Entrevista | ¿Qué fue de ...?

Salva Ballesta : "Me creía el Cid y eso no le gustó a Rafa Benítez"

Llegó avalado por el entrenador madrileño y ganó la Liga de 2002, pero no cuajó en Mestalla

Salva entrena ahora al filial del Málaga.

Salva entrena ahora al filial del Málaga.

José Manuel Bort

Usted vivió muchos contrastes en el Valencia ¿Qué huella le dejó Mestalla?

Muchísima. Valencia es una ciudad donde a nivel personal me sentí queridísimo. Y a nivel deportivo supuso un gran paso en mi carrera. Llegué a conocer gente maravillosa a nivel deportivo y fuera del fútbol. Aunque he de decirle que yo siempre he hecho amigos allá donde he ido. Me gusta mucho relacionarme con la gente, pero Valencia sigue siendo uno de los sitios donde más voy por muchos motivos.

¿De quién se acuerda más de aquella etapa?

Pues mira, cada equipo tiene su icono en sus buenas épocas. En el Betis estaba Gordillo, en el Sevilla fue Martagón. En el Valencia fue una persona como Amadeo Carboni, un tipo especial como futbolista y como persona. Es raro conocer a otra persona así, que ayudaba al canterano, al que viene nuevo club, que solo era sumar y sumar y y a eso le añadía su experiencia. Mantengo contacto con él. Luego, había otro tipo de gente, como Mista, que es fabuloso, Angulo, Anglomà, Aimar... Era una plantilla que, como siempre se ha reconocido, era de alto nivel y con mucha competencia. Eso no es fácil de llevar salvo que sea gente humanamente correcta, como así fue.

¿Tiene algo que decir de Rafa Benítez? Ustedes no terminaron bien, ¿no?

La verdad es que no. Fue una relación que fue de más a menos. A él le agradezco muchísimo que en su momento me llamara para el Valencia. Ya había intentando ficharme antes con el Extremadura. La relación al principio era muy buena. Él apostó por mí y luego una serie de circunstancias hicieron que la relación se enfriase. Ahora, desde el prisma del entrenador que soy, si volviese atrás no habrían existido aquellos problemas. Ahora que entreno entiendo más el entrenador, ahora sé como funciona el jugador, que quiere jugar siempre. Pero, bueno, a eso le juntas que Rafa Benítez es un poco especial, pues no ha tenido problemas sólo con un futbolista, sino con cuatro por lo menos. Aunque es un pedazo de entrenador y yo no le tengo rencor. Aquello es una parte de la vida pasada.

¿Cuáles fueron sus diferencias?

Pues que no nos poníamos de acuerdo en muchas cosas. Había decisiones que yo veía que no eran beneficiosas. Yo ahora les digo a mis jugadores que sean buenos compañeros, pero que tengan muy claro al jugador al que defiendan. Yo veía actitudes injustas con compañeros y me metía yo a defenderlos. En esa época me creía el Cid Campeador y en muchas ocasiones defendía a los compañeros y eso me perjudicó. Pero no me arrepiento, yo era así. Estoy seguro de que no si no llego a haber actuado así, hubiese estado muchos años en el Valencia. Tengo claro que mis entradas y mis salidas del Valencia, tras el primer año, fueron por eso. Yo, todas las pretemporadas daba un rendimiento altísimo, pero entendía que había una situación tensa y decidí ir buscándome salidas.

Pues, con usted de titular, le salvaron la cabeza a Benítez y ese año ganaron la Liga.

Benítez estaba cesado en el vestuario en Montjuïc. El resultado le salvó la cabeza. Ya se hablaba de que el club estaba negociando con otros entrenadores. A partir de aquella victoria ante el Espanyol, el equipo tiró para arriba y firmamos una temporada grandiosa que terminamos como campeones. Recuerdo que hice el pase de gol a Illie en el 2-3, tras revolverme en el área.

En el Valencia tenía mucha competencia. ¿Aquello no fue un problema?

