Va camino de ser un ritual. Da igual el rival, la hora a la que se celebre el partido o las condiciones meteorológicas, la afición del Valencia CF no tiene excusas y se cita en Mestalla con más de dos horas de antelación. En la jornada de ayer, al margen del encuentro, tenían motivos para dar una vuelta por el estadio. «¿Ha visto el murciélago?», le pregunta un amigo a otro tras encontrarse enfrente de la puerta «0», «sí, sí, la verdad es que el campo está muy guapo ahora», le dijo. Eran dos anónimos, pero responden al sentir general que tienen cuando van al estadio, que presentó un cambio de cara total el día en que Peter Lim regresó a Valencia, unas horas de que oficialmente se haga la transacción de la mayoría accionarial del cuadro blanquinegro en favor de Meriton.

Bajo los cánticos de «Salvo quédate, Salvo quédate», el actual presidente del Valencia CF llegó a Mestalla. Fue el más madrugador de la zona noble en llegar y, a diferencia de la anterior ocasión, no se presentó en el coliseo valencianista junto al futuro dueño del club. Lim llegó una hora después „unos minutos antes lo hizo Lay Hoon, junto a otros representantes de Meriton y que han sido propuestos para el futuro Consejo de Administración„ y prefirió no entrar por la puerta principal. Decenas de aficionados esperaban su presencia en la puerta «0», pero no fue el único que cambió los hábitos. El FC Barcelona, por motivos de seguridad y para evitar que se repitieran sucesos como el vivido ante el Atlético de Madrid, cuando se lanzaron decenas de botes al autocar del conjunto rojiblanco, se optó porque entraran por una puerta situada en la zona sur del estadio.

Extrañó a los aficionados ver que primero llegaba al estadio el autobús blanquinegro, momento que aprovecharon para cantar el repertorio de canciones de los partidos, e inmortalizar el momento con teléfonos móviles. Si en la taquilla quedaban pocas entradas, de ahí las colas que se formaron antes de que abrieran (ayer sólo quedaban 500 correspondientes a asientos de tribuna por vender), en los balcones de las casas casi se cuelga también el «no hay billetes». Nadie se quería perder la llegada de los equipos, aunque finalmente sólo pudieron ver al equipo de Nuno. Para el técnico, ver el gran número de aficionados que se congregan antes de los partidos es un elemento más de motivación. Desde dentro del autobús los jugadores observan, mientras beben la pócima que les permite salir a tope a los partidos, y cuando comenzaron a bajar no pararon de cantar «Échale huevos, Valencia échale huevos, échale huevos?». Aún duele la derrota contra el Levante UD y aunque eran conscientes de la dificultad que significa ganar al Barça, le exigían a sus jugadores un esfuerzo máximo.

La otra gran protagonista de la previa del partido fue la hija de Peter Lim, Kim, que nada más llegar al estadio estuvo unos minutos en el palco privado, pero luego quiso comprobar el ambiente y los aficionados se acercaban a su lugar para inmortalizar el momento, a lo que ella accedía muy gustosamente. La afición y el equipo tienen una química especial.