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Del billete en el maletín de Sol al encuentro en la A7

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Como rememora González, pocos se acuerdan del motivo por el que el portero donostierra fue titular aquella tarde en Riazor. Esa temporada (1994-95), el guardameta guipuzcoano se había asomado más por la titularidad que en la campaña anterior, pero no llegó a jugar más que 9 partidos de Liga, por los tres de su estreno en Mestalla.

Pero siempre fue por la baja de Sempere, bien por lesión o por sanción. Como en Riazor, donde participó por exigencias del guión. La semana anterior, Sempere había sido expulsado en la segunda parte ante el Valladolid, en una acción en la que provocó penalti. González salió en frío y atajó la pena máxima, ante la celebración de la gente de Mestalla.

La Coruña, engalanada, recibió aquel día al Valencia con una cabra vestida de blanquiazul y un burro con los colores del Barça. El equipo de Hiddink viajó a Galicia con escala en Barcelona, curiosamente. Los jugadores le gastaron una broma al entonces delegado del Valencia, Juan Cruz Sol, al que le colocaron un billete que asomaba en su maletín. La ansiedad bloqueó al Deportivo, que sólo pudo marcar en la acción del penalti, en el último minuto.

El exvalencianista Nando fue zancadilleado por Serer. Mientras Riazor buscaba a Bebeto, fue Djukic quien se dirigió a lanzar el penalti. González apenas se esforzó para pararlo, ante la el disparo tan flojo del defensa. Años después, Fernando Giner reconoció que hubo una suculenta prima (50 millones de pesetas a repartir). Y que el maletín fue entregado en la A7 por un futbolista del Barça a uno del Valencia. Tocaron «a 3 millones por cabeza» aunque a Penev, que se recuperaba de un cáncer testitular, le pareció que una Liga valía por lo menos «10 kilos». Hiddink no quiso cobrar.

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