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Manolo García | Cantante
Manolo García Cantante y compositor

Manolo García: "Más que verdad, en mis canciones hay sinceridad"

Lanzó 27 canciones de golpe en un doble álbum y ahora, entusiasmado, Manolo García las está defendiendo ante su público.

«Más que verdad, en mis canciones hay sinceridad» Urban

Anda estos días «preocupado» Manolo García. Tiene la voz ronca. Confiesa que, tras un viaje en avión y compartir fila con un señor «que no paraba de toser», no acaba de encontrarse bien. Su intranquilidad es evidente y, al acabar la entrevista, comparte su nerviosismo por ver cómo «avanzará la cosa». Hoy, este «narrador de sensaciones», salvo revés, actúa en la Plaza de Toros.

¿Al cantar y componer, Manolo García es sinónimo de verdad?

Es sinónimo de Manolo García. Lo mío es un sentir fluctuante porque nadie es una máquina. Soy un narrador de sensaciones que intuyo o percibo. Todos somos la música que oímos o lo que leemos, ese mundo de cultura que por suerte a muchos nos seduce y que es una mezcla de realidad y ficción. En las canciones nunca hablo de mi, no tengo esa vanidad ni esa pretensión porque la altas y las bajas pasiones que nos acontecen a todos son similares. Todos navegamos en esas dos aguas. Mas que verdad, en mis canciones hay sinceridad, porque surgen de algo espontáneo y de una manera muy mágica. Me llegan, revolotean con sus alitas y se posan en mi. No tengo más explicación de cómo hago una canción. La hago. Me pongo y, al rato, ha llegado o no ha llegado. Si no llega me voy a tomar un café y lo dejo hasta el día siguiente.

En «Laberintos de Sueños» cantas que ‘cada día me parezco más a mi mismo’. ¿Eso te asusta?

Justo me pillas leyendo ‘Montevideo’ de Vila-Matas y dice también eso. La idea que subyace en esa frase es que todos buscamos el otro y nadie está conforme del todo con la vida que le ha tocado. A veces, la intensidad con la que vivimos es que siempre queremos más y es tan explosiva la sensación de vida que a veces ella nos propulsa a querer más. En mi carácter si que hay algo de querer ir cambiando y mejorando cosas, de no soportar lo insoportable y buscar avanzar. Soy muy inquieto. No me conviene parecerme a mi mismo.

¿Qué te pide ahora el cuerpo escribir ante una página en blanco?

Hay mañanas que me despierto y, al volver en mi, tengo una frase y a partir de ahí desarrollo y escribo sin dirección concreta. Me gusta divagar, el misterio. Quizás por eso me gusta Vila-Matas, Bolaño o escritores que juegan con el misterio. Mira, ahora se me acaba de ocurrir una frase: Ámame que soy amable.

Manolo García Montse Capel

¿Necesitas la soledad para componer?

No del todo porque me alimento de lo social. Tengo una dualidad. Una parte más extrovertida que es la que muestro y me lleva a los conciertos y la parte de crear que es más solitaria. Pinto cada día y lo hago solo. No me gusta que nadie husmee en mis cosas. La introspección de la soledad me crea la necesidad de acompañarme a mi mismo. Yo me hago compañía pintando o haciendo canciones, por ejemplo.

¿Eres, tras la pandemia, más disfrutón en tus conciertos?

Sí, valoro más lo que estamos haciendo con una relativa libertad. Las advertencias médicas aún están ahí y esto aun no se ha ido. Llevo tres días mal porque viajé en avión y me tocó un señor que se pasó el viaje tosiendo y ahora estoy un poco ronco y no me siento bien. Esto me crea agobio porque tengo conciertos en València y Mérida. Con los años te haces más responsables y eres consciente de la fragilidad de todo y de como se puede venir abajo cualquier previsión. De joven, la inconsciencia te lleva a no pensar en el fracaso.

"El cuerpo político pasa de todo y al cuerpo macroeconómico le importa un bledo"

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Al final nos va a tocar ir a vivir a Marte.

No, eso es imposible, es un planeta inhóspito e inhabitable. Lo importante sería tomar conciencia de que esto tiene arreglo y empezar a arreglarlo entre todos. Tras la pandemia, y eso que decían que íbamos a salir mejores, no somos mejores porque se ha recrudecido todo y cada vez estamos más locos. No reaccionamos. El cuerpo político pasa de todo y al cuerpo macroeconómico le importa un bledo y siguen intentado que el crecimiento económico sea para unos pocos. Lo peor, y más bestia aun, es que no les inquieta nada. Hay, como dijo Einstein, dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana. No aprendemos y eso que no quiero ser pesimista.

Pues lo parece.

Es que no quiero serlo pero lo soy. Es muy difícil porque la vida no es fácil para nadie, ni siquiera lo fue para el mono cuando bajó del árbol. Estamos en una sociedad civilizada pero, la civilización qué es, el arte de disimular la precariedad de la vida y eso que hemos adelantado muchísimo. Mira los avances médicos, la calidad de vida... pero aun no hemos acabado de resolver cómo nos relacionamos entre nosotros.

Tus últimos discos suenan más aflamencados. ¿Responde a una necesidad vital?

El eje es la guitarra española y canto de una manera... no sé cómo decirlo, con más pellizco, más rumbero, menos recto en la forma de cantar y más anglosajón y de pop rock, más recto y lineal. La guitarra española produce un pellizco que otros instrumentos no logran. Quise jugar con ese aire.

"Mi premio es que a la gente le apetezca escucharme. No nos engañemos, Otros premios solo obedecen a la industria»

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¿No has estado tentado de probar con sonidos nuevos como lo urbano o el reguetón?

El mercado es libre, todo es licito y cada uno presenta su propuesta. Lo que no me seduce es que se colonice el mercado con solo un sonido pensando que con ello se puede conseguir más beneficio. Me parece bien que a un señor de Burgos le guste el country americano, pero que una emisora se vuelque en un solo estilo me parece extraño y pobre. En la diversidad está la posibilidad del disfrute. Cuando se genera muchísimo dinero con el comercio de las canciones todo empieza a cambiar y te conviertes en un competidor, que si número uno, que si uno vende más que el otro... yo no soy deportista y no quiero llegar antes que nadie. No se trata de batir marcas y sí de crear emociones y eso es algo que no se cuantifica. La emoción se siente o no se siente.

Cuando escuchas una canción que la letra no dice nada y es un número uno, ¿qué piensas?

Que todo es una farsa.

¿Has normalizado el sumar premios y halagos?

Mi mayor premio es que la gente vaya a mis conciertos y les apetezca escucharme. Ese es un premio bárbaro y absolutamente magnífico. Hay otros premios que obedecen a la industria, no nos engañemos, y a unos cánones económicos. El único premio real es el del público. Eso sí, digamos que la fiesta debe continuar y si nos dan un premio pues se agradece.

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