Café Quijano: 'Lo nuestro ha sido un camino de rosas basado en el trabajo'

Pocos conocen el idilio que existe entre Café Quijano y Estados Unidos. Comenzó en los albores de los 2000 y todavía dura. Reflejo de ello es ‘Manhattan’, el disco que presentan este sábado en el Palau de les Arts, donde relatan algunas aventuras nocturnas de los hermanos leoneses. En realidad, el álbum es la segunda parte de ‘La taberna del Buda’, el disco que conquistó el mercado internacional con un sonido que han querido recuperar para el deleite de sus fans.

Café Quijano. Manhattan Tour

Café Quijano. Manhattan Tour / Café Quijano. Manhattan Tour

Carla Melchor

Carla Melchor

València

Llevan más 20 años tocando en Estados Unidos, España o Latinoamérica. Han colaborado con Santana y han ganado seis Premios Grammy. Después de un tiempo de silencio, Manolo, Óscar y Raúl Quijano se han reunido para rendir tributo a uno de los discos cumbre de su carrera, ‘La taberna del Buda’, que contenía canciones como «Nada de ná», «Otra vez» o «En aquel hotel jamaicano». Fruto de ello es ‘Manhattan’, un nuevo disco con canciones que vuelven a narrar historias sobre trotamundos y las aventuras nocturnas de estos tres hermanos leoneses. Este sábado presentan su nuevo trabajo en el Palau de les Arts, donde no han vuelto desde la pandemia. «Ahora medimos la evolución de nuestra vida en base a una nueva unidad de medida, antes de la pandemia o después de la pandemia», asegura Raúl Quijano, el benjamín de los hermanos, quien habla en esta entrevista de la unión de la banda con Estados Unidos y de lo inspiradora que pueden ser una noche de fiesta a la hora de escribir una canción. 

Volvéis a València con ‘Manhattan’, un disco muy esperado por los fans de Café Quijano. Llega después de cuatro años de silencio. 

Estamos muy contentos porque está teniendo muy buena aceptación por parte del público. Se nota que la gente tenía ganas de escuchar algo así.

En realidad, este disco es una secuela.

Sí, este álbum es la segunda parte de ‘La taberna del Buda’, que tuvo un desarrollo internacional muy importante. Nos apetecía volver a grabar con la misma gente y en los mismos estudios. Era esperado sobre todo por nuestros fans, porque desde hacía años nos venían diciendo que les apetecía rememorar el sonido tan característico del Buda de Café Quijano. A nosotros en cierto modo también nos apetecía porque fue una época muy bonita de nuestra carrera. 

¿Este nuevo trabajo os ha obligado a hacer balance de vuestra trayectoria?

Sí, durante su creación hemos hecho una especie de introspección. Han pasado 23 años desde que decidimos probar suerte con la música y seguimos en el mismo sitio, con la misma gente y tocando, lo cual es un milagro. Darte cuenta de algo así es muy bonito, sobre todo en un momento en el que parece que nada dura. Antes, los trabajos duraban para toda la vida, pasaban de padres a hijos, y ahora todo cambia muy rápido. Las empresas duran tres años. De lo que se trata es de consumir y desechar. En cierto modo este disco nos ha hecho pensar en los ciclos de la vida. 

‘Manhattan’ me hizo regresar con nostalgia a vuestros inicios. Las canciones del disco vuelven a hablar de la vida nocturna y de los trotamundos que habitan las tabernas. La canción que da nombre al disco relata una noche en la Gran Manzana. ¿Cuenta una noche real?

Sí. Para contextualizar este nuevo trabajo discográfico hay que decir que durante todos estos años hemos pasado largas temporadas en Estados Unidos. La huella de este país es innegable en el disco. Al final, sientes mucho el lugar donde estás y esta canción es un buen reflejo de ello. Normalmente residimos en Miami y los fines de semana solemos ir a Nueva York porque tenemos muchos amigos allí. En uno de estos viajes, nos encontramos a amigo nuestro, el pintor Domingo Zapata. Nos enseñó un lugar muy neoyorquino donde se junta un crisol de personajes muy variopintos, desde un broker de Wall Street a un artista transgresor. Había una mezcla espectacular que derivó en una noche muy interesante. Nos lo pasamos muy bien y decidimos plasmar esa noche en una canción. 

