El vino valenciano se une a la moda del sin alcohol

El consumo de bebidas sin alcohol, sobre todo cervezas y destilados, gana terreno y el vino no es ajeno a ello.

Tras casi dos décadas de ensayos, las técnicas de extracción se han optimizado y cada vez hay más ejemplos de vinos sin alcohol que no lo parecen.

El vino sin alcohol, o con baja graduación, gana mercado

El vino sin alcohol, o con baja graduación, gana mercado / Levante-EMV

Vicente Morcillo

Vicente Morcillo

València

Las nuevas medidas adoptadas por la Unión Europea hace apenas unas semanas para apoyar el sector vinícola siguen incidiendo en la necesidad de abrir nuevos nichos de consumo para evitar excedentes de vino que hagan fluctuar el mercado. En este sentido, la apuesta por los vinos de baja graduación y los vinos sin alcohol es vital, sobre todo para grandes productores con presencia en mercados internacionales.

Está de  moda el vino sin alcohol

Está de moda el vino sin alcohol / Urban

La normativa que regula la elaboración de vinos en Europa era algo confusa hasta que en 2022 la PAC modificó partes del reglamento para permitir denominar ‘vino’ a aquellos caldos que tras tratamientos específicos se embotellasen con graduaciones alcohólicas por debajo de los nueve gramos por litro. Desde entonces, todos los vinos, vinos espumosos y vinos de aguja gasificados pueden incorporar el término «bajo o ligero en alcohol» para elaboraciones entre 0,05 hasta 9 gramos de alcohol y «sin alcohol» para los que contengan 0,05 gramos o menos de alcohol por litro. Así, y al contrario de lo que afirman muchos, ya es posible denominar oficialmente ‘vino’ a aquellas elaboraciones sometidas a tratamientos para eliminar parte o la totalidad del alcohol procedente de la fermentación, si bien, la denominación ‘sin alcohol’ queda excluida de los vinos amparados por denominaciones de origen y otras figuras de calidad, que sí pueden certificar vinos de baja graduación.

Aunque se puede afirmar que todavía no ha alcanzado su madurez, la industria de la desalcoholización en el mundo del vino sigue avanzando hacia la perfección. En poco más de una década los sistemas se han optimizado y hoy en día existen hasta tres formas de eliminar el alcohol del vino sin incidir (o haciéndolo mínimamente) en sus cualidades organolépticas: la evaporación parcial al vacío, las técnicas de membrana y la destilación. 

Ensayos

Aunque los primeros ensayos de este tipo de vinos en España estaban más dirigidos a países donde se limita el consumo de alcohol por motivos culturales, en los últimos años estas tecnologías se han ido perfeccionando a medida que las tendencias de nuevos consumidores (entre 18 a 24 años) apuntaban en esta dirección. Según varios estudios casi la mitad de consumidores de esa horquilla se decantan por bebidas de baja graduación, e incluso 2 de cada 5 confiesan no consumir bebidas alcohólicas. Ante este panorama, firmas como Familia Torres o Matarromera han invertido grandes sumas para desarrollar técnicas que penalicen lo mínimo posible los aromas y sabores propios del vino.

Hace ya quince años en la Comunitat Valenciana se desarrollaron propuestas aisladas como la de los enólogos Dani Expósito y Mapi Domingo, que lanzaron ‘Sin Pecado’ un vino blanco de Macabeo desalcoholizado con la técnica de centrifugación al vacío. Lanzaron 6.000 botellas, pero el proyecto se desvaneció poco después. Fue la punta de lanza de un movimiento que actualmente ha llevado a muchas grandes firmas a incorporar en su porfolio vinos sin alcohol que en algunos casos (como la gama ‘Win’ de Bodegas Matarromera) pueden encontrarse en restaurantes valencianos de prestigio como El Porteño, Soqueta, Alquería del Pou, Pepe Cotaina, Amadeus, Mel de Romer, Lar Galego, Only You, Habitual de Ricard Camarena, Ca Consuelo o Granja Santa Creu.

Actualidad

La actualidad del vino desalcoholizado en la Comunitat Valenciana pasa por Cavas Marevia, que desde 2021 tiene los derechos de explotación de Desalco, empresa especializada en la desalcoholización del vino. Aunque el proceso todavía tiene unos costes algo elevados, en la empresa este nuevo proyecto se ve como «una oportunidad de negocio» tanto en los vinos sin alcohol como en los de baja graduación. Las previsiones que maneja la compañía de Requena son ambiciosas, con una producción estimada este año de dos millones de litros, si bien trabajan actualmente para otras bodegas y todavía no incorporan en su porfolio productos bajos en alcohol.

No obstante, si existen interesantes propuestas valencianas para adentrarse en el mundo de los vinos con menor contenido alcohólico. Bodegas Vicente Gandía hace años que incluye entre sus marcas la línea ‘Cero Coma’, un sello con el que comercializan tres referencias distintas (blanco, tinto roble y espumoso) etiquetadas como ‘vino sin alcohol’ que actualmente se destinan a la exportación, aunque cada año ganan más presencia en el mercado nacional.

Otra de las firmas valencianas que crece en este segmento es Murviedro, que cuenta con una colección de espumosos 0’0%. La compañía está invirtiendo en esta gama patrocinando actividades deportivas como la Volta Ciclista a la Comunitat Valenciana o diversos torneos de golf. El año pasado comercializaron medio millón de botellas (principalmente en países bálticos, Suiza, Benelux y países nórdicos) y las previsiones que manejan este año apuntan a duplicar la cifra.

En ambos casos los resultados son cada vez más parecidos a los vinos convencionales gracias a los avances tecnológicos, pero también a la pericia de los enólogos, que suplen los matices que ofrece el alcohol (que aporta cuerpo y dulzor) con un ligero aumento del azúcar residual del vino y, en muchos casos, con el carbónico, que aumenta la sensación de volumen y untuosidad en boca.

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