Las Fallas han sido el telón de fondo de la vida de Marina Puche, una ilustradora valenciana que se ha visto abocada a diseñar los monumentos que se queman en las calles de la provincia cada 19 de marzo de manera natural, genética. Pertenece a una familia de artistas falleros. Su padre es Pepe Puche, y su abuelo, Julián Puche, ambos ligados a fallas como Na Jordana, Convento Jerusalen o San Vicente-Periodista Azzati. 

 Estudió Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València, así como el máster en Producción Artística (UPV), un posgrado Universidad de Diseño Burg Giebichienstein, Kunst und Design (Halle, Alemania). Se centró en la ilustración, aunque pronto decidió involucrarse en el mundo fallero. Puche ha realizado las fallas infantiles de Santa María Micaela, Exposición-Micer Mascó o Joaquín Costa, con un marcado estilo propio que recuerda a sus ilustraciones. Se hicieron muy conocidas en redes sociales, a gracias a su energía positiva, muy necesaria durante la pandemia. Cada viernes, Marina Puche nos animó a todos a tener paciencia, confiar en los sanitarios y a esperar a que todo pasase. 

Tres años después de que aquella pesadilla diese comienzo, Puche está a punto de consumar el proyecto más importante de su vida, la plantà de la Falla Municipal, diseñada por ella. Pues ya ha pasado a la historia por ser la primera mujer que diseña el monumento principal de la plaza del Ayuntamiento; un camino que inicia en pleno siglo XXI. «Provengo de una familia de artistas falleros, y siempre he estado muy ligada al mundo de las Fallas. Pero me alegro que vayan entrando mujeres, que cambien los roles y que las niñas vean que pueden hacer todo lo que quieran», explicó la artista fallera.

La «Cardioversió valenciana» de Puche ya ha comenzado a salir a la calle. Se trata de un corazón enorme que se quemará el próximo día 19 para dejar atrás los fantasmas de la pandemia, un periodo que marcó la Meditadora de Escif y que cierra esta semana la ilustradora valenciana. La «Cardioversió» es también una falla participativa, pues se abrió un proceso para que los ciudadanos aportaran ideas acerca de qué les hacía tener «el corazón contento». De las 160 aportaciones, las seleccionadas se tradujeron en diversas escenas de las que han seleccionado las más emotivas, que acompañarán al enorme corazón que ha nacido en los talleres de Manolo García de Ciutat Fallera, donde Marina Puche ha trabajado durante todo este año.

También en el museo 

La exposición del Centre del Carme, «Amor a primera tinta», pone en contexto la Falla del ayuntamiento, a través de murales, ninots, viñetas y esbozos que despliegan el universo de la artista fallera. El título hace referencia al «amor a primera vista» que sintió la ilustradora por las Fallas, pero también la rapidez con la que Puche lleva a cabo las viñetas que publica los viernes. La muestra destaca el espíritu extrovertido y humorístico de las fallas, con tal de dejar atrás los años donde el virus robó todo el protagonismo. Para ello, Puche ha «plantado» un naranjo en la sala Zero del Carme que representa el «florecer» de la sociedad valenciana a partir del fin de las restricciones. 

 La exposición dedica también un espacio destacado al diseño de la falla municipal. El claustro gótico del Centre del Carme muestra un gran corazón contento, florido de naranjas y azahar, rodeado de los diferentes tipos de corazones y latidos: corazón caliente, corazón salvaje, corazón enfermo y corazón helado. «Esta exposición nace de la combinación de mi faceta de ilustradora en Manitas de Plata -la empresa que mantiene junto a su hermana- y la de artista vinculada a las Fallas. En ella he querido hablar sobre ese amor a primera vista que tuve por las Fallas y ese flechazo por la cotidianidad y los detalles que endulzan los días en los que lo cotidiano pasa a ser examinado como si de un objeto precioso se tratase», señaló Marina Puche.

También se incluye un pequeño recorrido, de la mano de la artista, sobre la pandemia, el confinamiento y cómo nuestra realidad cambió, al obligarnos a parar y adaptarnos a la nueva normalidad, todo ello plasmado en pequeños dibujos espontáneos que reflejan amor en una primera tinta. Desde hace algunos años, estas exposiciones amplían el universo de las fallas municipales, confeccionadas pro artistas multidisciplinares que se han aliado con los artistas falleros para transmitir a lo grande sus propuestas. Fue Dulk en 2022, Escif en 2021 y 2020, Pichiavo en 2019, y Okuda San Miguel en 2018. De hecho, cada vez son más las fallas que optan por artistas multidisciplinares para diseñar sus monumentos, es el caso de Reyes Pe, que este año presenta ‘Per molts anys’ en Castielfabib - Marques San Juan. 

La diversidad y la inclusión por fin se consolidan en unas fallas que marcarán un punto de inflexión con nuestro pasado reciente.