la blanca Merseguera) en función del tipo de suelo y el paraje donde se cultiva.

Con Pela Roques el proceso ha sido similar. «Inicialmente estas uvas se destinaban a Mestizaje -comenta Sarrión-, aunque todos los años notábamos que por sí sola la uva ya nos mostraba matices que no encontrábamos en otras parcelas. En la finca Conejeros los suelos son muy antiguos, con mucho fósforo y azufre, y eso, junto con la altitud de la finca, trasladaban a la uva cosas que no lográbamos identificar en otros sitios. Después de varias vendimias haciendo pruebas, decidimos que la cosecha de 2019 era buen momento para darle a esta Syrah el protagonismo que pensamos que merece».

Pela Roques es un tinto de Syrah muy diferente a los vinos que se producen con esta uva en el arco mediterráneo. Se elabora con una crianza de un año en viejos fudres de madera de gran capacidad que no interfiere en el carácter frutal del vino. Ligero y poco concentrado, es un tinto fresco y muy aromático, con un marcado perfil frutal. En nariz tiene una entrada peculiar, con notas que recuerdan al fósforo que se encuentra en el viñedo, aunque es un matiz que se va diluyendo a medida que las notas de fruta roja fresca y los recuerdos a hierbas aromáticas inundan la copa. En boca se muestra profundo y largo, sápido, con cierto toque salino (probablemente porque sus uvas se cultivan en suelos que en otras épocas fueron fondos marinos) y una excelente acidez.

Sarrión no esconde su satisfacción por un vino «muy gastronómico, que creo que resulta fácil de entender para gente poco introducida en el mundo del vino, pero que a la vez es capaz de transmitir matices que un consumidor con más nociones sobre vino sabrá interpretar».

Con Pela Roques, Bodegas Mustiguillo consolida un proyecto que se inició hace algo más de dos décadas con unos tintos avalados por el sello de Vino de Pago como Quincha Corral o Finca Terrerazo y que se ha ido moldeando a medida que Sarrión ha ido descubriendo las interioridades de los diferentes suelos que componen las fincas donde cultiva sus viñedos con etiquetas como La Garnacha de Mustiguillo o Finca Calvestra, vinos que hablan de la variedad de uva, pero también del terroir donde nacen.