Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Directora de «El comensal»

Ángeles González- Sinde: "Para gobernar hay que estar hecho de una pasta muy especial"

Ministra de cultura en el segundo mandato de Zapatero, Ángeles González- Sinde lleva al cine en ‘El comensal’ el dolor que ETA provocó en miles de familias durante su lucha armada.

González-Sinde dirige "El comensal" Mikel Larrea

Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura con Zapatero (entre 2009 y 2011) , concibe el cine y la literatura como «un vehículo liberador a través del cual el sufrimiento se expresa y se resuelve». Por ello, considera la también expresidenta de la Academia de Cine, que «es natural y sanador» que, una vez consolidado el proceso de paz en el País Vasco, aparezcan novelas y películas que intenten relatar lo ocurrido con ETA durante más de 40 años de violencia y 829 víctimas mortales. Con el libro autobiográfico ‘El comensal’ de Gabriela Ybarra como referencia, la directora estrena hoy en cines ‘El comensal’, que narra las secuelas que supuso para la familia Ybarra el asesinato a manos de ETA del empresario y político Javier de Ybarra, en el verano de 1977. ‘El Comensal’ es el relato en primera persona de dos formas distintas de afrontar las consecuencias del terrorismo: mirándolo de cara o callando para sobrevivir.

La que fuera impulsora de la conocida Ley Sinde contra la piratería industrial y Presidenta de la Academia de cine (2006- 2009), reclama que las nuevas generaciones de cineastas den un paso adelante y asuman roles de liderazgo.

Tras años de silencio, parece que ya no es tabú que el cine aborde el terrorismo de ETA y las secuelas que éste produce.

Cuando ETA estaba en activo, para una parte de la sociedad, la prioridad era sobrevivir y explorar sobre este tema era arriesgado porque podía afectar a mucha gente. Ahora hay un cambio generacional y las cosas se ven desde otra perspectiva. Está todo menos polarizado, de ahí que surja la necesidad de contar y de saber. Es un conflicto sobre el que todavía hay que contar muchas más cosas, y que además, cuantos más aspectos y más voces completen ese puzzle, más rico será.

Del IRA hay mucha cinematografía.

Sí, pero todo lleva su tiempo y a veces hay que esperar para cerrar heridas. En el cine, los procesos son largos. Yo leí esta novela en 2015 y estrenamos en 2022, el camino ha sido largo.

¿La película es un reconocimiento hacia las víctimas?

Es un reconocimiento a toda la sociedad porque el conflicto no se limitó al País Vasco. No hubo provincia de España que se librara de tener un atentado y vivir con esa tensión constante fue horrible. El miedo estaba soterrado pero en cualquier momento la violencia podía emerger. Cualquiera de nosotros, aunque no hayamos vivido o nacido en el País Vasco, sabemos cómo fue convivir durante 40 años con eso y cómo podía condicionarnos.

"En la película, en una misma familia, distintas generaciones quieren ver de una manera opuesta el trauma del que proceden"

decoration

¿Verse reflejado en la historia puede convertirse en un vehículo liberador?

Lo que pasa es que cada persona lleva el duelo de una manera. En la película, el padre decide callar para sobrevivir y utilizar la estrategia de tirar para adelante sin mirar atrás. Pero la generación de Susana, la hija, quiere descifrar qué pasó para no vivir encorsetada y seguir hacia adelante. Luego están los que se quedan anclados en el duelo y siempre están rememorando lo sucedido y no avanzan. Esto es muy triste. En la película, en una misma familia, distintas generaciones quieren ver de una manera opuesta el trauma del que proceden.

Parece que es un época muy lejana, pero estuvo ahí y no debe olvidarse.

Y sigue estando de manera inconsciente. Es importante saber qué pasó, revisarlo y ordenar todo aquel caos.

¿Cree que, a pesar del proceso de paz, esa sensación de miedo no ha desaparecido?

Estamos en otro momento.

La exministra González Sinde Mikel Larrea

Miedo, pánico, ansiedad... ¡Qué mal se debió pasar!

Horrible. Recuerdo mi primer viaje sin mis padres a Bilbao y San Sebastián con 18 años. Iba con una compañera de la universidad y por la calle percibía esa tensión. Pero bueno, la tensión por la violencia también se respiraba en Madrid. Había determinados sitios, como los cuarteles de la Guardia Civil, por donde era mejor cruzar a la otra acera porque nunca sabías qué podía pasar. En esos años, podía ocurrir cualquier cosa en cualquier sitio.

¿Por qué o qué le llevó a llevar al cine la historia de Gabriela Ybarra, escrita en 2015?

Me gustó la contención de la novela en el sufrimiento, en la pena, en el lenguaje y en el estilo. Además habla de un asunto que a mí me importa mucho como son las relaciones familiares y la dificultad de comunicación. La novela cuenta desde un punto de vista muy íntimo cómo lo social y lo político afecta en lo sentimental y en el contexto en el que vivimos.

