Entrevista | Fele Martínez Actor

«En ‘Bajo terapia’ se destapa la ropa sucia que tienen todas las parejas»

La comedia llega a los cines protagonizada por seis personajes que demuestran que todo el mundo tiene algo que ocultar (y confesar)

Fele Martínez se mete en el papel de Daniel en "Bajo terapia"

Fele Martínez se mete en el papel de Daniel en "Bajo terapia" / Carmen Planes

Seis personajes en un mismo espacio, analizándose los unos a los otros mientras intentan arreglar las crisis con sus respectivas parejas en una cita con una psicóloga ausente que les deja deberes: analizarse los unos a los otros. Esta es la sinopsis de Bajo terapia, que llega hoy a los cines dirigida por Gerardo Herrero y que ya ha sido aplaudida en el Festival de Málaga.

Basada en la obra de teatro de Matías del Federico, el valenciano Fele Martínez (Alicante, 1975) es uno de sus intérpretes. Rostro conocido del cine español —recibió el Goya al Actor Revelación por su papel en Tesis, de Alejandro Amenábar, con quien también rodó Abre los Ojos— Martínez ha aparecido en Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar, Tensión sexual no resuelta, de Miguel Ángel Lamata, y más recientemente en En temporada baja, de David Marqués, entre otras películas.

Últimamente también ha triunfado con la serie «Machos alfa», en la que varios hombres intentan «deconstruir» su masculinidad tóxica en tiempos del feminismo.

Aún no ha pasado el éxito de «Machos alfa» (Netflix) y ya tiene una nueva película que se estrena. ¿Cómo espera que sea la acogida de Bajo Terapia

Espero que sea maravillosa porque lo contrario sería muy raro. Yo he visto la película y a la gente que también la ha visto le ha gustado muchísimo. Se sale un poco de lo normal, porque no hay muchas películas con varios personajes en un mismo lugar... También viene de una función de teatro que interpreté hace un montón de tiempo y me fue genial. Ahora tampoco va a dejar indiferente.

Sin desvelar mucho, el machismo está presente de diferentes maneras tanto en el filme como en «Machos alfa», que también trata la cuestión aunque de un punto de vista diferente. ¿Ha sido casualidad o es el momento de apostar por estos proyectos? 

No creo que Bajo terapia sea una película que trate sobre el machismo, trata sobre las relaciones de pareja y los conflictos que puede haber. Habla de las intrigas, celos... desde la pareja que lleva muy poco tiempo y aún hay efervescencia entre ambos, a la que me toca vivir a mí, Daniel y Laura, que llevan ya un montón juntos y no se soportan, directamente.

Pero, de alguna manera, la película sí es una crítica a ciertas actitudes... 

Sí, absolutamente, pero son dos conceptos diferentes. Aunque se desarrollan con comedia, es verdad que son bastante distintas. Son casualidades.

Como ha apuntado, la particularidad de la película es que hay seis personajes, en el mismo escenario, durante hora y media. Sin la ventaja de efectos especiales ni grandes paisajes: ¿Son papeles más exigentes y es un reto mayor para los actores?  

En realidad, estamos más «desnudos», porque se presume poco de artificio. Solo están los seis personajes y desde que entran es un no parar... ese es un poco el concepto, que fuera algo «teatral», con la cámara como mero testigo, no como elemento narrativo, como en otras películas.

Es curioso que participara en la obra de teatro y ahora también en la película; no sé si le habrá pasado a muchos actores... ¿Cómo es esta «segunda vida»?

Ha sido superinteresante, porque son dos códigos diferentes: no es lo mismo el teatral que el audiovisual, porque la cámara puede acercarse o mostrar ciertos detalles que en el teatro no, donde es como un plano general y te tiene que oír tanto el que está sentado en primera fila como el del «gallinero». Mi personaje en la función de teatro era más disparatado, y en la película está más comedido, aunque parezca mentira.

Sí, lo cierto es que es un personaje bastante impertinente... 

Sí, su objetivo vital es hacerle la puñeta a su mujer, todo lo que puede y más. 

