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Martirio | cantante
Martirio Cantante

Martirio: "Maribel es la que piensa y Martirio la que da la cara"

La cantante actúa, junto al guitarrista Raúl Rodriguez, su hijo, el domingo en el teatre El Musical. Y lo hará para homenajear a su amiga Chavela Vargas.

Martirio actúa en el TEM, el domingo.

En los años ochenta se presentó ante el mundo como Martirio. Lo hizo con peineta pop, gafas oscuras de rock y diciendo que estaba «mala, muy mala, mala de acostarme». Varias décadas después, dice que «mantiene» su esencia y que sigue teniendo «la misma» ilusión que cuando empezó. Ella es una actriz de la canción. Es la artista que cambió la forma de escuchar la copla. Cuando Martirio se quita las gafas y la peineta aparece Maribel Quiñones. Valiente y orgullosa, a sus 68 años recién cumplidos, la cantante actúa junto a Raúl Rodríguez, su hijo, en el Teatro El Musical para llevar al territorio del flamenco a su amiga Chavela Vargas.

Si te digo Chavela Vargas, ¿qué me respondes?

Una de las personas y la cantante más importante de mi vida. Me enseñó muchísimo como cantante a elegir los temas y a decir poesía en su voz. Ella convertía las canciones en cante, ¿sabes?, tenía como flamenco. Chavela era capaz de cantar el mayor desamor con una sonrisa por haber perdonado y haberse quitado el rencor. Sobre el escenario, su más mínimo movimiento se convertía en un acontecimiento. Ella, como decía Pedro Almodóvar, abría los brazos y parecía que era la dueña del universo de todos los sentimientos de la gente que la estaba escuchando. Chavela era valiente, digna, rebelde, auténtica. Tenía una manera de mirar las cosas que la gente se le cuadraba; ella rápidamente te leía quién eras. Nunca la vi con nadie que no quisiera estar ni hacer nada que no le saliera del corazón.

Siempre está bien reivindicarla.

Ella siempre te enseñaba. No se dedicaba a darte la charla y sólo viéndola aprendías. En el escenario era una cosa sagrada. He visto a la gente salir de sus conciertos con los ojos llorosos como si hubieran ido a terapia y les hubieran sanado el alma. Ella conectaba a la gente con sus propios sentimientos que, creo, es una de las grandes misiones que tiene el arte.

Además, es una clásica que sigue ganando adeptos.

Sí, sí, porque tu escuchas su voz y te implica. La voz de Chavela se te mete dentro de ti y tiene parte de ti. Escucharla ayuda muchísimo cuando estas muy triste, cuando estas deprimida, cuando tienes problemas de amores... pero también cuando estas enamorada y das gracias a la vida.

Una bendición.

Fantástica. Fue espectacular que nos llamara a Raúl y a mí para que fuéramos con ella a sus dos últimos conciertos en el teatro de las Bellas Artes de México. Ella decía que no se moría sin venir a estar en la residencia de estudiantes y a estar en la habitación donde se supone había estado Lorca porque ella se comunicaba con él. Tenía una deuda de amor con él y pasión absoluta por su poesía.

¡Qué honor compartir tiempo con ella!

Absolutamente. Fue un privilegio conocerla, beber y reírme con ella porque tenía muchísimo sentido del humor y guasa.

Raúl y Martirio, guitarrista y cantante, hijo y madre

Venís a València con «De un mundo raro». En aquel momento el significado era diferente, pero ¿raro sería la palabra que utilizarías para definir el mundo actual?

El mundo raro del que nosotros hablábamos era el de lo intangible, lo espiritual, del que domina nuestras vidas y tenemos que echarle cuentas porque aunque no se ve es evidente y está dentro de las personas en sentimientos y emociones.. Ése era el mundo raro que yo compartía con Chavela. Al mundo de ahora hay que echarle mucho valor para afrontar las cosas que vienen, para afrontar la tristeza que hemos pasado y parece que se ha quedado pegada a nosotros entre la pandemia, los volcanes y esta guerra tan increíble, absurda y criminal. Y sobre todo raro porque no sabemos qué va a pasar. Hay que restaurarse por dentro, conectarse con los sentimientos, ser lo más sincero posible en todas las relaciones, crear cariño, unión, solidaridad y tener un mundo rico por dentro. Creo que esta es la única manera de poder luchar para que no nos coma esta tristeza e impotencia tan grande.

Parece que el miedo se ha adueñado de nosotros.