¿Ha introducido modificaciones?

Sí, porque en la novela lo importante es la relación con la madre y el proceso de su enfermedad. En la película entramos más en la relación con el padre. Gabriela Ybarra ha participado en el guion y ha aportado muchas ideas que no estaban en la novela sin dejar de ser fiel a lo que ella quería contar. Este proyecto, a pesar de que rápidamente los productores creyeron en él, nos ha costado bastante sacarlo adelante. En algunos momentos pensé que no iba a ser posible materializarlo pero los productores fueron los que tiraron del proyecto en estos años y nunca se rindieron.

"Me había imaginado que el final de Eta de otra forma. Creía que habría celebraciones, o unos ritos, o algún tipo de expresión, pero fue como un día más y eso me chocó"

decoration

Usted fue Ministra de 2009 a 2011, ¿cómo vivió el proceso de paz?

Me acuerdo muy bien del día que ETA anunció el fin de la lucha armada. Yo estaba en el Gobierno y fue muy emocionante para todos ese Consejo de Ministros. Pero no sé, yo me había imaginado que el final sería de otra forma. Creía que habría celebraciones, o unos ritos, o algún tipo de expresión, pero fue como un día más y eso me chocó muchísimo, la verdad.

¿En política aprendió que hay que callar para sobrevivir?

Sí, pero también que hay momentos para hablar y momentos para dejar que se exprese el otro. Eso sí, hay que ser delicado y respetuoso también con los sentimientos de los demás.

El silencio también es el escudo para muchas cosas.

Sí, pero no te creas, luego te arrepientes más de haber callado que de haberte expresado.

¿Cómo se ve o vive desde fuera cómo gobiernan otros? Además de Ministra fue Presidenta de la Academia.

Con agradecimiento. Es tan duro, tan difícil y tan ingrato estar en política que, para los que están, solo cabe mi admiración. Para gobernar hay que estar hecho de una pasta muy especial porque el desgaste personal es muy grande. En la actualidad el contexto es muy agresivo y parece que es imposible ponerse de acuerdo y avanzar. Y eso es duro.

En la Academia de Cine es, junto a Mariano Barroso, la única que cumplió su mandato íntegramente. ¿Es de las que acaba todo lo que empieza?

Lo intento. Es importante acabar los proyectos porque lo inacabado y lo que se queda en el cajón te resta energía.

"Para ser directora debes ser egoísta y tener un egoísmo productivo"

decoration

En el informe ‘Dirigir obras audiovisuales en España: radiografía sociolaboral de la profesión’, realizado por DAMA, se recoge que los directores son mayoría absoluta con un 85,2% de hombres frente a un 14,8% de mujeres y que las directoras cobran un 24% menos que sus homólogos masculinos. ¿Cómo se podría igualar o revertir la situación?

Pues ha mejorado, hace poco era del 8% o menos. Las políticas de la Ley del cine han incentivado, y ha funcionado, que haya más mujeres directoras, jefas de departamento y estemos en puestos relevantes. El desequilibrio era tan fuerte que era necesario el impulso para romper la inercia. Me preocupan las generaciones más jóvenes. En las mujeres de mi edad la justificación está en la educación conservadora que tuvimos en la que se nos animaba a ser responsables pero menos emprendedoras. Para ser directora debes ser egoísta y tener un egoísmo productivo. Lo más preocupante, como te decía, es cuando en la escuela de cine ves que hay menos alumnas en dirección que alumnos y eso me deja perpleja porque pienso que han nacido en democracia y, en teoría, viven en un contexto que anima y practica la igualdad. ¿Qué pasa? ¿rehuimos del liderazgo? ¿son puestos inaccesibles? Hay que dar un paso adelante y asumir esos roles de liderazgo.

Pues lo que dice es muy grave y necesitamos la perspectiva de la mujer en lo audiovisual.

Sí, en el cine la diversidad es importantísima. La cultura tiene que ser variada. Desde el punto de vista creativo, hay pocas historias de mujeres contadas cuando son más ricas, están menos exploradas y son más originales.

¿Cree que la pandemia, igual que ha incentivado el consumo individual, ha herido de muerte las salas de cine?

Está costando recuperar el hábito de ir a las salas, pero yo me niego a creer que van a desaparecer. El problema es que el hábito de compartir es el que está desapareciendo. Incluso en las casas, cada uno consume una cosa porque somos más egoístas en lo nuestro y el cine es compartir momentos, risas, lloros... El humor, por ejemplo, está hecho para unir al grupo y suavizar tensiones sociales por lo que como funciona es en conjunto. El cine y la series que tienen auge lo tienen por convertirse en referentes compartidos y porque lo vemos para poder hablar de ello con otros.

Compartir el artículo

stats