Del género epistolar a la videoconferencia

El teatro Rialto acoge el estreno absoluto de una versión escénica de Las amistades peligrosas. La formación valenciana alarcón&cornelles presenta la transformación de esta novela epistolar del siglo XVIII, que salta al escenario con una mirada del siglo XXI, demostrando que algunas cosas siguen tan vigentes entonces como ahora. Ambientada en una esfera social muy acomodada y ociosa, la obra narra las tretas para engañar, manipular y divertirse a costa de otras personas de dos amigos a los que une un vínculo muy especial. Un hombre y una mujer que fueron amantes en su día y que comparten la pasión por los asuntos de alcoba. Pero se encuentran en diferente posición a la hora de poder alardear de sus conquistas, puesto que la viuda Marquesa de Merteuil ha de mantener las apariencias, mientras que el Vizconde de Valmont gana en atractivo social cuanto más atrevido se muestra. Una brecha de género que sigue sin estar resuelta, tres siglos después.

El espectáculo juega con la fascinación por los malvados, algo que parece ser cíclico, justo cuando la sociedad actual asiste al triunfo electoral y social de quienes exhiben tener menos escrúpulos. Un juego de seducción y repulsión en el que público se cuestiona sus propios valores.  

Transformar la correspondencia en escenas

Trabajando sobre el material literario que generó Pierre Choderlos en su novela epistolar, publicada en Francia en 1782, Jerónimo Cornelles y Maribel Bayona han creado un drama salpicado de licencias escénicas y paralelismos con la sociedad contemporánea.

La trama deja de narrarse exclusivamente a través de cartas para dar lugar escenas donde la tensión sexual, la profundidad psicológica de los personajes o el análisis de las relaciones entre géneros aportan segundas lecturas a esta historia, que ha sido llevada a la gran pantalla en diversas ocasiones, de la mano de destacados cineastas como Milos Forman o Stephen Frears. Y a cuyos personajes han encarnado intérpretes como Glen Close, John Malkovich, Jeane Moreau o Colin Firth, entre otros. Una trama que ha subido a los escenarios incluso en forma de musical y de ópera.

En esta ocasión son Rebeca Valls y Rafa Alarcón quienes lideran un elenco que completan la propia Bayona junto a Cristina Esteve. La puesta en escena minimalista y contemporánea contrasta con el vestuario de época y los guiños a la tecnología, que se deslizan como las mentiras en el discurso de los protagonistas de esta historia, seduciendo y traicionando la confianza a partes iguales, deslumbrando por su astucia e invitando al público a preguntarse si cualquier persona, potencialmente, es susceptible de ser tan buena como mala.

El proceso creativo de este espectáculo ha contado con la mirada externa del prestigioso dramaturgo y director de escena Andrés Lima. Además, el montaje cuenta con la colaboración del Festival de Teatro Clásico Castillo de Peñíscola y de L’Auditori de Torrent, donde se celebrará un preestreno el 17 de mayo.

Séptimo espectáculo

Así echa a andar el séptimo espectáculo de alarcón&cornelles, una pieza que afianza la trayectoria de la compañía tras el estreno en 2023 de 5 Minutos, candidata a los Premios Max de este año en la categoría de Mejor Autoría para Jerónimo Cornelles. Y después de la valiente Arcángeles (2024), que recorre la represión que históricamente ha sufrido la homosexualidad.

Esta formación nació de la amistad entre Rafa Alarcón y Jerónimo Cornelles. La crearon con el propósito de ser la herramienta para poner en pie proyectos donde pudieran trabajar juntos y con otros profesionales de la escena que admiran, como son el elenco y equipo artístico de su espectáculo, donde se integran el diseñador de iluminación Pablo Fernández, el escenógrafo Luís Crespo, el vestuarista Pascual Alapont o la compositora Marina Delicado, entre otros. Creadores capaces de caminar sobre el filo que separa la ambientación de época y la contemporánea, con la habilidad necesaria para naturalizar las licencias en el vestuario, la música o la escenografía que acercan al espectador actual a esta historia que lo mismo podría pasar entre palacetes franceses del siglo XVIII que en cualquier resort de lujo.