Entrevista | Antonia San Juan Actriz

"Si abres la boca, ya haces daño a alguien"

La actriz Antonia San Juan dirige e interpreta la obra «Entrevista con mi hija Mari», que se representará del 31 de enero al 4 de febrero en el Teatre Talia. La obra critica ferozmente el machismo y el patriarcado, dos conceptos, que, en sus palabras, «no van a desaparecer ni por asomo».

Antonia San Juan.

Antonia San Juan. / Moi Cuenca

Saray Fajardo

Saray Fajardo

València

Antonia San Juan es directora, actriz, monologuista, guionista y productora. Como suele decir, «me lo hago todo como quiero». Ahora regresa al Talia con su nueva función.  

En «Entrevista con mi hija Mari» criticas ferozmente el machismo y el patriarcado. ¿Crees que llegaremos a deshacernos de estos dos conceptos?

Por supuesto que no. Hay un acuerdo social para que esto no desaparezca. Lo vemos en la música, en el comportamiento, en la vestimenta… ¡Qué va, ni por asomo!

Al final no hay nadie mejor que una mujer para denunciar la situación que viven todas las mujeres en la actualidad.

La palabra denuncia significa ponerme en contra de de lo establecido. Con 62 años, a punto de cumplir 63 en mayo, mi denuncia la convierto en arte y no en un panfleto porque me he dado cuenta también que hay un trabajo individual para no someterte a al patriarcado o al machismo. Es una cosa bastante complicada de enfrentarse a ella. Yo hago mi trabajo y mi manera de vivir, que es sin depender de ningún hombre. Me he ganado lo que como y soy independiente, es el auténtico empoderamiento. Eso no quiere decir que, cuando llegas a un trabajo, los sueldos sean menores, que la mujer no tenga fecha de caducidad… 

Llevas cuatro décadas en este oficio y habrás visto cambios, aunque sea pocos. 

Derechos civiles se pueden ganar, pero algo está pasando. Siguen muriendo mujeres a manos de los maridos o a manos de las parejas. Algo ha pasado porque estamos todo el rato con el mismo discurso y este discurso no nos ha solucionado nada. Mueren muchas mujeres diariamente. Si la juventud y toda la información que tenemos a través de los medios de comunicación o a través de la pornografía apoyan esos comportamientos, es muy complicado poder cambiar y lo estamos viendo. Es bastante difícil. 

¿Crees que hay mucha sobreinformación?

No, ya llega un momento que tristemente nos habituamos y parece que no sorprende. Parece que no sorprende y se ha convertido en algo cotidiano. Tiene que ver con la educación, de qué manera estamos educando a las nuevas generaciones y qué estamos transmitiendo. La manera de educar está fallando porque no tiene otra explicación. No sólo en España, sino en todo el mundo.

Y volviendo a la obra, tratas los temas en clave de humor. ¿Es fácil hablar desde la comedia sin hacer daño? 

Hoy en día, si abres la boca, ya haces daño. Siempre hay alguien que está dañado. Si tú bostezas, ya haces daño. La obra o cualquier cosa no puede ser un panfleto. Tú tienes que recordar que tú te subes a un escenario y tienes que entretener al público. Tienes que saber jugar con la ironía. Yo recuerdo que yo hacía un monólogo hace tiempo, en el que hacía de una modelo que era tonta, que ya había cumplido una edad y ya no la llamaban. Recuerdo que una periodista se levantó y luego me escribió y me dijo que cómo me atrevía a decir lo que decía. Y le dije: Estoy ironizando y riéndome del personaje, de cómo el personaje puede pensar así. En otra ocasión, una pareja se levantó diciendo que por gente como yo estaba todo fatal, porque la lectura que hizo era que yo defendía el patriarcado y el machismo. Y me hizo muchas gracia. El receptor lo interpreta con lo que tiene, con lo que puede y sobre todo con las herramientas que tiene. Y las herramientas que tiene y la lectura que tiene es así de simplona, qué le vamos a hacer.

Al final la cultura tiene la función de entretener, más allá de romper estas barreras. 

Son necesarias las dos cosas. A mí, un espectáculo que está vacío, que es blanco… Un espectáculo blanco, en realidad, es el más tendencioso. Es como si te cargas la filosofía y abrazas el dogma. Eso es lo más tendencioso. Y lo blanco, lo blanco es eso. Cuando dice la gente que quiere cosas blancas, evidentemente el pensamiento libre desaparece para abrazar el dogma. Y cuando se abraza el dogma, es dogma.

Volviendo un poco a la actualidad, hace unos días el CIS publicaba que el 44% de los hombres cree que las políticas de igualdad han ido demasiado lejos. Supongo que al leer esto te echarías las manos a la cabeza.

No, yo no me he llevado las manos a la cabeza por nada. Yo he vivido en mi casa y en mi infancia cuando las mujeres le pedían permiso a los hombres para todo. Y cuando la mujer ha estado siempre sometida o cuando a una mujer le ponían los cuernos al marido y él se los ponía a ella. Ellos hacían lo que les daba la gana y luego llegaban borrachos y les pegaban palizas a las mujeres y a los hijos. El hombre siempre sometió a la mujer y la mujer siempre aguantaba y aguantaba. Ahora la mujer un poquito intenta -y te digo un poquito porque no todas- revolverse y hacer un cambio en sus vidas. Ahora ellos están asustados. No quieren ceder. No digo todos los hombres para no ser categórica. No quieren perder ni un 1%. Quieren depender aunque sea un 1% de su poder y de su mando sobre la mujer.

Ellos están asustados y no quieren ceder"

Antonia San Juan

— Actriz

Con estos datos y algunas políticas que se escuchan, ¿crees que estamos volviendo a retroceder?

Hay cosas que no me atrevo a decirlas. Me las callo. Prefiero callármelas. Te voy a decir solamente sí. Y te puedo decir que hay una ceguera generalizada, donde hay un temor y hay cosas que no se pueden decir. O hay muchos intereses creados, que no se ponen encima de la mesa. Solo nos quejamos, solo leemos la superficie. No negamos lo que en realidad está pasando. Yo quiero una vida tranquila. Solamente reivindico lo que reivindico y de la manera que lo reivindico es encima de un escenario. 

¿Cómo te gustaría que la gente saliese del teatro después de ver la obra? 

Como quieran, que salgan como quieran salir. Yo no impongo nada. Leí una cosa que me hizo gracia. Uno decía que no podía entender cómo hay gente que puede querer más a un perro que a un niño. Pues sí. ¿Por qué no lo puedes entender?. Yo puedo entender todo. Yo afortunadamente entiendo todo. Todo. O casi todo. Menos todo lo que sea un rastro o un atentado. No estoy de acuerdo con una violación, con una pederastia… Todo lo que no haya damnificados, todo lo entiendes.

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