Necesitamos un buen agarradero al arte que tiene belleza para superarlo. Hay que nutrirse mucho de cosas que enriquezcan el alma, no de cosas que empobrezcan. Parece que cuando uno está triste busca cosas tristes y si las cosas a uno le van mal parece que quiere que le vayan mal a todo el mundo y debe ser lo contrario. Hay que luchar, no te digo como una oración pero casi. A nivel cósmico, la unión de la gente pensando en la paz, la solidaridad y el amor, funciona.

¿Últimamente detectas que el público es más sensible en los conciertos?

Sin duda, y más respetuosa, con mucha hambre de arte. Además, pasa una cosa, y es que al estar con las mascarillas, el público está mucho más centrado en lo que está escuchando y se pueden cantar cosas profundas porque la gente está mucho más preparada para recibirla y tienen hambre también de eso.

"El escenario es como unos rayos x y hay que estar muy limpio para poder comunicarse y lanzar eso al público"

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Martirio es copla, pero también es jazz, flamenco, bolero, pop... A estas alturas, ¿cómo te definirías?

Me gusta mucho el teatro y creo que canto con mucho respeto hacia lo que estoy diciendo. Creo que soy bastante comprometida. Mi vida es la música y creo que estoy aquí para hacer sentir y para eso me preparo lo mejor que puedo para que, cuando llegue la gente al camerino, tenga cara de haber sentido muchas cosas, pero para expandirlas primero hay que sentirlas. Cuando toco con mi hijo Raúl se produce un momento mágico porque él es un grandísimo músico . Nuestra relación es muy sana porque el escenario es como unos rayos x y hay que estar muy limpio para poder comunicarse y lanzar eso al público. Lo logramos a través de hablar hasta que se limpien todos los problemas o disparidades.

En los conciertos con Raúl Rodríguez, tu hijo, ¿Martirio es la jefa y Maribel la madre?

Maribel es la que piensa, la que estudia y la que programa y Martirio es la que da la cara.

¿Cómo llevas esa dualidad de personalidades?

Con mi hijo bien porque él conoce desde que nació a las dos y sabe lidiar con ellas. Esa dualidad, de todas formas, la he promocionado yo y la he hecho yo. Como nadie me ha hecho que lo haga, me siento muy cómoda. Una soy yo y la que se adorna y saca la parte más bella y más poderosa es Martirio. Las dos se llevan muy bien.

¿Entiendo que Maribel no se cansa de ser Martirio?

No.

Martirio saltó a la popularidad en la década de los ochenta Urban

Martirio fue, por su imagen, la más moderna entre las modernas.

Me tocó ese papel y yo lo acepté y promoví. Para mí la música tiene mucho de compromiso, con mis ideas y mi carácter feminista pero también con la belleza. Yo no canto nada que no pueda suscribir. La elección de los temas siempre tiene que ser algo que me ha pasado a mí o algo que siento que tengo que cantar. No canto cualquier cosa nunca. En las colaboraciones igual. Solo las hago si pienso que puedo aportar algo, puedo aprender o porque realmente me fascina y entonces me encanta subirme al escenario. Eso me pasa sobre todo con los mayores, con Company (Segundo), Omara (Portuondo), Soledad Bravo, con Chavela, Marta Valdés... cantar con esos pozos de sabiduría es una de las cosas más bonitas que me ha dado mi carrera.

En estos momentos, ¿qué te pide el cuerpo cantar?

Ahora me pide tango. Me vuelve loca. Siento como que el tango es el marido de la copla y que me permite mucha teatralidad y profundidad. Me encanta. Y a Chavela, el cuerpo me la pide siempre .

"No sé qué tiene el reguetón. No me gusta porque me parece todo igual, es muy pobre de música, melodía, letra..."

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¿Con qué género no te atreverías?

No es cuestión de atreverse, pero desde luego reguetón nunca. Para nada.

¿Qué tiene que es tan ensalzado por unos y denostado por otros?

Lo que no sé es qué tiene a la gente que le gusta. No me gusta porque me parece todo igual, es muy pobre de música, melodía, letra. Que no, que no me gusta.

¿Harás algún día una exposición de vestidos y peinetas?

Me lo he planteado un montón de veces y lo tenía ahí cuando vino la pandemia. Lo tengo todo guardadito para poderlo mostrar. Tengo muchísimo material y me apetece mucho que la gente vea la cantidad de arte que los artesanos han aportado a mi imagen a través de gafas, peinetas, trajes, cuadros, esculturas. Si lo hago, lo haré bien y es un proyecto muy caro.

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