Comprender. Compartir. Empatizar. Convivir. Olvidarse de los prejuicios. Disfrutar. Acampar es eso y mucho más. Quizás por ello, Pont Flotant utiliza un simulacro de excursión como metáfora de la convivencia. «Acampada», la obra que se ofrecerá en el Teatro Principal del 14 al 17, es una pieza para comprender más allá de las palabras. Para, sobre todo, igualar.

Mejor espectáculo de teatro de los Premios de las Artes Escénicas Valencianas 2020, «Acampada» es una suerte de experimento en torno al concepto de la diversidad. Seis amigos con sus particularidades a la hora de ver y afrontar el mundo tienen que convivir durante un fin de semana en la sierra de Aitana y, este es el enclave perfecto o la excusa que utiliza la compañía, para exhibir qué nos diferencia o iguala. Porque da igual las capacidades o incapacidades que tenga una persona. Da igual. Lo importante siempre es compartir experiencias. «En una acampada compartes tienda, limpieza, orden, comida... la convivencia obliga a tener paciencia, a ponerse en la piel del otro...», explica Jesús Muñoz, uno de los actores y creadores del espectáculo junto a él Àlex Cantó, Mónica Lamberti, Itziar Manero, Benito Valverde y Alberto Romera. «El grupo deberá tomar decisiones y eso pondrá a prueba su capacidad de implicación y de organización. Acampada expone algunos de los conflictos de este grupo de personas -algunas con diversidad funcional- en un entorno agreste, para reflexionar sobre el derecho a hacer lo que uno desea y la responsabilidad que tenemos todas las personas para que esto sea una realidad», apunta. Porque, para convivir, a veces, hay que renunciar. Y, para disfrutar de esta pieza, empatizar. «Acampada» concibe un espectador activo. «Les proponemos un reto sensorial, un juego continuo con diferentes lenguajes y códigos, que irán completando la obra, para hacer evidente cómo de importante es la comunicación a la hora de comprendernos los unos a los otros», comparten desde la compañía.

«Acampada», una oda a la diversidad y a la humanidad, empezó a gestarse al comprobar los inconvenientes a los que se enfrentaba una actriz de la compañía que iba en carro motorizado durante una gira entre los años 2016-18. Pont Flotant le dio una y mil vueltas a la situación para tres años después crear la función. «Teníamos claro que la diversidad funcional era un tema profundo que nos afecta a todas las personas directa o indirectamente y que abre cuestiones básicas y profundas a la vez, como son el respeto, la empatía, la dignidad, entro otras muchas. Después de un laboratorio en Madrid de 3 meses de duración, fueron surgiendo dinámicas y situaciones con las que fuimos creando escenas sencillas que acabaron en la obra que llevamos, pandemia de por medio, dos años representando», relata Jesús, cocreador del espectáculo semanas antes de estrenar la próxima obra de Pont Flotant, «Eclipsi total». En este caso, la función que se estrenará en La Rambleta el 19 de noviembre, girará en torno a cómo gestionamos, reaccionamos, educamos o preparamos para un hecho inevitable como es la muerte.