No es fácil a veces poner el punto y final a una etapa para iniciar otra, sobre todo cuando un futbolista ha endulzado su currículo con 12 títulos, entre los cuales brilla la Eurocopa de 2008 con la Roja que marcó una época. Palop fue creciendo poco a poco como futbolista hasta alcanzar la élite, unos meses después de colgar los guantes con el Bayer Leverkusen ha iniciado su etapa en los banquillos. El CD Alcoyano que dirige Carlos Sempere le llamó para ayudarle en el objetivo de cambiar la dinámica del equipo de Alcoi, peleando por alcanzar la zona de promoción. No va a ser fácil pero ya han contagiado la ilusión en un grupo que, desde su llegada, no conoce la derrota.
Ha recuperado la identidad el cuadro blanquiazul, a base de casta, coraje e intensidad. La filosofía de juego ha calado en una plantilla que comparte las ideas del cuerpo técnico, que celebró sobre la campana la victoria ante el filial del Valencia CF, lo que les mantiene en la lucha. Levante-EMV repasa con Palop cómo están siendo sus inicios: «Ya llevaba varios años pensando que la etapa como jugador podía acabar de un año para otro, y tenía que prepararme en un área que me causaba mucho interés, tenía curiosidad por aprender a gestionar un grupo». Hace cuatro años obtuvo la licencia del Nivel-1 en Sevilla, luego cursó el siguiente y tras el parón en las aulas „no en su labor de aprendizaje, ya que se empapó de la metodología de un club de la Bundesliga„, a finales de 2014 realizó el curso intensivo que ofrece la Federación a todos aquellos jugadores con más de ocho años en la élite profesional y que han jugado con la selección. Palop valora mucho su estancia en Alemania. «Siempre son clubes competitivos y si no estás dentro es difícil saber lo que realmente hay». Y mientras seguía realizando su análisis y perfeccionando el manual que quiere implantar en sus clubes recibió la llamada de Carlos Sempere, que iba a dirigir el CD Alcoyano, para ayudarle como segundo. Al estar en periodo de prácticas, las licencias que ya tiene le permiten ser técnico ayudante, por lo que quiso iniciar su aventura. «Ha sido un acierto», asegura.
«El Alcoyano es un club importantísimo y todo eso me sirve muchísimo para aprender, donde gestiono bien el compromiso con el equipo y mis funciones. Estoy muy contento, los jugadores me han recibido muy bien, están muy activos y pendientes de mis mensajes, ven que mi persona ha estado en el alto nivel y lo que les pueda aportar puede ser interesante. Estoy contento por su acogida y a mí me sirve para aprender mucho, porque en estas categorías tienes dificultades y si las resuelves eso es un doble premio, porque te ayuda a curtirte y a formarte como entrenador», dice Palop, antes de valorar sus intenciones de futuro. ¿Sueña con ser un gran entrenador? «Eso ya vendrá, claro que quiero llegar al máximo en todo, como jugador peleé por ello y como entrenador también. Como jugador llegué al máximo porque yo me involucraba al cien por cien en el momento que estaba, no pensaba más allá, por ejemplo, si estaba en Tercera División o en Segunda B, o en Preferente, me lo cogía como era la máxima categoría en la que podía estar. No sé si lo otro vendrá o no, pero sí sé lo que tengo, entonces me involucro al cien por cien. No es una obsesión para mí». Y cuando un jugador ha vivido tantas experiencias al máximo nivel, es normal que ahora mismo el vestuario blanquiazul le pregunte por algunas anécdotas: «Si en momentos determinados hemos vivido situaciones comparables que yo haya podido tener como profesional, sí que han conocido anécdotas, o situaciones que saberlas para ellos han sido interesantes. No tengo que tirar de mi currículo, conforme veo la situación trato de aplicar la experiencia sin ponerme como ejemplo, pero si se requiere un ejemplo o de un compañero o de algo que haya vivido, a ellos les gusta conocerlas porque saben que el mundo profesional también se pueden encontrar situaciones como las que están viviendo ellos ahora».
Dosis de técnicos que le marcan
Mientras Andrés ha ido formándose, iba anotando situaciones de todos los entrenadores que ha tenido. Él no se quiere parecer a nadie, sí implantar su manual, pero con dosis que destacan de otros, como de Rafa Benítez, Juande Ramos o Luis Aragonés, a los que cita en varios ejemplos: «El que lo controlaba todo, con una metodología impresionante y tenía a todos enchufados€ era Rafa Benítez. A mí me marcó, jugara o no, porque lo tenía todo controlado y eso es importante, porque no es fácil. Era un entrenador que le daba mucho sentido a todo lo que hacía, los sistemas que aplicó de mucha presión, rapidez, mucha verticalidad, de pocos toques y llegar mucha gente arriba, me pareció un entrenador muy interesante». De Juande Ramos, al que tuvo en Sevilla, considera que «a nivel de pensar de lo que necesitaba el equipo en cada momento era muy rápido, decidía muy rápido y solía acertar casi siempre». Y acaba con aspectos de Luís Aragonés: «La motivación, transmitía mucho, nos daba el mensaje justo y nos enchufaba a todos».
¿Qué persigue? «Esa mezcla es importante, trato de asumir esas facetas y luego aportar mi personalidad y la manera que quiero de jugar. Si algún día soy primer entrenador quiero que mi equipo tenga carácter, ambición€ lo que he demostrado como jugador. Aparte de todo eso, está claro que debe haber un buen trabajo táctico detrás porque todos los entrenadores están muy formados, y sí crean dificultades al rival. Si el equipo mostrara esa intensidad, concentración, garra, ambición de poder crecer y no conformarse en lo que tienes. De ser suplente a aspirar a ser titular, luego a ser internacional, a ganar títulos€ todo eso lo demostré como jugador y me gustaría hacerlo ahora».