¿Cuándo comenzó el idilio entre Café Quijano y Estados Unidos?

Antes de que nos metiésemos en la música, nuestro hermano mayor estudiaba en Estados Unidos y tenía un grupo de amigos allí. Cuando sacamos el segundo disco, en los 2000, fuimos a actuar. Era la época en la que tuvimos un boom internacional muy importante. Empezamos a hacer conciertos en Latinomérica, en Chile y Argentina, y de México pasamos a Estados Unidos. Hicimos mucha promoción allí hasta que dimos el salto definitivo para grabar en Estados Unidos. Eso nos obligó a pasar meses enteros. Decidimos asentarnos en cierto modo allí cuando no estábamos de gira en España.

Sois una banda que provoca cierta fascinación, no solo porque sois hermanos, sino porque os habéis consolidado como un trío musical sin fracturas. ¿Ha sido un camino de rosas? 

No diría un camino de rosas porque no ha sido fácil. Diría que ha sido un camino de rosas basado en el trabajo. Ha sido un viaje maravilloso de 25 años donde hemos conocido infinidad de lugares y personas. La música nos ha cogido de la mano y nos paseado por el mundo, pero gracias a una base muy importante de trabajo, no entendido como algo arduo sino como algo constante. La música es una cosa muy seria y muy exclusiva porque necesita continuidad. No hay otra formula del éxito, solo la constancia. 

¿La pandemia ha reformulado la banda?

Diría que no. La pandemia fue algo terrible, no solo por la parada obligatoria de toda nuestra actividad laboral, sino por todas las noticias que nos llegaban. Vivir las cifras de contagios y fallecimiento ha sido algo para olvidar.

¿Crees que ha traído algo positivo en cuanto a la percepción de la cultura por parte de la sociedad? 

Este año ha habido un repunte muy importante en todas las parcelas de la cultura. El sector ha estado ahí cuando el público lo ha necesitado. Es más, incluso ha habido falta de medios a la hora de hacer ciertos eventos por la demanda que había. Esperamos que siga así porque es algo positivo. Siendo optimistas y tratando de mirar hacia delante, es importante tener en mente esta nueva dinámica. Lo importante es que a nadie le falte trabajo, aunque esto es una utopía, sobre todo hablando del sector de la música, que ha sido muy castigado durante la pandemia.

España acaba de aprobar el Estatuto del Artista.

Es importante que cualquier país proteja la cultura desde todos los ámbitos. En un oficio como este es importante que tu país te proteja en lo fundamental, como es el paro.

¿Qué recuerdos tenéis de València?

Buah. Hay dos comunidades en España que son especialmente musicales, una de ellas es Galicia y la otra es indudablemente la Comunitat Valenciana, donde están las mejores bandas de música del mundo. En València hay una tradición musical tremenda que no sé muy bien de dónde sale. Igual nos tenéis que decir vuestro secreto. ?Cuál es? Aquí hay una línea de investigación muy importante eh (ríe). Invito a quien quiera a investigar sobre esto. En vuestra comunidad la música ha sido cuidado y se la ha tomado en serio. Por otra parte, hay pocos públicos como el valenciano, porque es muy entregado en los conciertos, y muy espontáneo. 

Vais a recorrer buena parte de la geografía nacional, pero también vais a actuar en Dublín y en París. 

Sí, también en Latinoamérica. 

¿Va a ser un directo totalmente centrado en ‘Manhattan’ y en el ‘Buda’? 

Para nada, va a combinarlo todo. A la gente le van a sonar canciones de hace 20 años, pero no vamos a dejar de lado otras canciones que también componen la historia de la banda, como los boleros. Son muy importantes para nosotros porque apelan directamente a nuestra biografía, ya que nuestro padre nos inculcó mucho este género. 

¿Habrá Café Quijano para rato? 

Claro que sí. Lo importante es no parar de hacer música, reinventarse y mirar siempre hacia el próximo proyecto. 

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