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El enoturismo recupera músculo tras la pandemia

Tras la caída de visitantes en 2020, el enoturismo en la Comunitat Valenciana recupera terreno y este año prevé alcanzar cifras previas a la pandemia.

El enoturismo en la recupera los niveles de visitantes previos a la pandemia. tierra bobal

El del enoturismo fue (como parte del sector turístico) uno de los modelos de negocio más castigados durante la pandemia en 2020 en toda España, con una caída del número de visitantes superior al 70%. Ya el año pasado comenzó a registrarse un incremento en las visitas a bodegas, aunque sin alcanzar las cifras de 2019, si bien las primeras estimaciones de 2022 apuntan hacia una recuperación total e incluso un posible aumento sobre la cantidad de visitantes de antes de la pandemia.

Esta situación no ha sido ajena a la Comunitat Valenciana, que en 2020 perdió más de la mitad del flujo de visitas. Aunque solamente existen cifras oficiales de las dos rutas del vino de la Comunitat Valenciana integradas en el club Rutas del Vino de España (Alicante y Utiel-Requena), el cantidad de «winelovers» interesados por conocer la cultura del vino en el arco mediterráneo se estimaba antes de la pandemia en cerca de 200.000 personas al año (solo se contabilizan visitas a bodegas y museos enológicos), volumen que cayó en picado en 2022 hasta los 50.000 y que en 2021 ya dio claros síntomas de recuperación con cerca de 150.000 enoturistas en todo el año. Desde la Ruta del Vino de la DO Utiel-Requena reconocen que «este año las previsiones siguen siendo al alza, la gente quiere recuperar esas pequeñas escapadas para descubrir bodegas y adentrarse en plena naturaleza, conocer sus vinos y saber más sobre la vinicultura».

La procedencia de los enoturistas en la Comunitat Valenciana varía en función de la ubicación

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La procedencia de los enoturistas en la Comunitat Valenciana varía en función de la ubicación. Así, Alicante recibe más visitantes del exterior, probablemente por su proximidad con la Costa Blanca; mientras que Utiel-Requena tiene mayor demanda por parte del público nacional. En lo que sí coinciden todas las regiones vitivinícolas de la Comunitat Valenciana es en el momento de mayor flujo de visitantes, que es en otoño, concretamente en octubre, mientras que enero y febrero son los meses del año con menor actividad.

Desde hace unos años, la Federación de Enoturismo de la Comunitat Valenciana capitaliza toda la oferta en este sentido, tanto de las dos rutas ‘oficiales’ (Alicante y Utiel-Requena) como de las otras dos que están en pleno proceso de certificación (Castellón y Valencia). En todos los casos se trata de zonas con profunda tradición vitícola y un patrimonio en forma de bodegas a la altura de otras regiones del país. En Castellón, comarcas como la del Alto Palancia (sobre todo con las propuestas de la Cooperativa de Viver) y Alcalatén (con proyectos como el de Bodegas Flors) concentran el grueso de la actividad enoturística; mientras que en Valencia, la de Terres dels Alforins sigue siendo la que mayor cantidad de visitantes concentran, con bodegas como Celler del Roure, Los Frailes, Rafa Cambra, La Viña o Arráez que en algunos casos superan la cifra de 5.000 visitantes/año.

Utiel-Requena es la comarca que mayor cantidad de visitantes registra cada año

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Alicante tiene su principal activo enoturístico en el Alto Vinalopó (principalmente a partir de los viejos viñedos de la zona de Villena y Novelda y su tradicional Fondillón) y la Marina Alta (tierra de Moscatel y los típicos Riu-Rau, muchos de ellos adaptados ahora para ser visitados.

Utiel-Requena es la comarca que mayor cantidad de visitantes registra cada año con propuestas familiares y culturales como la que ofrece Hoya de Cadenas en el término de Utiel u otras para descubrir la tradición cavista en Requena como Pago de Tharsys. Bajo la marca turística Tierra Bobal, la comarca trata en estos últimos años de ligar la naturaleza con la cultura del vino aprovechando las decenas de bodegas monumentales diseminadas por todo el paisaje de la zona y la belleza natural del parque de las Hoces del Cabriel, diseñando estrategias y productos turísticos a partir de un paisaje de viñedos abrazados por el bosque mediterráneo.

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