Carles Sans: "Se puede hacer broma de todo"

Durante décadas Tricicle ha sido el referente del teatro gestual español. Carles Sans, uno de su tres componentes, ha incorporado la palabra al mimo y el resultado es «Por fin solo», el espectáculo que del 19 al 23 de febrero se podrá ver en el teatro Olympia.

Carles Sans actúa en el Teatro Olympia con su espectáculo "Por fin solo"

Carles Sans actúa en el Teatro Olympia con su espectáculo "Por fin solo" / Urban

Amparo Barbeta

Amparo Barbeta

València

Comparte Carles Sans en su espectáculo «Por fin solo» anécdotas «reales» que parecen todo menos hechos verosímiles Pero, a diferencia de otros monologuistas, lo hace desde el humor y la gestualidad que convirtió a Tricicle en todo un referente. Confesiones tan sorprendentes como que antes de convencer a sus socios de formar una compañía se interesó primero en sus novias, o como consiguió superar su última colonoscopia mientras la doctora le hablaba de Tricicle. Carles Sans actuará en el Teatro Olympia del 19 al 23 de febrero.  

¿Sólo disfruta más o menos que antes?

Depende desde qué punto de vista lo mires. Cuando interpretas una función que funciona muy bien y el público ríe, te lo pasas bien. En el caso de Tricicle, nos lo pasábamos bien colectivamente y, ahora, lo disfruto en solitario. El nivel de disfrute es muy parecido.

«Por fin solo» denota una liberación máxima. ¿Tantas ganas tenía de independizarse?

Es un título como se me ocurrieron cien. ¿Sabes? es como un padre que quiere mucho a sus hijos y a su familia pero cuando se queda solo en casa, piensa, ¡por fin solo!. Con Tricicle ha sido un viaje precioso e inolvidable, pero después de tantísimos años, de repente siento como que ahora vuelo. No es una exclamación de liberación, sino algo cariñoso..

Pues a mi me remite a una frase hecha. Mejor solo que mal acompañado...

Alguna vez alguien me ha dicho que vaya título pero yo me dedico al humor y la ironía forma parte del humor. Ese título lo que conlleva es ironía. Y nada más.

¿Es difícil poner voz donde antes solo había gestos?

Yo diría que al contrario. Poner voz donde hay gestos no es tan difícil, la verdad. La palabra es la madre de todas las batallas en el mundo del teatro, es la herramienta por excelencia. El más difícil todavía es lo que hacíamos con Tricicle, que era contar historias de una hora y media sin articular palabra y que el público lo entendiera y disfrutara. Ahora utilizo la palabra y la uso como más me conviene. La ventaja que tiene este ‘Por fin solo’ es que le añado la gestualidad tan característica del Tricicle y esa combinación crea un espectáculo muy divertido en el que el público no para de reírse. 

En su espectáculo, Carles Sans invita a la desconexión

En su espectáculo, Carles Sans invita a la desconexión / Levante-EMV

Ahora, tal como están las cosas, lo fácil es no decir ni mú.

La verdad es que sí. Lo que me gusta es ver cómo, durante una hora y media, el público se evade y se olvida de todo. Eso gratifica muchísimo.

¿Tenemos la piel muy fina?

Nos la van afinando. Poco a poco nos van diciendo lo que está bien, lo que está mal, lo que debes pensar, lo que no debes pensar, cómo debes decir algo o cómo tienes que mirar. Nos van, poco a poco, encarrilando dentro de unas líneas de las que, si te sales, corres peligro.

¿Se autocensura mucho?

Yo no, la verdad, porque mi humor, digamos, no es corrosivo. Sí que es verdad que hay algunas expresiones, que a veces me las pienso para que ningún colectivo se sienta ultrajado, pero nada más.

¿Dónde se pone el límite?

Yo hago el humor que a mí me haría reír si fuera espectador. Soy partidario de que se puede hacer broma de cualquier cosa y por eso existe el humor negro, el humor amarillo, el humor verde y no sé cuántos colores más porque hay que poder bromear. Luego, cada uno se pone sus límites. ¿Se puede bromear de la muerte? Pues claro. ¿Se puede bromear de un cáncer? Sí. ¿Me apetece a mí? No, pero a lo mejor hay alguien que lo hace de forma ingeniosa y divertida. A veces todo depende también de quién y cómo lo cuenta.

"Soy partidario de que cuanto menos sepa el espectador del actor, mejor"

Carles Sans

— Actor

¿A los actores se les valora por sus interpretaciones o por la persona que es y por cómo se expresa?

Ya sé por donde vas. Soy partidario de que cuanto menos sepa el espectador del actor, mejor. Creo que el espectador debe conocer cómo trabaja y lo bien o mal que lo hace. Pero ir más allá, sinceramente, no lo veo adecuado. Ahí surge el debate sobre si hay que ser admirador del artista o de la persona que hay detrás. Creo que si esa persona tiene una ideología que a ti no te gusta, difícilmente compartirás su trabajo porque no te caerá bien. Aquí hay una parte de culpabilidad de los medios porque se nos pregunta qué pensamos de cosas que no tienen nada que ver con nuestro trabajo y parece que siempre debemos pronunciarnos. He oído actores que han dicho barbaridades y otros que han dicho cosas estupendas, pero... Prefiero eludir ese tipo de preguntas como ya hacíamos con Tricicle. Nosotros nunca hablábamos de política, por ejemplo.

"Hace gracia lo escatológico"

¿Qué no le hace a Carles Sans ni pizca de gracia? ¿O, si prefiere, qué le hace gracia?

Me da risa las cosas básicas como una caída inesperada o un resbalón. Me hace reír el humor de toda la vida. Me gusta el humor que se basa en la sorpresa y, cuanto más sorprendas al espectador, mejor se da la respuesta y más se va a reír. Hoy es muy difícil sorprender.  

¿Está cambiando mucho el gusto del público?

Sigue haciendo gracia lo escatológico y las caídas. En este sentido no hemos cambiado nada.

¿Cómo responde el público valenciano?

Es de los públicos más calurosos, festeros y cariñosos que conozco; vamos, que estoy enamorado de él. Es un público con muchas ganas de reír.

Carles Sans actúa en el Teatro Olympia

Carles Sans actúa en el Teatro Olympia / Elena Allende

¿Qué siente, tantos años y espectáculos después, cuando percibe la felicidad que genera sobre el publico?

Sensaciones distintas. Mientras interpreto, a pesar de la tensión, disfruto con una mezcla de preocupación por hacerlo bien y obtener la risa que espero se produzca. Durante, digamos que disfruto entre comillas. Lo mejor llega cuando recibo los aplausos y veo las caras del público. En mi espectáculo la gente se ríe entre cuatro y cinco veces por minuto y eso es una satisfacción a posterior maravillosa.

Perdóneme, no le he preguntado qué es «Por fin solo».

Es una recopilación de anécdotas vividas a lo largo de 43 años de oficio. Son anécdotas profesionales y personales muy locas, divertidas y, lo que es más importante, todas reales. Por muy inverosímiles que parezcan al oírlas, todo lo que cuento es real y por eso quizás al público todavía le hace más gracia. El escritor Joseph Pla decía que de la historia lo que más le divertía eran las anécdotas. Además, no es solo contar la anécdota, sino cómo la cuentas.

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