Qué va, igual que tengo amistades de equipos rivales, casi todos mis amigos son delanteros. La rivalidad deportiva y la competencia están ahí, pero hay que saber que el que decide es el entrenador. Nunca he entendido que haya dos jugadores del mismo puesto que se lleven mal. Aquí estaba yo con Angulo, Illie, Carew, Sánchez y con todos me he llevado fenomenal. Soy un tipo muy claro y muy directo, para bien o para mal.

¿Cuáles fueron las virtudes de aquel Valencia campeón?

Era un equipo con un equilibrio increíble en todas las líneas. Había jugadores que estaban tocados con una varita. Cada balón que le pegaba Baraja era gol, por ejemplo. Y arriba, saliera quien saliera, todos daban un rendimiento altísimo. Rufete hizo unas temporadas sensacionales, igual que Curro Torres y Angulo. Sin ser jugadores galácticos, todos teníamos un 8 de nota media. Era un equipo defensivamente muy bien trabajado y tuvimos actuaciones brillantes en grandes campos. Llegamos a final de Liga con posibilidades, el equipo se lo creyó, estaba apoyado por todos, capitaneado por Ortí, una grandísima persona y un grandísimo presidente al que quiero mucho. El equipo lo sacó todo: fuerza mental, física, eficacia... y así ganamos la Liga con un partido contundente, como era el equipo.

De usted hablan muy bien los empleados del Valencia y del Levante UD...

Soy una persona que intento sacar lo mejor, soy superpositivo, es raro que algo me tumbe, me agarro a todo. Sólo tengo palabras de agradecimiento a los clubes en los que he estado. En el fútbol es raro que te salgan 15 años de carrera bien. Y mi afición y mi gente siempre me ha tratado bien. En Mestalla, la gente se volcaba conmigo, y yo hacía lo mismo. Hay otra persona en el Valencia, que no quiero que se me escape, que es Españeta, que fue un apoyo para mí enorme. Pero es que todos los empleados se volcaron conmigo en la ciudad deportiva y... buff, en el Levante UD estuve sólo una temporada y fue maravilloso.

¿El fútbol le dejó enemigos en el campo?

Yo era un delantero que casi con el cien por cien de los rivales me he llevado bien. Y luego he sido amigo de ellos. Yo iba de cara, no iba con maldad, y eso se agradece mutuamente. Yo me podía liar a golpes con un rival en el área, pero no pasaba nada. Si nos tenemos que pegar patadas, bien, pero luego tan amigos. Recuerdo unas palabras de Naybet, del Deportivo. Me dijo: ´ójala tuviese siempre rivales como tú, que van de cara´. A mí lo que no me gustaba era cuando los defensas iban con tonterías. Yo no era un jugador de insultar o de perder el tiempo y cuando me lo hacían a mí, pues no lo soportaba. Pero eran muy pocos. Me pasó una vez algo feo: un portero, considerado de los mejores del mundo, se cagó en mi madre en el mismo campo. Me fui a por él y le dije: ´tú haz lo que quieras, sal con los dos puños y dame en la cabeza, éntrame fuerte, lo que quieras, pero si te vuelves a cagar e mi madre, te parto por la mitad´. Luego me pidió perdón.

Varios clubes, entre ellos el Málaga y el Valencia, son de propiedad extranjera. ¿Para usted supone una pérdida de identidad?

No, porque entiendo que es bueno que en las empresas entre capital. Mira, si no fuese por este tipo de gente, algunos clubes habrían desaparecido. Los equipos han hecho muchos despilfarros. Si no hubiese estas inyecciones económicas, las deudas de los clubes serían impagables. Lo que están haciendo es sanearlos y permitir que sigan llegando buenos jugadores.

Hay una guerra declarada contra los ultras. ¿Para usted son todos iguales?

