Dani Parejo, Diego Alves y Javi Fuego convirtieron el cumpleaños de Nuno en un día perfecto. Al técnico, todo le salió anoche bien. Buen planteamiento, buena interpretación y magnífico resultado. ¿Se puede pedir más? Que el espectáculo continue. El Valencia supo y logró desarmar al Sevilla de Unai Emery de la mejor de las maneras y con ello «regalar» a la afición un triunfo balsámico. En el cuarenta y un cumpleaños del técnico portugués, Parejo se convirtió en el pichichi del equipo y en el centrocampista de la Liga más goleador (6 goles) mientras que Diego Alves siguió agrandando su fama de parapenaltis, en un partido intenso en el que no hubo ni un instante de tregua. Todo, de principio a fin, fue superlativo.

Que el árbitro no señalara en el arranque del partido dos posibles penaltis al Valencia „uno de Beto sobre Negredo y otro tras un empujón de Nico Pareja a Rodrigo„ sirvió para templar la fría noche y enrabietar aún más a los futbolistas. Unos jugadores con demasiadas cuentas pendientes con el Sevilla. Porque éste fue el equipo que privó, hace menos de un año, el disputar al Valencia la final de la Liga Europa cuando la grada ya celebraba el pase a la final de Turín. Una final que sí disputaron los jugadores del Benfica André Gomes, Enzo Pérez, Rodrigo y Cancelo, anoche titulares, pero que perdieron ante los de Emery. Quizás, por tanta rabia contenida, la motivación de anoche fue máxima .

El equipo saltó al campo enchufadísimo. El Valencia le imprimó, desde el primer instante, una intensidad superlativa al choque. La lección, en una semana en la que pensar en el Sevilla fue el único objetivo, se había aprendido. El Valencia, solidario, sacrificado y comprometido, supo aplicando un ritmo altísimo cómo deshilachar y desarbolar a un Sevilla que sólo tras el gol de Bacca, que llegó por un penalti inexistente, se metió en el partido. Hasta entonces, el Valencia había sido el dueño y señor del choque. Un dominio que se reflejó en el marcador con el 2-0 del minuto 32. Para llegar a ello, el primer gol lo marcó Parejo desde el punto de penalti y, en el segundo, el capitán repitió celebración al finalizar un contraataque iniciado por Rodrigo en el que participaron André y Enzo. Pero fue entonces cuando Jaime Latre quiso reclamar su protagonismo para señalar penalti un derribo de Parejo a Diogo. Marcó Bacca. Cuatro minutos después, el arbitró volvió a señalar el punto de penalti tras una acción de Cancelo con Vitolo. Pero ahí, para delirio de Mestalla y locura de sus compañeros, emergió la figura del parapenaltis de la Liga. Diego Alves, el portero de los récords, sacó la pelota lanzada por Bacca con el pie y el 2-1 no se movió del marcador.

El descanso no modificó el guión. Con el rombo en el centro del campo funcionando a la perfección, el Valencia siguió llevando la iniciativa en el juego, tuvo la posesión del balón y trenzó jugadas que, siempre, acababan en peligro y en exámenes para Beto. Y fue en una espléndida jugada de Rodrigo desde la banda „¡vaya quiebros!„, la que sirvió para que Javi Fuego anotara el tercero . El Valencia, muy superior, quería y podía, mientras el Sevilla se limitaba a defender y a encomendarse a la calidad de Banega para crear juego.

El Valencia, un muy buen Valencia en todas sus líneas, ganó, convenció y aprendió el camino que debe tomar y seguir para lograr el objetivo de codearse con la elite.