Un gol en el último suspiro de Busquets acabó derrumbando a un Valencia valiente y digno, que tuteó al Barcelona sin ser inferior en ningún aspecto, ni en ganas ni en calidad. Los de Nuno no suman por segunda semana seguida pese a sus buenas prestaciones, esta vez tras un partido inmenso, muy abierto, jugado en ambas áreas, pero cruel de nuevo en el añadido con los blanquinegros.

Nunca defrauda un Valencia-Barça, ayer con ese recobrado color nocturno y lluvioso de precedentes épicos. Como era de esperar, la pelota fue para los visitantes, pero la mayor sensación de peligro era de los locales, poco finos a balón parado, pero muy concentrados y muy juntos, y rápidos para armar el ataque con la reencontrada sociedad entre Parejo y André Gomes. De una chispa, una amarilla a un Mathieu marcado de cerca por Mestalla, se inició el partido que más le convenía al Valencia, que con tres atacantes „Rodrigo, Negredo y Feghouli„ buscaba aprovechar los espacios que los azulgranas dejaban por la vocación atacante de sus laterales. En el minuto 10 Rodrigo recortó desde la izquierda y disparó seco. Bravo, que no suele ser de los que bloca, despejó la pelota sin que nadie llegase al rechace. Negredo, de espaldas y tocando de primeras, era inabordable.

En el 13, el Barcelona hizo lo que no acostumbra, perdonar. Neymar regaló un gol casi hecho a Luis Suárez con una dejada de espaldas. El uruguayo chutó fuerte, para asegurar, y se encontró con la primera parada milagrosa de Alves. El partido era afilado, para listos. Se vio cuando Neymar exageró una caída en el área cuando Otamendi tocó la pelota. El central argentino, ayer canchero y cacique, le reprochó la acción y magnificó el levísimo cabezazo con el que respondió el brasileño. Una acción subterránea con amago de tangana que aumentan la presión ambiental de Mestalla, mientras las dos defensas se llenaban de tarjetas y Messi no comparecía. También era un encuentro para André, un jugador de grandes citas (el Atlético puede dar cuenta), cómodo de vuelta a los tres cuartos. El luso dejó dos recortes que casi preceden a un gol. En el 34 buscó una rosca que olió el poste. En el 45 recogió el pase de Rodrigo, tumbó a Bravo y sin ángulo buscó el gol, en vez de mandarla a Negredo al otro palo.

En la reanudación el Valencia continuaba teniendo más presencia en ataque, aunque el Barça contaría con la segunda gran oportunidad de Luis Suárez, tras una dubitativa salida de Alves. El Valencia reaccionó de inmediato, con un zarpazo de Rodrigo que sacó bajo palos Piqué. Con los minutos el Barça avanzó yardas, renovado con la entrada de Rakitic por Mathieu. El error del línier impidió adelantarse al cuadro catalán, con un gol mal anulado a Luis Suárez, en posición correcta. El partido ya circulaba libremente en las dos áreas y Feghouli, completamente solo, no aprovechaba al siguiente minuto un pase de Negredo. Tiró al muñeco. Nuno introdujo a De Paul y Bravo, después de un resbalón de Mascherano, rechazó un chut de Negredo, antes de ser suplido por Alcácer. El Valencia ya veía el empate como un sabroso botín hasta que Busquets refrescó el trauma de M?Bia.