Una vez acabado el partido, a la familia valencianista parece quedarse una duda con la que calentarse la cabeza en las próximas horas. Por lo menos, hasta el partido de San Mamés: ¿ahora qué hacemos? ¿Miramos hacia el título, hacia la tercera posición o a ver qué pasa con ese quinto clasificado que viene apretando? Porque, ahora mismo, hacerlo al frente, a la cuarta plaza, es una peligrosa tierra de nadie. Buena, pero no definitiva.
Habría que convertirse en seres bifrontes, visto lo visto. Porque Jaume Ortí se apunta a las dos cosas. «Tenemos que pensar en todas las posiciones: por arriba y por abajo. El Sevilla está en una posición peligrosa para nosotros y el Atlético de Madrid está a nuestro alcance por la sencilla razón de que estábamos por encima la jornada anterior. Va a haber que vigilar mucho: tanto por ambición como por temor».
No le hizo ninguna gracia el resultado de ayer. «Este empate hace mucho daño. Estos dos puntos hieren cuando ves la clasificación. El partido no ha dado para más. Visto lo visto no se puede pedir mucho. Yo tenía mucho miedo de que al equipo le iba a venir mal el parón, siendo que venía con muy buen tono. El Villarreal sabe jugar muy bien fuera de casa en los grandes campos, en más de una ocasión le sale bien y, sinceramente, no podemos lamentarnos porque tampoco hemos hecho mucho más».
Ortí asegura que «no pierdo la esperanza, pero no podemos permitirnos errores».
Vicente Andreu recuerda que «somos muy dados a la euforia. Ya pensábamos en dar caza al Barcelona. Pero de la misma manera, no podemos pensar que el Sevilla nos va a coger pasado mañana. Creo que las próximas cuatro semanas son las que nos van a decir cual va a ser nuestro objetivo. Tenemos cuatro partidos muy complicados en este tramo final. En el primero de ellos, que era el de ayer, no han salido bien las cosas. Queda Bilbao, Real Madrid y Barcelona... y mucho de los que nos pase va a depender de estos partidos. Pero si nos asustamos y miramos para abajo, nos cogerán. Es mejor seguir pensando en mirar hacia arriba».
El presidente de las peñas, Blas Madrigal, prefería pensar que el partido de ayer fue un contratiempo, aunque incontestable. «Debemos seguir mirando hacia arriba por muchos motivos. Pueden pasar partidos tontos o malos como éste, pero nuestra posición es la de arriba. Yo también creo que nos ha perjudicado el parón, porque el equipo venía muy bien». Aún así, no dejaba de ser crítico: «Cuando el portero rival toca el balón por primera vez en el minuto 24... mala cosa. No basta con el arreón de los diez minutos finales. Esperemos que las cosas cambien porque a la afición no se le pueden hacer estas cosas con la fe que tiene». También se quejó del árbitro. «Lo ha consentido todo. ¿Cómo puede ser que, en los últimos minutos, el portero se queje de un golpe, se pite falta y saque él con la pierna que le "dolía"?».
