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Entrevista | Antonio Poyatos

"Nos faltaron un par de partidos para ganar la Liga"

Fue una de las sorpresas positivas del Valencia de los 90. Centrocampista duro, llegado del Logroñés, cumplió de sobra en el Valencia. Fue un gran rematador de cabeza y formó una gran sociedad con Mazinho.

"Nos faltaron un par de partidos para ganar la Liga"

Usted llegó en 1994, la temporada de Parreira... ¿Le llamó Paco Roig para firmarle?

Yo ya estaba firmado estando Guus Hiddink, en la temporada anterior. Mi llegada se produjo después del Mundial, con Parreira y muchos jugadores nuevos. No me llamó directamente Roig, pero me dijeron que era para entrar en un proyecto para ganar títulos.

Del Logroñés, que entonces parecía una cantera más del Valencia...

Sí, ese año llegamos Romero, Salenko y yo. Había muy buenas relaciones entre los dos clubes. Los tres veníamos de hacer una gran temporada y con mucha ilusión.

¿Qué supuso para usted un salto tan grande?

Tuve la sensación de que era un cambio muy importante en mi trayectoria. De estar luchando por la permanencia en el Logroñés, a estar en un equipo que tenía que conseguir títulos. Recuerdo sobre todo el día de la presentación, que el campo estaba totalmente lleno, que incluso se quedó gente fuera del campo. Luego supe que era una afición magnífica.

¿Le pareció muy exigente?

Sí, es una afición exigente, pero muy fiel a su equipo. Sólo tengo palabras de agradecimiento, la gente me trató con mucho cariño. Me sentí muy querido en Valencia.

¿Viene usted por Valencia, aunque sea de vez en cuando?

He ido alguna que otra vez. Las peñas me dieron el trofeo de jugador Leyenda no hace mucho. La última vez que estuve en Mestalla fue cuando presentaron el nuevo estadio. Me invitaron a la presentación y a un partido.

¿Se consideraba un futbolista duro?

No creo que fuera excesivamente duro, pero si que entraba duro a la pelota. Era un jugador muy cabezón (se ríe).

Fue uno de los mejores cabeceadores del Valencia en muchos años...

Bueno, yo de cabeza siempre fuí bien. Y eso que jugaba de mediocentro. Fíjate, nos jugamos la Liga en el Vicente Calderón y marqué el 2-3 de cabeza. Fue una lástima que al final quedáramos subcampeones con el gran Luis Aragonés.

¿Qué les faltó para ganar aquella Liga al Atlético de Madrid?

A pesar del tiempo que ha pasado, me queda la sensación de que nos faltó un par de partidos más para ganarla. Nos veíamos el mejor equipo de la Liga. Lo demostrábamos cada domingo.

¿Cómo recuerda el famoso «están acojonados» de Luis Aragonés dirigido al Atlético?

Eso fue justo antes de aquel partido en el Calderón. Gil dijo que para su equipo no le valía ningún jugador del Valencia. A Luis le sentó mal, pero se lo tomó con su guasa habitual y se lo devolvió multiplicado por dos. «Lo que les pasa es que están acojonados», dijo.

¿Le dejó mucha huella Aragonés?

Yo se lo comento a la gente que me pregunta: los que hemos coincidido con Luis Aragonés nos sentimos afortunados. Como entrenador era muy bueno, pero aparte tenía una personalidad increíble, iba de frente al futbolista, le mirabas a los ojos para bien y para mal. En el Valencia, incluso los que no jugaban iban con él a muerte. Él estaba convencido de que podíamos ganar la Liga. No paraba de recordarnos que teníamos el mejor equipo.

¿Cómo vivió aquel idilio entre el técnico y Romario?

En la segunda temporada de Luis, mi tercera en el Valencia, vino Romario. Intentamos que fuese un compañero más, pero quizá fue él quien no se integró en el grupo. Iba a su bola, pero es verdad que te resolvía partidos.

¿Como calificaría a aquel equipo del subcampeonato?

Competitivo, pero también con calidad. Mijatovic era un plus, era un futbolista buenísimo, hizo un t temporadón impresionante. Te desatascataba los partidos.

¿A qué se dedica Poyatos?

Estuve un largo tiempo en el Jerez, de director deportivo. Ahora tengo un pequeño complejo de pistas de pádel al descubierto. No me quejo.

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