Aladín y sus mágicas aventuras han acompañado la infancia de varias generaciones de niños en todo el mundo. Y continúa haciéndolo. La companía de teatro valenciana Trencadís ha transformado esta historia de amor en un musical al más puro estilo Broadway, con un espectáculo lleno de luces, color, magia, vestuarios llamativos y efectos especiales: ‘Aladín, un musical genial’.

Aladín, tal como explica Josep Mollá, productor y autor del texto, cuenta la historia de una persona que no tiene un futuro prometedor en su vida, que pertenece a una clase social baja y es casi imposible que pueda prosperar. Y es gracias a la tenacidad, las ganas y la fuerza del amor lo que hace que al final pueda conseguir sus sueños, se enamore de la princesa y consiga estar con ella, pese a tener todo en contra.

«Aladín, para mí ,es lo que todos soñamos. Que se nos apareciese un genio y nos dijera que podemos pedir tres deseos, lo que queramos», comenta Mollá. Y recuerda melancólico: «Para muchos de nosotros la aparición de Aladín en nuestra vida ha sido un poco así, como si el espectáculo nos hubiese traído suerte para poder cumplir nuestros sueños. Es como si de repente el genio hubiese hecho realidad nuestros deseos».

En cuanto a la función, «es un espectáculo en mayúsculas». ‘Aladín, un musical genial’ promete llevar a escena la magia del cuento original. Para ello, Trencadís pone sobre las tablas una escenografía espectacular que nos trasladará al lejano oriente, un vestuario fantástico que nos permitirá reconocer a los personajes del cuento clásico, trucos de magia que acompañarán al genio en todo momento y números musicales al más puro estilo Broadway.

‘Aladín, un musical genial’ adoptó este género porque la música es un lenguaje fantástico para el público infantil. «Contar algo a través de la música permite que los niños estén muy atentos a la historia», comenta Mollá. «El lenguaje musical es el mayor aliado que podríamos tener para captar la atención de los niños y niñas del siglo XXI, acostumbrados al ritmo frenético de la televisión, el cine o las redes sociales», explica el autor del texto.

Los personajes principales son los que todos conocemos. El genio es la locura, la fantasía y el «todo es posible». Aladín simboliza la fuerza del amor y de conseguir metas en la vida, todo aquello que te propongas aunque a simple vista sea impensable. Y Jasmín tiene ese toque de empoderamiento femenino porque no es una princesa que se deje llevar, no busca a alguien con quien casarse para triunfar en la vida, sino que lo que quiere es encontrar el amor verdadero, no se conforma con los pretendientes que le prepara su padre. Jafar, el «malo malísimo» de la obra, se mueve por la avaricia y por esas ganas de tener el reino, la lámpara, la princesa… de tenerlo todo.

Según cuenta Mollá, Aladín está lleno de personajes secundarios que han funcionado muy bien, como Yago, que enamora a los niños desde el primer momento. También está el Aya de Jasmín, «un personaje que no existía en otras versiones y que nosotros añadimos . El personaje es como una madre que va guiando y cuidando a Jasmín fuera del ámbito del palacio, donde siempre está su padre.

Josep Mollá confiesa que Aladín es no es una obra más para él y todo el equipo de Trencadís. «Es muy especial para nosotros porque es la primera obra que hicimos. Hubo un montón de gente que, sin conocernos de nada, confió en nosotros y se puso a nuestro servicio».

La obra ha cosechado dos premios del Teatro Musical: mejor musical y mejor actriz principal (para Erika Bleda) y cinco premios Broadway World Spain a mejor escenografía, mejor iluminación, mejor coreografía, mejor actriz principal (Erika Bleda) y mejor vestuario.