Gastronomía
Flor de tapa, menos es más
Javier Checa ofrece una cocina de mercado muy gustosa a un precio imbatible

Javier Checa está al frente de Flor de Tapa. / Daniel Tortajada

Javier Checa quería ser policía. Pasó parte de su juventud estudiando unas oposiciones que no terminaban de salir hasta que finalmente decidió cambiar de rumbo. Su padre era proveedor de hostelería y le dijo «Papá búscame algo y méteme en un bar». Su primer trabajo fue la cafetería de la escuela de idiomas de Quart de Poblet, luego en el Titos del mercado de Abastos. Cuatro años en total que le bastaron para sentirse capaz de montar el primer Flor de Tapa. Aquel primer bar no estaba en esta ubicación ni ofrecía tampoco la misma propuesta que ahora. Se encontraba en la calle de al lado y era más un bar de almuerzos y tapas. Al principio él estaba en sala, pero los problemas con el personal le hicieron decidirse a asumir las riendas de la cocina. Con el restaurante ya en esta ubicación funcionando a todo trapo decidió enriquecer su experiencia, para ello dejo el local en manos de sus empleados y se fue a trabajar cuatro meses a Fismuler. «Como tenía la espina de no haber estudiado cocina quise ver otras cosas» confiesa con humildad. Para él esa estancia fue un punto de inflexión. Volvió y cambió la carta de arriba abajo. Eliminó las tapas clásicas y se decidió a hacer una carta donde hubiera una cocina más ambiciosa.

Alcachofa confitada con huevo a baja temperatura y panceta / Urban
Puede ser que Javier tuviera complejo de impostor por no haber estudiado cocina, lo cierto es que yo he comido en Flor de Tapa mucho mejor que en restaurantes de cocineros que han invertido décadas completando una extensa formación académica con estancias en restaurantes estrellados. Me impresionó el buen gusto que exhibe este cocinero autodidacta. El buen gusto, la habilidad para hacer platos sabrosos, no se aprenda en los libros ni en las cocinas del éxito.
Flor de Tapa ofrece una cocina de mercado muy gustosa a un precio imbatible. El menú del mediodía (primero, segundo, postre, sin pan ni bebida) cuesta 25 euros y está compuesto por los mismos platos de la carta. Cuando vi los precios y el nombre de los platos pensé que era imposible que estuvieran buenos. Pero vaya si lo estaban. La primera sorpresa fue una tosta de gamba roja y mantequilla ahumada que costaba 5,5€. Obviamente no era una gamba roja de Denia, pero sí un gamba alistada que daba muy bien el tipo y me regaló un bocado sabroso (innecesaria esa mentira piadosa respecto al tipo de gamba en la carta). Mejores aún son sus alcachofas con huevo a baja temperatura. Javi confita primero las alcahofas y luego les da un punto de brasa en el kamado. Por ese horno de brasas pasan, de una manera u otra, casi todos los ingredientes. Casi siempre para bien. Por ejemplo, la col china que acompaña a una corvina asada (también al kamado). Al final del servicio Javier pone la col en el kamado para que se cuezan lentamente con los rescoldos dejando la verdura tierna y jugosa. Al pase del día siguiente le dará un toque de fuego potente justo antes de emplatar. Sin embargo, la berenjena, que viene acompañada de una buena holandesa queda demasiado ahumada para resultar elegante.

Covina con col china y salsa kimchi / Urban
En ese menú, como en la carta, las raciones son muy generosas. Si pides rodaballo te llegará una buena pieza de 200 gramos, y una porción similar vendrá si pides solomillo, carrillera o lubina. Miro los tamaños, los precios y las calidades y tengo la sensación de que aquí cocinan sin mirar el escandallo.
Justo al lado de Flor de Tapa, Javier y su familia regentan La Maja, un cóctel bar que abre a las 9:00 y cierra a la 1 de la mañana. Un espacio acogedor que por el día sirve para tomar un café, una cerveza o un aperitivo y alguna tapa. Por la tarde se convierte en centro de reunión de los vecinos del barrio y por la noche sirve cocteles, cerveza y algo de vino.
Los vecinos de la zona me cuentan que Flor de Tapa preparaba hasta no hace mucho unos arroces fantásticos. «Ya no los hacemos porque ahora tenemos servicios de 60 y 80 personas y, con las instalaciones que tenemos, no podemos hacer arroz», se justifica Javier. Yo sueño con un nuevo restaurante, más grande y ambicioso, donde Javier proponga esta cocina tan sabrosa contando con un mejor producto y donde quepan, también, los arroces. Creo que no soy el único.

Berenjena con salsa holandesa / Urban
Ficha
¿Dónde? Guàrdia Civil, 20, Valencia
Teléfono: 610 77 51 38
Lo mejor. El buen gusto del cocinero
Lo mejorable. El producto es bueno, pero no excelente. Imposible pedir más por ese precio.
Lo imprescindible. Considerar el tamaño de las raciones para que la comanda no resulte excesiva
Precio medio: 35 euros.
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