Un masclet desviado durante una mascletà impacta en el corazón de la Fallera Mayor de València. Y, la máxima representante de las fiestas, muere en el balcón del Ayuntamiento. Los políticos intentan tapar el suceso organizando grandes eventos. Éste es el punto de partida del sátiro juego de cartas La Fallera Calavera creado en 2014 por Enric Aguilar. Un juego que, en su versión teatral y de la mano de Floc Teatre, llega ahora al Olympia tras pasar hace unos meses por la Sala Russafa. La nueva trama, creada por Eduard Costa, se sitúa en 2707, en una Comunitat Valenciana futurista donde la Alcaldesa Perpetua pretende construir un imperio basado en el despilfarro y los grandes eventos, pervirtiendo señas de identidad como la paella, que va encaminada a convertirse en ‘arroz con cosas’, algo que no puede permitir La Fallera Calavera. Un despropósito que le lleva, la Nit de Tots Sants, a regresar del más allá para pedir justicia. En esta surrealista historia, a la protagonista le acompaña la Reina de Les Festes de Castelló y la Bellea del Foc d’Alacant para formar un trío de zombis folclóricos que necesitará para conseguir su objetivo la ayuda del público y personajes como DJ Ximo, Monleón y sus Monleonetes, La Dama d’Elx, Jaume I o El Capità Moro d’Alcoi.

Se mantiene el espíritu interactivo, ya que son los espectadores quienes deciden el final de la historia

«Es muy curioso ver como tus personajes se transforman y dejan de tener dos dimensiones para tener tres y pasan de ser ilustraciones en unas cartas, a ser de carne y hueso, a hablar y moverse… Nunca va a ser igual a como uno lo había imaginado, pero el resultado es fantástico, muy divertido», comenta Aguilar que, en su juego de cartas, utilizó la parodia como crítica social. «La Fallera Calavera nació como una historia transmedia. De hecho empezó como un corto, tuvo su versión como juego de cartas y ha sido también una novela. Cuando me llegó la propuesta de Floc Teatre para llevarla al escenario no lo dudé», recuerda Aguilar. Con su supervisión, fue Eduard Costa quién creó la comedia. «Fue muy divertido trabajar con el universo y los personajes que había inventado Enric. Fue un proceso laborioso, con diez meses previos de investigación», explica el director. «Necesitaba conocer mejor a algunos de los referentes de la cultura popular y del folclore valenciano que aparecían para poder hacer sátira y encajarlos bien en la nueva trama», sostiene el director de escena que, desvela, fue compartiendo con Aguilar los textos que iba escribiendo para que los supervisara y así encajaran en el espíritu de su obra. «Al final conseguimos crear un espectáculo del que puede disfrutar cualquier persona, aunque no conozca el juego o la novela. Tiene muchas referencias a cómo somos los valencianos. En las funciones vemos como la gente que conoció Canal 9, los personajes valencianos de final del siglo XX y la política de la primera década del año 2000 se ríe muchísimo. Y en un momento como el actual ver a la gente divertirse es muy gratificante», comenta Costa.

En la comedia se mantiene el espíritu interactivo, ya que son los espectadores quienes deciden el final de la historia, escogiendo entre tres opciones que llevarán a resoluciones muy distintas de esta historia.

Una de las claves del éxito de ‘La Fallera Calavera’ es el cruce entre la estética de Tim Burton y la autoparodia valenciana. Algo que, a nivel visual, se refleja en el montaje mediante la utilización de máscaras realizadas por Lorena Comín, ya que así consiguen que los personajes se acerquen a las proporciones y apariencia de las ilustraciones de las cartas, además de aportar cierto toque fallero. Y logran que 5 intérpretes (Mila Fernández, Pau Blanco, Jano de Miguel, Myriam Garcés y Amadeo Llach), den vida a 12 personajes.  

También destaca el vestuario, con una «deconstrucción» de las piezas creadas por Paco Monleón.