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Vuelve el Rototom Sunsplash

El mayor festival de "reggae" europeo vuelve la semana que viene a Benicàssim tras dos años de parón. El Rototom Sunsplash celebra su 27ª edición con el regreso a los escenarios de Burning Spear después de diez años de retiro, la llegada del estilo afrobeat con Davido y muchos otros artistas y eventos que llenan su singular cartel por la diversidad.

Concierto del Rototom en Benicàssim de 2019. patrick albertini

Benicàssim vuelve a acoger, desde este martes 16 al lunes 22 de agosgto, el Rototom Sunsplash, el mayor festival de reggae europeo, tras dos años de parón con motivo del covid. «Teníamos miedo de que la experiencia acabara aquí, y que la ilusión de estos 26 años se parase. Ahora volver a soñar es muy importante y emocionante, por nuestra parte y la del público», reconoce Filippo Giunta, director del festival. «Nos ha salvado bastante el ERTE, si he de ser sincero. Sin él, hubiésemos perdido muchos de nuestros trabajadores», apunta.

La multicultural cita, que viajará en su 27ª edición por más de 30 países pisando sus escenarios, tiene un público reconocido por la diversidad, pues «hasta ahora, de las entradas vendidas en preventa, son más de 80 países de los cinco continentes los que agrupan nuestro público, de todas las edades, desde los 13 -menores de 13 entran gratuitamente- hasta los 85 años. Poco más de la mitad son españoles, pero la otra mitad son extranjeros, de toda Europa, de África, Sudamérica, Estados Unidos e incluso Asia, y eso ofrece un valor añadido, porque la experiencia se basa en aprender y enseñar sobre culturas distintas», celebra Giunta.

En el cartel, caracterizado por «la libertad de proponer la música más innovadora y que merece la pena divulgar, en lugar de la más popular», destaca Burning Spear, el artista que cierra el último día. Es una leyenda del reggae, contemporáneo de Bob Marley, retirado desde hace mucho porque estaba enfadado con todo el mercado de la música. «Prácticamente llevamos 10 años pidiéndole que, por favor, participe en este festival. Este año, no sé cómo ni por qué, le hemos convencido para hacer un concierto, y pensamos que será el último de su carrera. Yo aconsejo a todo el mundo, hasta a quien no le conoce, a no perderse este evento, porque es un espectáculo único, místico e hipnótico, algo que no se va a olvidar».

El Rototom, que tiene «siempre la necesidad de proponer algo nuevo al público», presenta como novedad «el afrobeat, con Davido en el cartel, un nuevo estilo que está muy de moda en el norte de Europa, Inglaterra y algunos países, pero todavía no ha llegado a España». Junto con un nuevo espacio, Jamkunda, en el que «estará sonando afrobeat todas las noches con un colectivo de Barcelona llamado Voodoo Club». Pese a la prioridad de evolucionar, el festival trata de «sustituir lo que no ha funcionado, pero repetir y mejorar lo que sí», y se encuentran «ilusionados de reabrirle las puertas a Damian Marley, una de las estrellas más importantes del reggae mundial que actuará el primer día».

Mala Rodríguez, Davido y Burning Spear, tres de los cabezas de cartel.

Este año, se aborda la celebración desde el lema We must change the world, que «proviene de We can change the world, un mensaje del cantante de reggae Linton Kwesi Johnson, animando a los jóvenes a ser más protagonistas de su vida. Después del covid y con el empeoramiento del cambio climático, hemos modificado el verbo can por must, ya que no solamente podemos, si no que debemos cambiar el mundo, sin esperar que sean los políticos o las multinacionales los protagonistas de la acción».

Desde el festival de reggae que se celebra en Benicàssim se intenta «ser coherentes con lo que se propone, no solo sobre el escenario, si no con todos los mensajes que dispensamos dentro del festival», y se desarrollan iniciativas como haber acabado con el plástico dentro del recinto, destinar beneficios a investigar una cura contra el VIH o la distrofia muscular, medir sus huellas de carbono o llevar conciertos gratuitamente a la cárcel, «la satisfacción más grande la siento cuando las bandas que han tocado para los presos salen con lágrimas en los ojos, diciendo: este ha sido el espectáculo más emocionante de mi vida».

«Creo que un festival de música puede convertirse en una actividad familiar», afirma Filippo Giunta. «Existen muchos jóvenes cuyo fin es emborracharse, y es legítimo, pero existen otros que también quieren aprovechar la experiencia para crecer culturalmente. Este evento dura todo el día, y desde las 2 del mediodía hasta las 8 que empiezan los conciertos, hay actividades. A la gente le encanta esta propuesta, no solamente de ocio, si no didáctica: aprender a producir música, fotografía, …».

Los cursos de la Teen Yard son una de las muchas diferencias que caracterizan este singular festival, en el que hay tres escenarios infantiles, no hay ninguna entrada con posibilidad de acceso VIP, ya que «tenemos la filosofía de que somos todos iguales, no queremos hacer discriminaciones o levantar muros entre gente más y menos importantes», o las conferencias sobre reggae y diversidad cultural que se dan en el Foro Social o la Reggae University, aprovechando «la presencia de veteranos del reggae para que hablen en primera persona de la historia del reggae y qué significa, o cómo ha influenciado en casi toda la cultura musical».

Este trabajo ha sido reconocido, pues «la ministra de Cultura de Jamaica nos ha dicho que estamos haciendo un trabajo cultural que ningún país de África lleva a cabo. Somos embajadores, no solo de reggae, si no de cultura africana, de la cultura de los pueblos, y en 2019, la Unión Africana nos reconoció vehículo de divulgación de la cultura de África»

El Rototom, originario de Italia, eligió Benicàssim como destino de asentamiento buscando «el país que nos parecía más libre, más tolerante y más abierto, y elegimos España. No nos equivocamos porque nunca nos arrepentimos de la elección, y todo el público, incluso los italianos, nos la agradecen».

El festival empieza la semana que viene, y el director solamente espera «principalmente, tener el mismo rollo de siempre», y previene «no tener récord de afluencia, pero sí una atmósfera nunca vista».

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