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El nuevo Rey Mago de Mestalla

El nuevo Rey Mago de Mestalla

Confiese. ¿Cuántas veces dijo que Barragán no valía para el Valencia? No pasa nada, seguro que ayer fueron muchos los arrepentidos que aplaudieron a rabiar cuando fue sustituido. Ese es el gran secreto, pues nadie puede explicar porque un jugador puede ser titular con un entrenador y chupar banquillo con otro. El ejemplo no sólo se puede aplicar al bueno de Barragán, también lo hicimos con Parejo, Piati, Javi Fuego y con otros más. Algunos hemos vistos y oído en Mestalla muchas tardes criticar a Kempes antes de marcar, pero cuando encaraba puerta con la melena al viento para meter el balón en la red, entonces era el no va más, y el sonsonete «ya había dicho que marcaría». Pura pirotecnia. Sin embargo, la gran victoria de ayer tiene un valor doble, porque pone al equipo de Nuno de cara a la Champions, pero al mismo tiempo confirma el espíritu colectivo de un grupo donde prima la solidaridad. Además de Barragán y Gayà, de Otamendi, Musafi y Orban, el trabajo de Alcácer y Negredo refleja el equilibrio del equipo. Que dos delanteros de su calidad se les vea ayudando en tareas defensivas significa que todos reman en la misma dirección. Capítulo aparte merece el sacrificio del centro del campo, donde brillan Gomes y Parejo, y Pérez dejó muy buenas intenciones. Los de Nuno salieron con la lección bien aprendida, e incluso después del bajón del penalti fueron capaces de rehacerse. Se pueden sumar los tres puntos como ayer, aunque a veces falle la suerte como el día del Barça, pero está claro que mientras los jugadores blanquinegros muestren que salen a competir al máximo tendrán el reconocimiento de una afición con ganas de disfrutar.

Nuno/Mou

La cara de los jugadores del Madrid al final era la alegría del valencianismo, pues la arrogancia que exhiben algunas de sus estrellas con el árbitro provoca un rechazo natural. Ancelotti, que al menos ha recuperado la educación que nunca tuvo Mourinho, todavía tiene trabajo para explicar a algunos de los suyos que un partido de fútbol no es un desfile de moda, ni el equipo contrario un grupo de figurantes. Por cierto, Mestalla siempre fue sabio y justo.

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