Canalla y cabaretero, ser 'ronlalero'

La compañía Ron Lalá regresa a sus orígenes para, «en una fiesta del humor crítico», actualizar y modernizar cuatro de sus piezas más emblemáticas.

El resultado es 4x4 y se podrá ver este fin de semana en el teatro Principal

Ron Lalá actúa en el teatro Principal

Ron Lalá actúa en el teatro Principal / David Ruiz

Amparo Barbeta

Amparo Barbeta

València

Cualquier tiempo pasado fue mejor. O no. Quizás es cuestión de cómo se afronte y utilice esa experiencia. Ambos tiempos los conjugan Ron Lalá en su espectáculo 4X4. Un híbrido en el que la compañía ronlalera moderniza y reformula -«para no ofender porque cada vez se tiene la piel más fina»-, cuatro de sus obras más populares. «Es una retrospectiva corregida y aumentada con la que hemos vuelto a descubrir nuestro lado más canalla», explica el director de la compañía, Miguel Magdalena. No es, advierte, un autohomenaje o una antología. Es una fiesta del humor «crítico y cítrico».  «Queríamos volver al lenguaje desenfadado y cabaretero creado durante nuestros primeros espectáculos cuando éramos cómicos y no actores; regresar al lenguaje de antes de nuestra incursión en el teatro en verso y las versiones de teatro clásico. En esas piezas está el germen de lo que luego fue la esencia de la compañía, un Ron Lalá canalla, gamberro, fresco, con todos sus elementos reconocibles, música en directo, teatro, ritmo frenético, mucha caña y una especie de lenguaje cabaretero con el que tratar distintos temas; obras donde el humor no tenía límites ni fronteras y podíamos expresar con libertad todo lo que quisiésemos», defiende Magdalena, uno de los fundadores de la compañía madrileña.

Ron Lalá actúa en el teatro Principal de Valencia

Ron Lalá actúa en el teatro Principal de Valencia / David Ruiz

La primera reinterpretación es Mi-misterio del interior (de 2005), una reflexión del ‘yo’ en la sociedad y las presiones económicas del día a día a la hora de pagar el alquiler o afrontar deudas. También explora la idea «del ser humano que se autodestruye» con Mundo y final (2008), donde plantean cómo serían los veinte últimos minutos antes del fin del mundo.

Le sigue Time al tiempo (2011), que explora al tiempo «como gran trilero», una concepción de la que el director está «cada vez más convencido». «Parpadeas y han pasado 20 años» apunta el también actor y fundador de la compañía. «Al final nos martirizan siempre las mismas cosas y damos vueltas siempre sobre lo mismo da igual en el año en el que te encuentres», sostiene. 

Ron Lalá actúa en Valencia con su espectáculo 4X4

Ron Lalá actúa en Valencia con su espectáculo 4X4 / David Ruiz

El espectáculo, que se podrá ver en el teatro Principal viernes, sábado (en ambos casos a las 19 horas) y domingo (18 horas), concluye con uno de sus shows más conocidos, Siglo de oro o siglo de ahora (2012) donde los integrantes de Ron Lalá comparan las crisis del siglo XVII español con el mundo contemporáneo. Con esta elección, explica Magdalena, quieren mostrar la evolución de la compañía y su forma de entender la escena con la mezcla humor, música en directo y palabra como seña de identidad.

Autocrítica generacional

Hilvanar cuatro espectáculos tan diferentes «no ha sido sencillo» pero Juan Cañas, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher, Yayo Cáceres, Diego Morales, Tatiana de Sarabia y Álvaro Tato proponen el recorrido con un hilo conductor: el personaje del novato, interpretado por Luis Retana, el ronlalero más joven de todos. Él es quién, con 25 años los mismos que tiene la compañía, acompaña la dramaturgia para realizar una «autocrítica generacional» y coser con humor estas cuatro emblemáticas obras en las que se recuerda que, éste, es un «buen momento para ser canalla». «No se trataba de unir piezas sino de, juntas, darles un sentido y con ellas, volver a hacer preguntas pertinentes y plantear temas necesarios y complicados siempre riéndonos de nosotros primero para hacer un humor serio, subir la temperatura y que el espectáculo sea redondo», defiende. 

Ron Lalá actúa en València

Ron Lalá actúa en València / David Ruiz

La puesta en escena, defiende Magdalena, es «sencilla, esencial y directa» porque para llegar al público no hace falta mucho más. El actor reconoce que ha sido «muy peculiar» volver a hacer números «y tocar temas de hace 20 años» pero que, sobre todo, lo más gratificante es ver cómo el público se entrega y se lo pasa «pipa». 

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