Desde que celebraron su última actividad pública en 2019, las bodegas de la asociación de Terres dels Alforins no habían tenido oportunidad de celebrar ningún tipo de evento para mostrar a amigos y consumidores sus vinos y proyectos de futuro. La novena Mostra de Terres, prevista para abril de 2020, tuvo que suspenderse, pero después de dos años vuelven a reencontrarse con la actividad social, y lo hacen este mismo fin de semana con unas jornadas de puertas abiertas en sus bodegas con las que celebran el final de la vendimia y continúan luchando para poner en valor la importancia del paisaje del vino de esta comarca de la provincia de Valencia.

En total serán ocho bodegas (Rafael Cambra, Celler del Roure, Los Frailes, La Viña, Los Pinos, Arráez, Dani Belda y Enguera) las que abrirán sus puertas de par en par para recibir visitantes en dos sesiones ininterrumpidas mañana sábado y el domingo de 10 a 14 horas. Más allá de los diferentes atractivos con los que cuenta cada una de las bodegas participantes en estas jornadas, todas tendrán el denominador común de ofrecer a los visitantes un brindis con un vino del año, es decir, recién elaborado de la cosecha de 2021.

Las ocho bodegas se encuentran diseminadas entre paisajes de viñedos y otros cultivos de secano en el triángulo que conforman los municipios de La Font de la Figuera, Moixent y Fontanars dels Alforins, por lo que estas jornadas son también la excusa perfecta para descubrir todo el patrimonio cultural y paisajístico de la zona. Así, la visita a las bodegas puede complementarse con un paseo por el Poblado Íbero de la Bastida de Les Alcusses en Moixent, el Museo Histórico-etnológico de la Font de la Figuera, o también en esta localidad el Retablo de Juan de Juanes, la cultura de la piedra y sus hornos de cal o un paseo entre heredades y palacios en torno a Fontanars dels Alforins.

Estas jornadas de puertas abiertas escenifican la vuelta a la normalidad de un grupo de bodegas que durante los últimos años han luchado no sólo por producir el mejor vino posible, sino también por defender el patrimonio intangible de una zona con miles de años de tradición vinícola, su paisaje del vino, amenazado en ocasiones por proyectos especulativos, pero que conquista el corazón de todo aquel que lo visita por primera vez.