Del Macabeo al Albariño: la diversidad de 'El Renegado' a través de seis blancos sorprendentes

Adolfo de las Heras llevaba meses insistiendo para que probase un blanco de Macabeo que, según afirmaba, estaba muy por encima de la media. A Adolfo, propietario de Bodegas Nodus, lo conozco desde hace años y, sabiendo de su sentido del humor, di por sentado que me estaba ‘vacilando’. Tal fue su insistencia que al final le propuse que nos sentásemos una mañana tranquilamente para catar no sólo ese vino de Macabeo, sino toda la línea de blancos que elabora en la Finca El Renegado, un paraíso para el viñedo al abrigo del parque natural de Las Hoces del Cabriel, entre los términos de Venta del Moro y Caudete de las Fuentes. La bodega acaba de presentar además su primer blanco Albariño, por lo que la cita se revelaba como un interesante recorrido por la finca.

Adolfo me esperaba junto a su enólogo, el joven camporruteño Toni Pérez; y el bodeguero Gregorio Murcia, hombre que conoce palmo a palmo cada rincón de las más de 200 hectáreas de viñedo que cultivan. En la mesa del restaurante Ocho Encinas (integrado en la propuesta enoturística de Bodegas Nodus y abierto todos los días de la semana) seis vinos que aguardaban a que intercambiáramos impresiones sobre ellos. El primero en entrar en escena fue ese blanco de Macabeo del que tanto me había hablado Adolfo. Se embotella con el sello Capellana y se elabora con uvas de una parcela de doce hectáreas ubicada al este de la finca, con una altitud de más de 800 metros sobre el nivel del mar. Se vendimia relativamente tarde, aunque los racimos no llegan a sobremadurar, y esa es, posiblemente, la clave para revelarse como un vino de una intensidad aromática alta, con aromas nítidos de fruta blanca fresca (manzana verde), notas tropicales (piña y plátano) y recuerdos de hierba fresca. Un blanco que sorprende en nariz y que cautiva en boca, mostrándose fresco, con una acidez bien equilibrada, buen volumen y tacto sedoso. Un vino, este Capellana Macabeo, muy por encima de muchos de los blancos de Macabeo que encontramos en el mercado y perfecto para disfrutar en una terraza ahora que llega el buen tiempo.

Entre comentarios de Toni y Gregorio sobre las particularidades de las decenas de parcelas de la finca llegó el momento de descorchar el segundo de la terna, el Nodus Sauvignon Blanc, un vino del que se producen apenas 15.000 botellas y que destaca por sus sutiles aromas de fruta de hueso (albaricoque), su buena estructura y su fondo amargoso, que le aporta una agradable sensación en boca y un final seco. Se elabora a partir de una parcela contigua a la de Macabeo con cepas de una media de veinte años de edad.

El tercero de la mañana fue el recién nacido Nodus Albariño. Conviene recordar que esta variedad, típica de tierras gallegas, es la única protegida con una normativa propia que prohíbe comercializar monovarietales fuera del abrigo de las denominaciones de origen, por lo que el Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena ha tenido que ampliar su listado de variedades admitidas para darle cabida a esta noble uva de perfil atlántico que en tierras valencianas está mostrando un peculiar perfil menos salino pero más diverso en aromas. De esta primera añada se han elaborado 6.000 botellas que están ya casi agotadas. Es un muy buen ejemplo de lo bien que se está adaptando la Albariño a esta zona de interior, donde la altitud y la influencia del Mediterráneo le confieren elegantes matices. En nariz marca notas reconocibles del varietal, aunque no aparece ese perfil mineral propio de los vinos elaborados en Rías Baixas, quedando en primer plano una sensación densa y golosa en boca.

Los siguientes blancos abrían el capítulo de vinos más gastronómicos. SB es una excelente propuesta para vestir la mesa. El de la añada de 2023, elaborado con Sauvignon Blanc, tiene una breve crianza en barrica de roble, aunque no tiene ni rastro de madera en nariz. Si ofrece especias dulces (vainilla y canela) y matices de fruta tropical madura. Con una producción de 5.000 botellas, es un vino perfecto para acompañar guisos marineros.

La Chardonnay cobró protagonismo con los dos últimos vinos. Nodus Chardonnay 2023 es uno de los grandes clásicos de la familia y se elabora desde antes incluso que la compañía adquiriese su denominación actual de Bodegas Nodus. Se hace a partir de los viñedos más viejos de la finca y fermenta en barrica de roble, donde pasa tres meses para adquirir complejidad y estructura. Es un vino que vengo siguiendo desde hace ya bastantes añadas y tiene la virtud de mantener año tras año una personalidad propia, con carácter pero sin perder un ápice de frescura.

Cerramos la cata con el Ocho Encinas blanco, quizá el más intenso, fino y complejo de los seis catados. Nace de una pequeña parcela cultivada junto a una de las encinas centenarias que abrigan la finca y tiene una crianza en barrica de nueve meses. De nariz profunda y especiada, tiene notas de frutas tropicales muy maduras (plátano y mango), sutiles recuerdos de coco y vainilla y un retrogusto balsámico y algo tostado. De tacto sedoso en boca, tiene un paso cremoso, con acidez bien marcada pese a ser de la añada de 2021.

Desde que el padre de Adolfo adquiriese El Renegado hace cuarenta años, el objetivo ha sido siempre trabajar para escuchar y entender la viña y extraer de ella la personalidad de un paraje idílico. Mi amigo parece que lo ha conseguido, al menos catando sus excelentes blancos, que dibujan en cada copa la belleza del paisaje y condensan la esencia de un terroir único. ¡Ah!, y todos estos vinos cuentan con el sello oficial de cultivo ecológico, porque la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente también es un pilar fundamental en este proyecto vitivinícola.