Comentaba que la película trata de las relaciones de pareja, la terapia... ¿Cree que hace falta mucho diálogo en esta sociedad? 

Es fundamental, sobre todo el diálogo, a nivel humano. Creo que habría muchos conflictos que no serían tal si hubiera un diálogo fluido y más directo; los silencios a veces pueden ser muy cáusticos. La película invita luego a la reflexión y, sobre todo, al diálogo posterior.

También toca de alguna manera y, sin estigmatizar, el tema de la salud mental, que parece que tras la pandemia ha explotado y está muy encima de la mesa... 

Sí, la película va sobre todo de tres parejas que van a hacer una terapia, se encuentran que su terapeuta no está y, en su lugar, hay unos sobres y unas instrucciones. A partir de ahí, se va desvelando y destapando toda la ropa sucia que tienen todas las parejas.

¿Y cómo ha sido rodar con Malena Alterio, Eva Ugarte, Antonio Pagudo y el resto del reparto? Supongo que intenso y que estuvieron todos en todas las escenas, ¿no?

Sí, estábamos todos los días todos juntos, era como una compañía. Lo fundamental era ir con los textos bien aprendidos. Fue muy divertido, fácil y muy cómodo, sobre todo al poder ensayar en el lugar en el que íbamos a rodar. Eso facilitó mucho las cosas, y también que era un espacio sin cambios de vestuarios ni localización: rodamos de forma cronológica y eso hace mucho más fácil poder transitar por todo el arco del personaje de manera lógica.

El filme tiene movimientos de cámara curiosos, con mucho giro y parece que les siguen. ¿Eso lo notaban los actores?

Es una pregunta, sobre todo, para Gerardo Herrero [ríe], pero creo que quería dejarnos libres y, para eso, en lugar de una cámara fija en un trípode, nos iba acompañando. Fue fundamental la steadycam.

Usted alguna vez ha dicho que también le gustaría dedicarse a la dirección, ¿por qué? 

Ya he rodado dos cortos y me interesa, sobre todo, la experiencia de trasladar a imágenes lo que hay escrito en un papel, y el trabajo con los actores. Los cortos me han servido mucho para mi propio oficio de actor y creo que tengo cosas de contar. 

Por ejemplo, ¿qué temas serían? 

Los dos cortos son historias que, por lo general, han llegado a mí y he adaptado, porque me han resultado interesantes y me ha apetecido contar. Entre el primer y el segundo corto han pasado 18 años... tampoco es que tenga mucha prisa, pero siempre cuando me encuentro algo que me resulta interesante y me vienen imágenes, me apetece rodarlo. 

También necesitará tiempo, y no para de encadenar proyectos...

Claro, un rodaje implica muchísimo tiempo y esfuerzo. Tienes un equipo alrededor, hay que trabajar con los actores, llevar una planificación...

Hablando de proyectos. Supongo que uno no de sus próximos trabajos será la segunda temporada de «Machos Alfa», que ya se ha anunciado. ¿Cuál cree que ha sido la clave del éxito?

Sí, en breve empezaremos a grabar... Sobre todo, creo que ha tratado un tema muy de actualidad, pero de una manera muy poco aleccionadora, con unos personajes que se han sentido muy perdidos con el cambio de paradigma y, de alguna manera, han tenido que reinventarse forzosamente. Cualquiera se puede sentir identificado con cualquiera de los personajes, ese ha sido el quid de la cuestión.

También ha habido opiniones negativas, diciendo que la serie es un poco un «Matrimoniadas» moderno...

No puedes pretender gustarle a todo el mundo y, con algo así, intentas dirigirte a la mayor cantidad de espectadores posibles.

Por último, como alicantino: en la candidatura a los Goya hubo varias producciones (como El Agua o los cortos «La gàbia» y «La entrega») y se habla de cierto resurgir del audiovisual en la zona. ¿Lo cree así?

Yo encantado de que se vaya creando un tejido audiovisual en Alicante, pero para eso es fundamental el apoyo de las instituciones. Absolutamente. Yo voy a Alicante cuando puedo y me dejan [ríe].

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