Un dolor de cabeza ronda a Diego Pablo Simeone, qué debe decidir cómo jugará su Atlético contra el Valencia este domingo sin contar con el concurso de su jugador más desequilibrante, Antoine Griezmann. El atacante-vasco francés será baja por acumulación de amonestaciones después de haber participado absolutamente en todos los encuentros de Liga con el equipo rojiblanco. Sólo el guardameta Miguel Ángel Moyá puede decir lo mismo.

Un total de 25 encuentros, 18 de ellos de titular, en los que la importancia del exjugador de la Real Sociedad ha ido en aumento, viendo el excelente resultado obtenido con su mutación de extremo izquierdo a segundo delantero, en la que ha sido la gran apuesta de un Simeone que ha estado muy cerca del jugador. Con velocidad y goles, 14 en un total de 45 disparos, 26 de ellos entre los tres palos, y un pase de gol. Griezmann, apremiado por la competencia de Torres, le ha dado la razón a su técnico. Si se amplía el foco a todos los duelos oficiales, Griezmann únicamente se quedó sin jugar en dos de los 40 partidos de competición oficial jugados por los colchoneros: en Copa del Rey contra L'Hospitalet y en el 0-0 contra la Juventus, en el último partido de la fase de grupos. El Atlético, ya clasificado, sólo se jugaba la opción de ser segundo de grupo.

«Griezmann puede jugar de segundo delantero, y lo hace muy bien porque es un tipo inteligente, trabaja para el equipo porque juega bien entre líneas y estoy convencido que en esa zona es mucho más determinante que cuando juega en el costado porque está lejos del arco», aseguraba el Cholo, con los escépticos con su fórmula ya en retirada.

La metamorfosis de Griezmann guarda un indudable paralelismo con la transformación que, en la temporada 1995-96, experimentó el entonces valencianista Pedja Mijatovic con Luis Aragonés. El Sabio de Hortaleza vio en un mediapunta talentoso pero irregular a la flecha perfecta que rematase los contragolpes de un equipo que se quedó a las puertas de ganar una Liga conquistada, precisamente, por un Atlético con Simeone de estandarte.

Un 4-4-2 con Torres-Mandzukic

En el triunfo de la colectividad que representa el modelo del Atlético, Griezmann destaca como el futbolista que marca las diferencias. El Atlético ya está preparado para responder con variados automatismos, sin responder sólo de un jugador. Simeone ha llegado a desplegar esta campaña el 4-3-1-2, 4-3-3, 4-3-2-1 y el 4-4-2, dispositivo, éste último, al que ha recurrido contra los considerados rivales «grandes».

La opción que más suena es la de que formen de inicio Mario Mandzukic más la incorporación de Fernando Torres. Es la variante que, aparte de haber jugado ya en varias ocasiones, garantiza una mayor riqueza táctica al Atlético. Por un lado, con Mandzukic se logra fijar a los centrales, bajar la pelota e intimidación aérea, mientras que con El Niño se puede romper la defensa con velocidad y espacios.

Otra alternativa, menos probable, es que Simeone sitúe de salida a Raúl García como segundo atacante, aunque se antoja como una variante más encaminada a abrir el partido en la segunda mitad con un fútbol decididamente directo, al tener un perfil más parecido al de Mandzukic.

Giménez y Siqueira, en espera

Griezmann no es el único frente abierto. El central Miranda también está sancionado y su teórico sustituto, el uruguayo José María Giménez, todavía arrastra la contractura en los isquiotibiales que le dejó fuera de la lista contra el Sevilla. En idéntica situación, con la misma dolencia pendiente de evolución, está el lateral Siqueira.