Traspiés mal gestionado

El Valencia estaba en venta y lo compró Peter Lim. Según se nos dijo era la mejor propuesta económica, pero sobre todo el proyecto deportivo más espectacular. La empresa del magnate de Singapur ha invertido 130 millones en fichajes: Rodrigo, Gomes, Negredo y Enzo Pérez. Además el nuevo dueño ha depositado una larga confianza en el entrenador Nuno Espiritu Santo, pero al primer envite de la temporada, la clasificación para los cuartos de final de la Copa, ha fracasado. Esto es fútbol y ahora toca centrarse únicamente en la Liga. Lim puede ser el máximo accionista del VCF, aunque parece imposible que todo el dinero del mundo cambie la genética valencianista. Lo digo por la monserga de su hija, a la que tiene todo el derecho, el mismo que asiste a cada aficionado para considerarse decepcionado por las expectativas depositadas. Otra vez la ilusión por tierra y lo mismo de siempre, un pensamiento resumen tras el decepcionante despertar del sueño copero ante un equipo con menos presupuesto y cuando el camino a la final era posible. Mal hará el entorno más próximo de Lim, como su hija, si al primer traspiés empieza a distinguir entre buenos y malos aficionados. Una falsa división que nada tiene que ver con la realidad, ni con la unidad que proclamaba la presidenta Lay Hoon es su primer discurso. Y lo que está muy feo es que alguien que acaba de aterrizar en Mestalla reparta carnets de valencianista.

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