Claro, pero no es un problema solo de los ultras, sino del carácter humano. El fútbol debe ser un espectáculo, como en Inglaterra, a donde la gente va al fútbol a pasar un día en familia, a comer alrededor del campo, a celebrar pequeños actos, las quedadas de aficiones... eso debe ser el fútbol. En Tercera, donde entreno, no hay grupos radicales, pero el otro día saltó un tipo al campo que casi quería pegar a los jugadores. La mejor manera de apoyar a tu equipo es animarle, no ir en contra del rival. En categorías inferiores, lo primeros que lían las tánganas son los padres. El fútbol hay que verlo sentado y aplaudir cuando quieres. Me parece que en Inglaterra han sacado a algunos del estadio por levantarse de las sillas.

Su fama de ser «una persona de muy de derechas» le impidió entrar de técnico en el Celta con Abel Resino...

¿Muy de derechas? ¿Ya estamos con eso? Salva Ballesta es una persona apolítica, ni de la izquierda ni de la derecha. Habrá gente que no me crea, pero a mí lo único que me gusta es defender a mi país y ya está, y nunca me he escondido. Lo de los radicales de Vigo es una muestra de incultura, porque como muchos confunden lo «español» con la extrema derecha. Pero eso no me hace daño. Donde no me quieren, no voy a ir. Eso sí, si vuelvo 20 años atrás, no me hubiese expresado como me he expresado tantas veces, porque la gente te juzga mal. Yo, insisto, defiendo el ser español, a mi gente, y creo que entre todos deberíamos crear un gran país, en el que no se hable de corrupción. Da envidia ver como en los mejores países del mundo, la gente se enorgullece de pertenecer a él, de su bandera. Y aquí es una pena que haya territorios que no lo quieran. Yo los respeto, pero que me respeten a mí también.

¿Qué opina del conflicto catalán? ¿Entendería que el Barça jugase la liga española en caso de independencia?

Mira, si ellos luchan por ello y lo consiguen, a mi personalmente no me va afectar. Con este t tema me he hecho muy egoísta, porque somos pocos los que hemos dicho que lo pensábamos y así no conseguimos nada. Mientras mi familia, mis amigos y mi trabajo vayan bien, me da lo mismo. El problema es que quienes tienen que sacar las castañas del fuego no hacen nada. Prefiero callarme. Y lo del Barça, pues como mucha gente entiendo que no debería seguir con nosotros. Es como si Gibraltar nos pidiese jugar en la Liga.

En una entrevista en internet leo que le hubiese gustado conocer a Tejero...

Claro, es un titular que da pie a muchas cosas. ¡Pues claro que me hubiese conocer a Tejero! ¡Y a Anguita! En estas cosas se nota que en España hay mucha incultura con el tema de la política. Relacionar la defensa de España con la extrema derecha es de incultos. Yo dije que me hubiese encantado hablar con la gente y los periodistas que vivieron el Golpe de Estado, como a cualquiera, para ver qué pasó...

¿Se siente, entonces, un incomprendido políticamente hablando?

Igual no soy inteligente, pero yo estoy orgulloso de tener amigos de verdad. Un cierto sector entiende mi forma de expresarme a su manera. Pero yo ni voto. A veces he dicho que voy a votar al PP, pero luego he ido a un programa con ellos y me han tocado las narices y he dicho «no, esto no es lo mío». Mis mejores amigos periodistas son aquellos con los que que al principio tenía discusiones y luego nos hemos entendido. La gente que me conoce sabe como soy. Lo hemos hablado antes. Yo soy un tío que le va la gente sencilla y trabajadora. Siempre he tenido claro que el éxito de una empresa está en sus empleados base, en los trabajadores, la gente de campo, de recepción, de las oficinas. Eso siempre lo he reconocido del Atlético de Madrid, del Valencia y del Málaga. Al anterior presidente, Fernando Sanz, le pedí permiso para invitar los viernes a un vino a los empleados. Cuando el puesto es de menos responsabilidad, más me gusta ayudarles. ¿Es eso ser de extrema derecha? A mí me molesta mucho la cantidad de gente que pasa hambre, que no tiene trabajo, y yo actúo para ayudarles. Lo que pasa es que no me gusta decirlo cada día o en los periódicos.

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